Comienza la primera edición de Ciudades Invisibles. “Salir a leer bajo las alas de Italo Calvino”
El festival organizado por instituciones de Uruguay, Colombia, Ecuador y la Argentina se desarrolla durante esta semana; participan 60 poetas de 19 países de Hispanoamérica
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A la espera de la nueva normalidad y del retorno de eventos literarios presenciales, hoy comienza el Primer Encuentro Internacional de Poesía “Ciudades invisibles”, que se realizará de manera virtual a lo largo de la primera semana del invierno 2021 en el hemisferio sur. El evento, organizado por instituciones de Ecuador, Uruguay, Colombia y la Argentina y que tendrá como eje la ciudad, se celebrará hasta el próximo domingo y participarán muchas de las más importantes voces de la poesía hispanoamericana. En esta edición, “concurrirán” más de sesenta escritores, intelectuales y catedráticos de diecinueve países de Hispanoamérica, como los mexicanos Coral Bracho, Marco Antonio Campos y Carmen Boullosa, las argentinas María Teresa Andruetto, María Negroni y Diana Bellessi, los colombianos Piedad Bonnett, Yirama Castaño y Pablo Montoya, la venezolana Adalber Salas, el brasileño Paulo Ferraz, las ecuatorianas Ana Cecilia Blum y Catalina Sojos, el uruguayo Alfredo Fresia y el español Juan Carlos Mestre.
En el marco de Ciudades Invisibles, que toma prestado su nombre del libro de relatos que Italo Calvino publicó en 1972, se llevarán a cabo lecturas de poesía y debates. El encuentro está organizado la Fundación Cultural Esteros, de Uruguay; el sello El Ángel Editor, de Ecuador; El Suri Porfiado Ediciones, de la Argentina, y la revista digital La Raíz Invertida, de Colombia. El programa detallado del encuentro y las transmisiones estarán disponibles en la página de Facebook “Ciudades Invisibles”. Posteriormente, se publicará una antología digital con poemas de los participantes, que podrá ser descargada de las plataformas de las entidades organizadoras.
“El escritor suele vivir al filo de la incertidumbre en la creación -dice la escritora Carolina Zamudio, organizadora del encuentro junto Xavier Oquendo Troncoso, Carlos Aldazábal, Hellman Pardo y Henry Alexander Gómez-. De esas profundidades personales surge el mundo propio que transmuta a veces en obra, así que este tiempo no le es extraño. Son momentos para cobijarse en la poesía ante las carencias de un mundo que brega por reconstruirse. Ciudades Invisibles es un acontecimiento maravilloso en el que emprendimientos culturales de cuatro países aúnan recursos para dar voz a sesenta poetas. La alusión a la maravilla del libro de Ítalo Calvino, que tiene antecedentes en las memorias de viaje de Marco Polo, lo demuestra”. Durante una semana, el hilo invisible de la poesía unirá diversas ciudades hispanoamericanas.
“Salir a leer bajo las alas de Italo Calvino y aquellas preciosas ciudades invisibles que llenaron nuestro corazón ya es un anhelo cumplido, pero mucho más, ahora que nos hemos hecho todos invisibles, hacerlo con amigas yamigos de toda una vida, hablo de María Teresa Andruetto, de Juan Carlos Mestre, de Coral Bracho, de Alfredo Fresia, de Yirama Castaño, de Marco Antonio Campos y de Piedad Bonnett, lo es mucho más -dice la escritora Diana Bellessi a LA NACION-. Llegará el día de los abrazos, amigas y amigos míos ahora solo vistos por Zoom; pronto llegará y otra vez corretearemos por ciudades latinoamericanas visibles, tomando nuestro vino o nuestro ron. Por ahora en las pantallas, ¡salud!”. En julio, el sello Bajo la Luna reeditará El jardín, libro de poemas de Bellessi publicado en 1991, hace treinta años.
Para el escritor colombiano Pablo Montoya, que leerá poemas el sábado 26 a las 17 junto con Juan Carlos Mestre, la paraguaya Lía Colombino y María Negroni, la poesía es una atalaya y una trinchera. “Porque son tiempos estos de resistencia y lucha -señala el premiado autor de Tríptico de la infamia-. El poema como cuenco de agua y como estandarte. Porque en las ciudades del mundo, en las habitadas e imaginadas, hay deseos fragorosos de envolverse en las palabras. Y en las noches apaciguadas, la poesía nos abre los ojos para que veamos en las estrellas el trazado de la eternidad abrazado a nuestras respiraciones breves. El poema, ese trozo indeleble de sonidos, como una de las formas de la dignidad, la valentía y el amor. Aquí estamos, estas nuevas voces remotas, para cantarle a lo que nos une en los sueños y a lo que nos aleja en la pesada cotidianidad de los días. Para decir que la poesía es y seguirá siendo la esperanza y la consolación ante la catástrofe y la muerte”.
Además de las catorce mesas de lecturas de poesía -en la que participarán 60 poetas de 19 países, todos ellos reconocidos y premiados-, habrá tres charlas de debate moderadas por los organizadores sobre un canon posible de la poesía latinoamericana (este lunes a las 17), la poesía en la era digital (el martes a las 17) y la poesía para “el final de los tiempos”, que tendrá lugar el miércoles a las 20.
Un poema de la antología de Ciudades Invisibles
Bogotá
Aquí voy yo, sin metas y sin rumbos,
odiándome en tu esquina sin sorpresas,
en el mezquino barrio donde habito,
en el precario verde que embellece
tu triste fealdad de puta vieja.
Aquí voy contra ti en la roja tarde,
sola voy, sola voy, entre ti, sola.
Ciudad hecha de trucos y de azares,
inconsistente juego de escondrijos.
Necesito inventarte, recorrerte,
encontrarme en tus calles innombradas;
mirarme en la nostalgia de un postigo
que a la rudeza de tu luz se cierra;
enredarme en tus noches pederastas,
en el temblor de todas tus mañanas.
Pero te siento ajena y enemiga,
Y yo sin asideros, yo perdida
y para siempre sola en tus entrañas. (1989)
De Piedad Bonnett