Cómo era el diario de Mariano Moreno: prócer, revolucionario y periodista de 1810
“La Gazeta de Buenos-Ayres” comenzó a publicarse un 7 de junio y marca en el calendario el Día del Periodista; se leía en voz alta en una Buenos Aires con alto índice de analfabetismo
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Revolucionario de 1810 fue, además de político, abogado y traductor autodidacta, periodista. En 1810, Mariano Moreno (1778-1811) fundó el periódico La Gazeta de Buenos-Ayres cuando era secretario de la Primera Junta; entre los colaboradores de aquel proyecto político-letrado estaban Manuel Belgrano, Juan José Castelli y Manuel Alberti. El objetivo principal de esa publicación era la difusión de los actos de gobierno. “El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes”, rezaba el decreto con el que se fundó La Gazeta.
El primer número apareció el jueves 7 de junio de 1810, fecha elegida décadas después -durante el Primer Congreso Nacional de Periodistas organizado en la ciudad de Córdoba, en 1938- para celebrar el Día del Periodista. Hasta diciembre de 1810, el principal redactor de este periódico político sería Moreno. El periódico salía los jueves y se enviaba a todos los pueblos del Virreinato del Río de la Plata, además de los Virreinatos del Perú (donde Moreno había estudiado leyes) y a la Capitanía de Chile. Las suscripciones para la ciudad de Buenos Aires no podían hacerse por menos de tres meses, mientras que para la campaña se disponía la lectura obligatoria desde el púlpito. “Como se ve, se trataba de impulsar un medio de enseñanza y propaganda política”, indica la historiadora Noemí Goldman, autora del libro Mariano Moreno: de reformista a insurgente (Edhasa).
“Con estas palabras, Mariano Moreno inauguraba el 7 de junio de 1810 el primer número de La Gazeta de Buenos-Ayres: ‘... todos van a tener parte en la decisión de su suerte, nadie ignore aquellos principios políticos que deben reglar su resolución’ -dice Goldman, directora del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA-. La creación de un nuevo periódico se fundamentaba, en palabras del secretario de gobierno y guerra del primer gobierno criollo, en la necesidad de establecer una ‘continua comunicación pública’ de los actos de gobierno y de sus principios políticos, concebida como el principal vínculo entre el pueblo y sus representantes. A pesar de las múltiples tareas que Moreno tenía a su cargo desde la secretaría, inclusive hasta el agobio, como él mismo lo reconocía, se hizo tiempo para un objetivo mayor: informar las acciones del nuevo gobierno y promover la discusión pública”. La Gazeta tenía como lema una frase del historiador romano Cornelio Tácito: “La rara felicidad de los tiempos en los que pensar lo que quieras y decir lo que piensas está permitido”.
“Es muy interesante el rol de Mariano Moreno como periodista, como periodista innovador con La Gazeta de Buenos- Ayres -dice el historiador Felipe Pigna a LA NACION, autor de la biografía La vida por la patria (Planeta)-. Moreno fue un gran lector de El contrato social de Jean-Jacques Rousseau, una de las obras más avanzadas de la época, e influyente todavía. Esa obra previa a la Revolución francesa influyó muchísimo en el mundo moderno y en las revoluciones latinoamericanas y también en La Gazeta, que era el órgano de difusión del gobierno patrio, donde se insertaba un par de páginas que tenían que ver con la rendición de cuentas, cuánto ingresaba y cuánto egresaba, en qué gastaba el dinero el gobierno”. Pigna indica que Moreno era consciente de que La Gazeta era un órgano muy limitado, que leía muy poca gente. “La poca gente que sabía leer en Buenos Aires en ese entonces, cuando había un altísimo porcentaje de analfabetismo -agrega-. Por eso hacía leer La Gazeta en los cuarteles y en las iglesias después de misa; para que llegara a las mujeres, los niños y los ancianos en las iglesias, y en los cuarteles a los hombres, teniendo en cuenta que Buenos Aires era una ciudad militarizada después de las invasiones inglesas, con el 70% de los hombres mayores de quince enrolado en las milicias. El diario llegaba prácticamente a la totalidad de la población. Era el modo de convertir un medio minoritario, de apenas unos mil ejemplares, en un órgano que llegaba a gran parte de la población de Buenos Aires”.
