Cómo convertirse en hincha de fútbol repentino, según un manual inédito de Roberto Fontanarrosa
Apareció un nuevo libro del escritor y humorista gráfico rosarino que enseña en diez lecciones a sentir la pasión futbolera que despiertan los mundiales
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“En nuestro país no ser afecto del fútbol puede significar, lisa y llanamente, ser un marginado. Si usted nunca ha sentido ni siquiera el más leve escozor por el más popular de los deportes, seguramente muchas veces se habrá sentido como un paria. Habrá quedado excluido de largas y encendidas discusiones en la oficina o el club, vagará solo y cabizbajo por calles desiertas las noches en que se televisa un importante partido en directo y pesará por años sobre sus espaldas el vilipendioso mote ‘tronco’ que le endilgaran alguna vez en la escuela primaria”.
Con esta elocuente definición de los desapegados del fútbol (que los hay, los hay) empieza el Manual del hincha, de Roberto Fontanarrosa, un libro inédito que publicó este mes Planeta en su Biblioteca Fontanarrosa, colección que reúne textos inéditos y reediciones. En el epílogo, “Instrucciones para el uso del manual de instrucciones”, el creador de Inodoro Pereyra advierte: “Esta situación se agrava sin duda ahora con la proximidad del torneo mundial de fútbol. Renegar de tal conocimiento, procurar ignorarlo, puede significar para el indiferente futbolista la necesidad de recluirse durante casi todo un mes en la seguridad de su hogar (quizás en el altillo o en la pieza del fondo), optar por el ostracismo de un retiro espiritual o drásticamente anotarse en algún tour que le dé la oportunidad de transitar los eternos hielos de nuestra Antártida”.
Con ironía y su habitual sentido del humor, el escritor y dibujante rosarino (que murió el 19 de julio de 2007 en su ciudad natal) se pone del lado de los desapasionados por “la número 5″ para enseñarles en diez divertidas lecciones cómo convertirse en un hincha repentino. “Si usted no quiere o no puede acceder a estas soluciones, nuestro manual le recomienda que, sin renegar de sus convicciones, sin doblegarse ni venderse, haga un pequeño esfuerzo por integrarse a las huestes que seguirán a pie firme el campeonato mundial de fútbol, comenzando tal vez a comprender este fenómeno universal”, aclara a quienes no se les mueve un pelo cuando el resto del mundo mira un partido hipnotizado o suspende todas las actividades para vivir a pleno la fiebre mundialista.
“Sea un hincha de fútbol en solo 10 lecciones”, ofrece Fontanarrosa, que resume así los objetivos de su manual inédito que fue creado para el Mundial 78, pero nunca llegó a publicarse. Consultada por LA NACION, Gabriela Mahy, viuda del humorista gráfico y albacea del material inédito, dijo: “Hará unos diez años o tal vez, más, me enteré de la existencia de este libro. No recuerdo cómo di primero con la versión digital y, después, haciendo orden de la biblioteca, apareció el original, que es el único ejemplar que existe. Es una maravilla: tiene un formato cuadrado de 30 cm por 30 cm. Por una cuestión de presupuesto, no se pudo imprimir de esa manera, pero igual decidimos publicarlo ahora, dado que Planeta está reeditando su obra y editando todo lo que encontré durante la pandemia, cuando me sumergí en el archivo. Nunca había sido comercializado porque lo hizo por encargo de una empresa para el Mundial ‘78. Y por eso pudimos publicarlo como inédito”.
El manual es el segundo título de Fontanarrosa que se lanzó en el último tiempo. El anterior fue Quiero verte otra vez, que se presentará en el mítico bar El Cairo, de Rosario, el próximo sábado 26 de noviembre, cuando el ‘Negro’ cumpliría 78 años. “Contiene predicciones y crónicas de las eliminatorias y partidos de dos mundiales de fútbol, los de 1998 y 2002, que tienen como protagonista a una vidente rosarina, la ‘Hermana Rosa’”, había adelantado Mahy a este diario en julio pasado cuando se cumplieron quince años de la muerte.
“Ingrese al fascinante mundo del tablón. Sorprenda a sus amigos. Deslumbre a sus familiares. Curso acelerado”. En la primera lección, explica “cómo hacerse de una posición en las tribunas” y da consejos a todos: gordos, altos, pelados. “El problema de los calvos es que pueden convertirse en motivo de atracción en los aburridos momentos previos a los encuentros o en los entretiempos. Una calva reluciente es indudablemente un irresistible blanco para los tiradores furtivos”, explica.
Hay que tener en cuenta que, en 1978, cuando el “Negro” escribió este texto, la corrección política en el lenguaje no incluía adjetivos calificativos como esos. Mucho menos existía el inclusivo. Claro que, si recordamos el discurso que dio el humorista en el Congreso de la Lengua de 2004, celebrado en Rosario, donde reivindicó las “malas palabras”, es probable que hoy Fontanarrosa se reiría de la polémica alrededor del uso de la e para neutralizar el lenguaje. También, de las quejas contra los piropos callejeros. De hecho, en la primera viñeta del libro se ve a una hinchada trepada a una vieja camioneta y, entre las cosas que gritan los personajes, se lee: “Señora, cuídeme a la nena”.
Fuera de esos “detalles” que denotan que el manual fue escrito en otra época, todo lo demás está más vigente que nunca. Por ejemplo, la comparación que hace entre los jugadores de antes y los de ahora. El “de ayer” es más robusto, tiene algo de panza y corte de pelo parejo. El “de hoy” (de hace, en realidad, 44 años) tiene un look desaliñado, el short más corto y una camiseta con espacio para la publicidad. Además, un bolsillo “profundo”.
El autor da, también, lecciones prácticas a los ignorantes de la mística futbolera: entre ellas, “cómo tirar confeti” (que incluye instrucciones para hacer papel picado) y “aprenda a silbar”, que trae viñetas con las posiciones correctas de las manos, flechitas por donde debería circular el aire expulsado y variaciones. Es que, todo hincha fanático lo sabe (claro), en la cancha se ven los pingos. No es lo mismo un silbido debilucho que pasa inadvertido que uno “agudo, penetrante, de aprobación, en frecuencia modulada, simple o criollo”. Dice Fontanarrosa: “Ocurre que el silbido es de suma importancia en un estadio de fútbol e incluso puede decidir un resultado”.
Muy ingeniosas y divertidas resultan las ideas que ofrece en el capítulo “La tarjeta amarilla y la tarjeta roja” para imponer orden en la casa familiar. Por ejemplo: “Su hijo mejor persigue al gato: tarjeta amarilla”. “Su hijo menor tira de la cola al gato: tarjeta roja”. “El gato araña a su hijo menor en la represalia: tarjeta roja también para el gato”.
El tema que se guardó para el final del manual tiene que ver con la música en la cancha, pero no cualquiera sino los cantitos de los hinchas. En la sección “Cuatro temas fáciles para cantar en la cancha” (para bombo, palmas y matracas) ofrece ejemplos y partituras. Y, en las últimas páginas, viene un diploma para completar con el nombre de cada lector, que acredita haber aprobado el curso intensivo de hincha. Está firmado por Fontanarrosa, claro.
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