Comienza la lectura colectiva de “Gargantúa y Pantagruel” en la ruidosa e incontrolable red social X
“Síntesis deslumbrante de las preocupaciones y debates centrales del humanismo y la tradición cómica popular”, el clásico de François Rabelais convoca a lectores y expertos
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Considerado en simultáneo el Dante francés, el Shakespeare francés, el Cervantes francés e incluso el precursor de Voltaire, Daniel Defoe, Jonathan Swift y James Joyce, el escritor, médico y monje François Rabelais (¿1483 o 1494?-1553), autor de acaso la primera novela moderna, Gargantúa y Pantagruel [título con el que se conoce un conjunto de libros del autor], será homenajeado en la primera lectura colectiva hispanoamericana del año, #Rabelais2025, por iniciativa del investigador y profesor lusovenezolano Juan Horacio de Freitas (Caracas, 1986). En Bluesky no se consigue: la lectura comienza el lunes 6, en X, con el primer capítulo del primer libro de la serie: “La muy horrífica vida del gran Gargantúa”. Se leerá un capítulo por día, de lunes a viernes.
Humanista, anticlerical, anárquica, obscena, satírica y profética, la obra maestra de Rabelais -publicada en 1534- podría iluminar el presente con la historia de los dos filosóficos y aventureros ogros (padre e hijo) devotos de los festines. Del nombre de uno de los gigantes deriva el adjetivo pantagruélico.
Sé que pasaron de moda las lecturas colectivas, pero igual cuéntoles que desde el 6 de enero leeré y comentaré con la etiqueta #Rabelais2025 un capítulo por día (menos sábados y domingos) del 1er libro de "Gargantúa". Si alguien me acompaña en este carnaval literario, yo feliz. pic.twitter.com/9NXaNVZRe1
— Juan Horacio de Freitas (@deFreitasJH) December 24, 2024
“No pretendemos decidir si es justo colocar a Rabelais a la par de Shakespeare o por encima o debajo de Cervantes, etc. -observó el investigador ruso Mijail Bajtín en La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento-. Por lo demás, el lugar histórico que ocupa entre los creadores de la nueva literatura europea está indiscutiblemente al lado de Dante, Boccacio, Shakespeare y Cervantes. Rabelais ha influido poderosamente no solo en los destinos de la literatura y la lengua literaria francesa, sino también en la literatura mundial (probablemente con tanta intensidad como Cervantes). Es también indudable que fue el más democrático de los modernos maestros literarios. Para nosotros, sin embargo, su cualidad principal es la de estar más profundamente ligado que los demás a las fuentes populares (las que cita Michelet son exactas, sin duda, pero distan mucho de ser exhaustivas); el conjunto de estas fuentes determinaron su sistema de imágenes tanto como su concepción artística”. En el umbral del siglo XV, Rabelais se inspiró en las ideas, el folclore y la tradición oral popular europea de la Edad Media.
Si van a leer un libro en 2025, olvídense por un bendito momento de las novedades y abran el inmenso, desbordante, desmesurado, genial Gargantúa de Rabelais, al que Voltaire, que lo admiraba, le reprochaba las vulgaridades que son parte de su encanto: Joyce no llegó tan lejos. https://t.co/tIomOuoU70
— Aurelio Asiain🗣️ (@aasiain) January 3, 2025
Freitas es investigador y profesor adscrito a la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, en Santiago de Chile; en otras ocasiones impulsó la lectura colectiva de filósofos como Friedrich Nietzsche y de Marco Aurelio. “Me encuentro trabajando, por mi proyecto posdoctoral, en un fenómeno que me ha parecido adecuado llamar ‘poder carnavalesco’ -dice a LA NACION-. El ciclo gargantuesco y pantagruélico de Rabelais es quizás la fuente literaria más importante de la expresión de dicho poder, por lo que quisiera volver a ellos para extraer nuevas ideas. Por otra parte, creo es un texto que se adapta muy bien a la vida de esta red social: de múltiples voces entrecruzadas caóticamente, ruidoso, indeterminado, incontrolable, festivo, escatológico. A través de Rabelais, X puede verse en un espejo que no le devuelve un gesto de desdén”.