Pese a lo que se afirma en páginas de Internet y en algunos libros, La Gazeta no publicó por entregas El contrato social, de Rousseau. El libro del pensador francés se publicó en dos volúmenes. “En diciembre de 1810, con pie de imprenta de La Real Imprenta de Niños Expósitos, salió la primera parte (92 páginas sin el prólogo) Del Contrato social en español, que contiene los libros I y II completos y parte del III libro, hasta el capítulo VII -detalla Goldman-. La división en libros y capítulos corresponde al original en francés, cuya edición princeps es de 1762. Sabemos que de esta primera edición salieron doscientos ejemplares que fueron destinados por Moreno a la ‘instrucción de los jóvenes americanos’. Más precisamente, a la enseñanza en las escuelas, según consta en el acta capitular del 22 de diciembre de 1810″. A principios de 1811 se editó la segunda parte (66 páginas), aunque con fecha de 1810 y con el mismo pie de imprenta. “Esta parte contiene los capítulos VIII a XVIII del libro III y los capítulos VIII a XVIII del libro IV. Se suprimió el penúltimo capítulo (VIII) sobre religión que ya mencionáramos y el último capítulo (IX) que se intitula ‘Conclusión’ y que consta de un solo párrafo”.
Hace unos cinco años se supo que tampoco es verdadero que Moreno haya sido el autor del Plan de operaciones. En su libro Un plagio bicentenario: El “Plan de operaciones” atribuido a Mariano Moreno. Mito y realidad (Sudamericana), el médico Diego Bauso demostró que ese texto atribuido a Moreno contenía párrafos y palabras literalmente copiadas de una novela histórica (y antijacobina) francesa publicada a partir de 1800: El cementerio de la Magdalena de J. B. P. Regnault-Warin.
Su hermano Manuel, el primer biógrafo
La primera biografía de Moreno la escribió su propio hermano, Manuel Moreno. Esa obra es, en opinión de Goldman, “muy valiosa”. Vida y memorias de Mariano Moreno se publicó por primera vez en Londres, en 1812. “Su anhelo por saber, y los talentos que se le descubrían, le facilitaron formar conexiones con personas literatas y de poder, que lo trataban con particular distinción y lo favorecían con todos los libros que tenían, los cuales no tardaban en volver a sus manos bien examinados”, escribió Manuel Moreno, para quien el talento de su hermano le proporcionó una “carrera honrosa”.
“Nada es más lisonjero a los individuos que gobiernan, nada puede estimularlos tanto a todo género de sacrificios y fatigas, como el verse premiados con la confianza y estimación de sus conciudadanos; y si es lícito al hombre afianzarse a sí mismo, protestamos ante el mundo entero que ni los peligros, ni la prosperidad, ni las innumerables vicisitudes a que vivimos expuestos, serán capaces de desviarnos de los principios de equidad y justicia que hemos adoptado por regla de nuestra conducta: el bien general será siempre el único objeto de nuestros desvelos, y la opinión pública de órgano, por donde conozcamos el mérito de nuestros procedimientos -escribió Moreno el 1 de noviembre de 1810 en La Gazeta de Buenos Ayres-. Sin embargo, el pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien; él debe aspirar a que nunca puedan obrar mal; que sus pasiones tengan un dique más firme que el de su propia virtud; y que delineado el camino de sus operaciones por reglas, que no esté en sus manos trastornar, se derive la bondad del gobierno, no de las personas que lo ejercen, sino de una constitución firme, que obligue a los sucesores a ser igualmente buenos que los primeros, sin que en ningún caso deje a estos la libertad de hacerse malos impunemente”. Sus palabras tuvieron, a lo largo de la historia del país que ayudó a forjar, una actualidad innegable. Y todavía la tienen.
Mariano Moreno, en nombre de la biblioteca
La Biblioteca Pública de Buenos Aires es la antecesora directa de la Biblioteca Nacional y fue creada por decreto de la Primera Junta el 13 de septiembre de 1810. Su primera sede estuvo en la Manzana de las Luces. Moreno impulsó la creación de la Biblioteca como parte de un conjunto de prácticas -entre ellas, la edición, la traducción y el periodismo- destinadas a forjar una opinión pública atenta a la vida política y cívica. En homenaje a esa tarea pedagógica, durante la dirección de la Biblioteca Nacional del ensayista Horacio González se decidió designar por ley que el nombre de la institución fuera “Doctor Mariano Moreno”.
En la Biblioteca Nacional Mariano Moreno hay varios textos y traducciones del “héroe periodista”, que fueron digitalizados, y está la colección completa del diario fundado en 1810. Como por ejemplo la Constitución Federativa asentada por la Convención de 17 de sept. de 1787 [manuscrito] / [traducida por Mariano Moreno], el embargo de los bienes pertenecientes a los conspiradores de Córdoba / [manuscrito] Cornelio de Saavedra, Dr. Mariano Moreno, Secret[ari]o, La Gazeta de Buenos-Ayres y Del Contrato social o principios de Derecho Político / Prólogo por Mariano Moreno.