Cómo nace una obra de arte
¿Dónde se encuentra la inspiración? ¿Y qué se hace con ella cuando aparece? Ocho artistas argentinos de distintas disciplinas explican sus procesos creativos desde el momento en que conciben una idea hasta que el trabajo queda terminado
Como no le gusta leer y no toma alcohol ni pastillas para dormir, cuando viaja en avión Marcos López pinta con acuarelas. De esos pequeños dibujos han surgido grandes ideas para sus obras. Graciela Taquini encuentra inspiración en la cama, minutos antes de dormirse. Nushi Muntaabski, sentada en un banquito, en medio del bosque, mientras escribe en su iPad. Carlos Herrera sale a caminar por la ciudad, observa a la gente y compra objetos de todo tipo; luego se recluye en su taller del campo, donde los une y les da sentido.
Cada artista recorre su propio camino para llegar a una obra. Aunque todos se encuentran en algún punto, según quienes han estudiado cómo funciona el proceso creativo (ver columna). Estar tranquilos y atentos a la intuición, suspender por un rato el censor y liberar al niño interno, coinciden, son algunas de las condiciones principales para escuchar a las musas, que sólo parecen hablar en susurros.
En esta nota, ocho artistas cuentan cuáles son sus estrategias para "atrapar los peces más grandes", como diría el cineasta David Lynch. Porque, en palabras de Picasso, "la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando". En sus concurridos talleres de guión, el dramaturgo Mauricio Kartun cuenta que él siempre tiene una libreta a mano y lleva un grabador cuando sale a correr, porque las ideas que se van no suelen volver.
Estos métodos no sólo son útiles para los artistas, sino también para mejorar la creatividad en la vida cotidiana. Por eso hoy muchas empresas ofrecen a sus empleados espacios de juego y meditación. El propio Steve Jobs, un hombre que cambió la historia con sus inventos tecnológicos, reconoció que gran parte de sus creaciones se basaron en una lección que aprendió de su padre mientras pintaban juntos un cerco de madera: "Le encantaba hacer bien las cosas –dice Jobs en la biografía escrita por Walter Isaacson–. Se preocupaba incluso por las partes que no se podían ver".
"La creatividad puede resolver casi cualquier problema", asegura el famoso publicista George Lois, que habría inspirado al personaje de Don Draper en la serie Mad Men, en su libro Damn Good Advice for People with Talent ("Buenos malditos consejos para gente con talento"). Dos de estos consejos son: leer los principales diarios todos los días y visitar los museos todos los fines de semana. "Continuamente tenés que alimentar la bestia interior, que echa chispas e inspira –opina Lois–. El ADN del talento está guardado en los grandes museos del mundo, que custodian las epifanías. Estas epifanías entran en el sistema nervioso y en los profundos recovecos de la mente."