¿Cómo enseñar a mirar? Una muestra de fotografía rinde homenaje a los maestros
Aldo Sessa, Diego Ortiz Mugica y Guillermo Napoli protagonizarán desde el lunes una exposición en la galería Zona V, inspirada en la transmisión de esta disciplina artística
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El secreto es uno solo, según él. Para enseñar fotografía, “hay que ampliar la mirada de una persona que no la tiene educada. Por ejemplo, que vea cosas en el suelo y juegue con esa imagen desde distintos ángulos. Cuando capta eso, y pone la tecnología en segundo plano, vuela por el aire”, asegura a LA NACION Aldo Sessa, uno de los principales referentes de esta disciplina artística en la Argentina.
“Yo no inhibo jamás a un alumno, trato de que se encuentre a sí mismo en el camino que elige. Ése es el poder del arte: que cada uno recorra su sendero y haga su aporte”, agrega este maestro de 82 años, que realizó en 2019 una muestra de imágenes registradas con su celular. “Hay que aprovechar el potencial del teléfono, que es liviano y permite tomas espontáneas”, recomienda días antes de que abra al público la muestra Linaje -inspirada en la línea invisible que permite pasar el conocimiento entre generaciones-, que protagonizará desde el lunes en la galería Zona V junto con Diego Ortiz Mugica y Guillermo Napoli.
A principios de la década de 1980, este último estudiaba ingeniería agrónoma en la UBA mientras Sessa triunfaba en Estados Unidos, tras formarse en pintura en el Taller De Ridder y haber comenzado a realizar colaboraciones fotográficas con LA NACION a los 17 años: ilustró el libro Fantasmas para siempre, con textos de Ray Bradbury, y su pintura Humorum fue seleccionada para integrar la colección del Museo Nacional del Aire y el Espacio del Instituto Smithsoniano, en Washington. Ortiz Mugica, en tanto, trabajaba como fotógrafo técnico para la Fundación Tarea, daba clases en la escuela de Pedro Luis Raota –con quien se formó- y abría su primer estudio de fotografía publicitaria.
Casi tres décadas después, Napoli se convertiría en alumno de Ortiz Mugica, para entonces ya experto en fotografía Fine Art, y años más tarde, en profesor de la escuela fundada por su maestro hace un cuarto de siglo. En 2013, representado por Ortiz Mugica en su primera participación en BAphoto, conoció a Sessa, a quien admiraba por el legado que había estudiado en sus libros. “Desde ese momento siempre se acercó a ver mi obra –recuerda, agradecido-, se interesó por mi trabajo y me aconsejó con esa humildad de los grandes de verdad”.
Si bien Sessa no dio clases a ninguno de los dos, también se considera maestro a quien “se dedica a abrir caminos, como hizo él con la fotografía en la Argentina”, opina María Ortiz Mugica, que además de ser hija del fotógrafo –otro linaje– es curadora de la exposición y directora de esta galería de Vicente López inaugurada en pandemia, que incluye tienda, sala de exhibición y servicio de impresión y enmarcado. “La palabra linaje procede de la voz latina línea -agrega-. La elegimos para titular esta muestra porque revela en su sentido más espiritual la continuidad de un camino”.
En ese sentido, María evoca las enseñanzas de los antiguos maestros taoístas. “Años de observación y de trabajo del maestro abren y acortan el camino del discípulo -observa-, que solo debe comprobar el valor de las conclusiones a las que su predecesor ha llegado. Desde ese lugar, podrá continuar su camino para llegar más lejos y explorar nuevas posibilidades”.
Estos nuevos recorridos pueden descubrirse en más de 40 fotografías exhibidas en Zona V. Entre ellas, tres naturalezas muertas en gran formato de Sessa y once registradas con cámara Polaroid, de la serie que integró en 2018 su gran retrospectiva de seis décadas de trayectoria en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y que está representada en colecciones de varios museos del mundo.
“Hice las Polaroids entre fines de la década de 1980 y principios de la del 1990 –recuerda Sessa en diálogo con LA NACION-. Venía de Estados Unidos, de usar mucho esa máquina con mi amiga Lisl Steiner, y experimentaba en el botánico. Me entusiasmé tanto que Polaroid me contrató para lanzar el modelo Spectra en la Argentina, y para crear una serie para su propia colección con una cámara de gran formato, en el Soho, en 1995″.
También hay experimentación en las obras que produjo Ortiz Mugica durante los últimos tres años, que incluyen fotografías de objetos realizadas en cuarentena. Napoli, en tanto, sorprenderá con una nueva serie de obras en miniatura, en un recorrido por su producción de la última década.
En el origen de muchas de estas imágenes, el cine jugó un rol fundamental. Sessa encontró inspiración trabajando en los Laboratorios Cinematográficos Alex, fundados por su abuelo materno. Ortiz Mugica, mirando las películas de Andréi Tarkovski.
Entre los referentes que marcaron su vocación, pero con los cuales no trabajó, Ortiz Mugica menciona también a Grete Stern, a Sessa y a Ansel Adams, cuya obra descubrió a los 19 años gracias a un libro que le regalaron, y que despertó su interés en otros como Edward Weston, Ruth Bernhard, Richard Avedon, Imogen Cunningham y Robert Mapplethorpe. Aprendió mucho también de John Sexton, asistente de Adams, con quien estudió en California.
“Además de Raota y Esteban Marco, Sexton fue el que más me marcó; de ahí viene mi obsesión por el linaje”, explica Ortiz Mugica a LA NACION. Y agrega que, a la hora de enseñar en su propia escuela, su principio es simple: “Uno fotografía como vive –observa-. Hay que preocuparse por la técnica y trabajar todos los días, pero también por el ser, la parte más profunda, porque eso es lo que se expresa”. Una vez que se domina la técnica, coincide Napoli, “dedicarse a buscar lo que se quiere contar suele ser lo más difícil”.
Para agendar:
Linaje en Zona V Fine Art Point (Gaspar Campos 498), a partir del lunes 27 con entrada gratis y cita previa: info@zonavpoint.com
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