Cómo “pasarle el trapo a la cuarentena”: Martín Churba enseña a transformarla en un espacio creativo
Ganchos para la ropa, pastillas usadas de repelentes para mosquitos, restos de bolsas de café, hojas cortadas de las plantas de su jardín, papel barrilete con el que envuelve las manzanas el verdulero. Es todo lo que necesita el diseñador Martín Churba para hacer pinturas y objetos escultóricos. O, como él prefiere llamarlos, "producciones inútiles", sin otro fin que desarrollar la creatividad para "pasarle el trapo a la cuarentena" en plena pandemia del coronavirus.
"Lo más importante es mantenerte activo y no pensar en el ‘para qué’. Encontrar lo que te divierte, con lo que te gusta jugar, y proponértelo seriamente", dice mientras trabaja en su casa de Martínez con música de fondo, convertida desde este fin de semana en un aula virtual para clases gratuitas. Todos los días a las 18, desde su cuenta de Instagram (@martinchurba), publica videos en vivo de una hora filmados por su marido, el arquitecto Mauro Bernardini.
"Estamos conectados con la energía creativa que nos enseñó Sergio", dijo ayer al despedir a Sergio De Loof, impulsor de célebres espacios porteños como Bolivia, donde Churba realizó en 1995 su primera muestra; exhibió allí telas pintadas y serigrafiadas en el taller de su padrino, el arquitecto León Churba. Anunció que hoy hará pañuelos blancos, con motivo del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, y destacó el valor de "la aceptación, la entrega y el agradecimiento" en momentos tan inciertos.
Además de enseñar a experimentar en forma creativa con el material descartable que puede encontrarse en cada casa, como bolsas y cajas de medicamentos, el fundador de Tramando dedica cada día a enseñar técnicas simples que aprendió en los comienzos de su exitosa carrera. Habituado a realizar colaboraciones con artistas, como hizo en 2007 con Pablo Reinoso, se encontraba a punto de lanzar un nuevo proyecto cuando el gobierno decretó la cuarentena preventiva y obligatoria. La sede central de Rodríguez Peña 1973 fue remodelada por Bernardini para sumar al showroom de ropa el restaurante Marti, a cargo del célebre chef Germán Martitegui, y su inauguración estaba prevista para este mes.
Fiel a su estilo, Churba se lo tomó con calma. No solo decidió seguir creando con lo que tenía a mano, sino que aprovechó para encontrarle un sentido positivo a la palabra "inútil". Descubrió una forma original de compartir su experiencia, en momentos en que muchos artistas apelan a Instagram como vidriera: ante el cierre de museos y galerías, comparten su trabajo con los hashtags #YoMeQuedoEnCasa y #YoMeQuedoEnCasaPintando.
"Yo no tenía familiaridad con Instagram, la veía como una red social con poco contenido -explicó a LA NACION-. Pero cuando llegó la cuarentena me di cuenta de que podía hacer algo muy útil con esa red. Podemos aprovechar este tiempo para hacer algo inútil pero que tenga un sentido para uno, sin buscar una ganancia en cada cosa que hacemos".
La propuesta de reciclar lo existente también fue clave en la presentación de su colección otoño-invierno 2019, en el Centro Cultural Recoleta, donde realizó un desfile con fuerte contenido social. Se llamó "Stock, Divino Tesoro" y se basó en telas recuperadas de temporadas anteriores.
"La era digital nos llevó a la búsqueda de una imagen muy perfecta. A partir de esta cuarentena y de esta manera de tener tiempo, me di cuenta de que este trabajo tiene un valor muy especial. Me hizo muy bien en su momento y ustedes lo pueden hacer en sus casas, es muy sencillo", dice ahora Churba en Instagram mientras muestra cómo hacer patrones en base a fotografías, como lo hacía hace un cuarto de siglo.
"Puede pasar a ser el patrón de esta época tuya: creá tu propio patrón, sé tu propio patrón", sugiere divertido con el juego de palabras y señala a la cámara, convencido de que "se puede ser feliz con algo muy simple". "Se trata de compartir el momento y el mundo interno -explica mientras trabaja-. En este momento tenemos que aprender a vivir disfrutando de pequeñas cosas. Tomate el tiempo; ahora es lo que sobra. Sin pretender que la obra tenga un resultado. Es un lujo".
"Hola Martinchoooo te veo desde Milán", le escribe mientas tanto una de sus seguidoras. "Abrazo grande desde España", comenta otra, en un momento crítico de la crisis global. "Gracias por inspirarnos -agrega-. Estoy manos a la obra".
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