En su cuenta de X, @deFreitasJH, Freitas comentará sus impresiones acerca del libro. “Dejaré un registro al que seguro volveré para mis trabajos, aunque lo que más me gustaría es que un grupo de amigos lectores se entusiasme con la idea y me acompañen en la lectura con sus impresiones, sus ideas, sus propios conocimientos y así aprender con ellos más de libro; aprender y, sobre todo, reírme más”, promete.
Ya confirmaron su participación el traductor y escritor mexicano Aurelio Asiain, la profesora Valeria Castelló-Joubert y el profesor colombiano David Martínez. “Va a estar buenísima esta lectura. Tengo mucho entusiasmo. Es una gran obra Gargantúa, paródica, con mucho humor. Es necesario ponerla en contexto para captar las referencias de Rabelais. La enseñé durante años y ahora me daré el gusto de seguir aprendiendo”, anticipa Castelló-Joubert.
Pantagruel, Gargantúa y nosotros
A pedido de LA NACION, la profesora y doctora en Letras Susana Artal, que dirige la cátedra de Literatura Europea Medieval en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y se desempeña como investigadora del Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas “Dr. Amado Alonso”, escribe sobre Rabelais, su época y los lectores contemporáneos.
“En los últimos meses de 1532, de una imprenta de la ciudad de Lyon surgió un libro que marcaría la historia literaria: Pantagruel. Los horribles y espantosos hechos y proezas del muy famoso Pantagruel, Rey de los Dipsodas, hijo del gran gigante Gargantúa, nuevamente compuestos por Maître Alcofrybas Nasier. Detrás del nombre de ese supuesto autor, se ocultaba el de François Rabelais, un médico que, además de frecuentar lo más selecto de la intelectualidad local, había editado obras eruditas, como las Epístolas médicas de Manardi o la traducción latina de los Aforismos de Hipócrates. Ese hombre de tan vastos intereses imprimió en sus libros el doble sello de su incomparable creatividad verbal y de sus intereses de humanista: la preocupación por la educación, la justicia, la conducta del príncipe y el buen gobierno, el gran tema del lenguaje y la interpretación… Todas estas cuestiones, presentes en Pantagruel, serían pronto retomadas y profundizadas en el Gargantúa.
Estos dos libros, en los que es fácil reconocer el esquema de las novelas de caballería que narran la iniciación del caballero, se integran en un ciclo que Rabelais concibió en diferentes períodos de su vida. Así, más de catorce años después, siempre censurado por la Sorbonne, Rabelais publicó el Tercer y el Cuarto libros de Pantagruel, en los que subyace el modelo narrativo de la búsqueda y los viajes. Luego de la muerte de Rabelais, se publicó un Quinto libro, cuya autenticidad está en duda.
A ingredientes tan variados se suma una comicidad alimentada en fuentes múltiples: la narrativa breve francesa e italiana, los elementos de la cultura carnavalesca y la cultura clásica, no solo por la influencia de autores como Luciano y Aristófanes, sino también por las referencias extraídas de las obras de erudición, los repertorios científicos y, muy especialmente, las obras de medicina. La combinación de todos estos elementos hace de los libros de Rabelais productos de una originalidad que escapa a todas las clasificaciones.
Múltiples factores (complejidad lingüística, censura y avatares políticos) ocasionaron que estos libros, síntesis deslumbrante de las preocupaciones y debates centrales del humanismo y la tradición cómica popular, hayan sido durante mucho tiempo tan poco o mal conocidos en los ámbitos hispanohablantes, que demoraron casi cuatro siglos en ser traducidos por primera vez a nuestra lengua. Ojalá que esta anunciada lectura ayude a que se lo siga conociendo y disfrutando”.
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