Cómo es el nuevo libro de canciones del Indio Solari, ilustrado por Serafín
En “La vida es una misión secreta”, las letras de la “etapa fundamentalista” del músico y cantante son interpretadas en clave gráfica por el artista e historietista
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Después de tres años, el Indio Solari (Paraná, 1949) vuelve a publicar un libro en colaboración con el artista e historietista Serafín, que “interpreta” visualmente veinticinco canciones de la nueva banda de Solari, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, más dos temas inéditos. La vida es una misión secreta, que sale en junio por Sudamericana, es un álbum gráfico con las letras de cinco canciones de los cinco discos “fundamentalistas” del músico: El tesoro de los inocentes, Porco Rex, El perfume de la tempestad, Pajaritos, bravos muchachitos y El ruiseñor, el amor y la muerte. Y se incluyen, además, otras dos que fueron presentadas por primera vez en el recital grabado en Villa Epecuén a inicios de este mes: “Rezando solo” y “Encuentro con un ángel amateur”. La lírica lisérgica de Solari encuentra un aliado en el imaginario del artista nacido en Pipinas, en 1976, y que reside actualmente en la localidad de General Roca, en el Alto Valle de Río Negro.
El prólogo está escrito por otro amigo y colaborador habitual de Solari, el escritor Marcelo Figueras. “Este libro es un acto de justicia poética. Porque, por más acostumbrados que estemos a pensar en el Indio como un hombre de palabra(s), lo cierto es que siempre ha sido un artista visual que produce su poesía como pintor antes que como escritor. En su decisión de iluminar esas palabras que creíamos tan familiares, Serafín procede convencido de que detrás de lo que el Indio escribe siempre hay imágenes; de que todo lo que canta es para conjurar visiones, para forzarnos a ver algo en lo que antes no habíamos reparado”. El autor de Kamchatka caracteriza el libro-álbum como un “bestiario del siglo XXI” que invita a expandir la conciencia. “Entre las palabras y las imágenes que viven en estas páginas hay elementos para que cada lector/a descifre y atesore, en clave de la misión a completar para consumar la vida que arde en nosotros”. Hace dos años, Solari publicó Recuerdos que mienten un poco, su primer libro de memorias, basado en conversaciones con Figueras.
Pablo Guillermo Serafín es dibujante e historietista, y participó en diversas exposiciones colectivas e individuales. Una vez instalado en Río Negro, desde la región patagónica colaboró con revistas del género, ilustró libros de relatos y publicó portadas e historietas en el colectivo Historieta Patagónica. Es autor, junto con el guionista Matías Santellán, de Reparador de sueños (Ediciones de la Flor). Varios de sus trabajos se pueden ver en su cuenta de Instagram (@serafin_pg) y en su blog. Solari siempre elogió los dibujos del artista. “Es mi mayor tesoro en todo esto, saber que gusta de lo que hago es la cima, la motivación con mayúscula, el resto es yapa”, dice Serafín a LA NACION.
-¿Cómo surgió este segundo libro en conjunto con Solari?
-Comenzó a surgir al poco tiempo de haber publicado Escenas del delito americano, su primer libro, en el que también intervine como dibujante. En La vida es una misión secreta el proceso fue fluido ya que la experiencia anterior había consolidado el entendimiento. En un primer encuentro Indio apuntó una selección de veinte canciones de su etapa fundamentalista y fue detallando una por una de qué trataban, describiendo situaciones y personajes. En esa etapa, todavía no había salido El ruiseñor, el amor y la muerte. De ahí en más fue dibujar e ir intercambiando apreciaciones por mail y en varios encuentros. Con la salida de su quinto disco, se sumaron nuevas canciones de esa placa y ahí el conjunto fue vislumbrando su forma definitiva. Fue un proceso de más de tres años hasta conseguir lo que hoy es la obra concreta.
-¿De qué modo definirías el estilo gráfico de La vida es una misión secreta?
-El lenguaje es una fusión entre ilustración e historieta; aparece la secuencia en cuadritos para desarrollar los sucesos y las ilustraciones para retratar situaciones significativas, todo al servicio de contar. La técnica es un dibujo tradicional trabajado con lápiz grafito y difumino sobre papel de buen gramaje, que posteriormente se digitaliza para ajustar y dar color. Claro que primero hago el boceto, donde se plantea la diagramación que sostiene la composición.
-¿Sos admirador de la música de Solari? ¿En los dibujos recreaste un clima o “tradujiste” los temas a tu lenguaje?
-No solo de su música; soy su admirador en completo de Indio: de sus melodías, letras, poemas, textos, de sus pinturas, sus dibujos, de su sensibilidad, su forma de pensar, de su mirada atenta a todo, su inteligencia, su humor, del talento que tiene para expresar en forma de belleza y de tantas cosas más que por estar vinculados durante este tiempo he tenido la suerte de conocer en primera persona y disfrutar. La vida es mejor con él y con su arte. En cuanto al estilo de dibujo usado, podría decir que fue creado especialmente para representar el imaginario de Indio. Antes de comenzar a colaborar con él no dibujaba así, tenía varios estilos que aún empleo pero no este; recuerdo que él había visto muestras en los otros y si bien le resultaban buenos dibujos no le parecían apropiados para representar su obra, y tenía razón, porque creado el nuevo estilo todo funcionaba mejor.
-¿En qué trabajás actualmente?
-Sigo dibujando, con frecuencia, cosas que no tienen un fin determinado y que responden al ímpetu de estampar una idea en este plano. Soy nacido en el 76, en Pipinas, una pequeña localidad de la provincia de Buenos Aires, familia de laburantes, el menor de cuatro hermanos. A principios de 2001 me vine a Roca-Fisque Menuco, bella región de bardas, río, fruticultura, y todavía sigo aquí.
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