Comenzaron en el museo MACA las celebraciones por los 150 años del nacimiento de Torres García
Unas tres mil personas asistieron al edificio de Manantiales a la inauguración de la primera muestra de 2024 en homenaje al artista uruguayo; una invitación a recorrer sus itinerarios geográficos y mentales a través de un montaje que parece un rompecabezas
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Al son de un piano y bajo la emblemática esfera roja de Julio Le Parc, unas tres mil personas se acercaron ayer al Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry (MACA) de Punta del Este, para la inauguración de la primera muestra conmemorativa de los 150 años del nacimiento del padre del universalismo constructivo, el uruguayo Joaquín Torres García (1874-1949). Otras dos exposiciones también abrían sus puertas, dando comienzo así a la temporada de verano en este paraíso de arte situado en medio del campo, en Manantiales: una, del italiano Bruno Murani, la otra, del danés Adam Jeppesen.
“Con estas tres muestras abarcamos más de 100 años de historia: un siglo de arte”, comenta a LA NACIÓN Piero Atchugarry, hijo del escultor que desarrolló este colosal proyecto.
No obstante, la estrella es Torres García y la invitación a recorrer sus itinerarios geográficos y mentales a través de un montaje que parece un rompecabezas. “Combina cuadros, archivos y manuscritos; y realmente integra la vida, obra y pensamiento de Torres”, comenta a LA NACIÓN Alejandro Díaz, director del Museo Torres García.
Una posibilidad es “leer” la exposición siguiendo los viajes que realizó Torres durante más de cuarenta años, desde que emigró de su país natal a sus diecisiete años en 1891, hasta que regresó en 1934, y reflexionar sobre cómo esos periplos fueron abriéndole camino para descubrirse a sí mismo y llegar al punto cúlmine de su producción visual e intelectual.
Un mapamundi sobre la pared del fondo, en la primera sala, indica las ciudades donde vivió o transitó el artista, y dialoga visual y conceptualmente con la obra exhibida: de pronto los veraneantes se trastadan del sur de Latinoamérica a Barcelona, Nueva York, París o Madrid y las distintas etapas del autor. “Su vida fue una travesía buscando lo más esencial y lo más profundo del arte, sintiendo que era lo más importante para él y queriendo compartirlo”, agrega el director del museo que lleva el nombre del homenajeado, contento con el trabajo realizado por las curadoras argentinas Aimé Iglesias Lukin y Cecilia Rabossi. “Es una curaduría muy inteligente”, opina.
Al final del recorrido, el visitante irá regresando nuevamente al sur. Allí se encuentra el famoso mapa invertido de Sudamérica con el que Torres representó gráficamente una de sus entregas conceptuales más importantes: la propuesta de leer el arte y la cultura desde lo local, desde el sur. “Nuestro norte es el sur”, es la frase que resume la propuesta. El dibujo expresa simbólicamente su punto de regreso a Uruguay, cuando “viene con la modernidad de los movimientos de vanguardia europeos, pero a la vez, elabora ideas propias sobre el modernismo, hundiendo sus raíces en distintas tradiciones”, explica Enrique Aguerre, director del Museo Nacional de Artes Visuales a LA NACIÓN. “Trae la lengua viva de los tantos creadores contemporáneos que justamente se encontraban en Europa, en las tertulias, en París, va a Bruselas, Italia. Viene con un bagaje de experiencia y cultura y lo transmite a la tierra donde nació”, complementa Pablo Atchugarry.
Sobre los muros conviven materiales bocetos, anotaciones o dibujos en libretas, libros y cuadros. “Nos pareció importante visibilizar de manera didáctica el archivo y que este no sea el clásico elemento secundario que se pone en las vitrinas como un extra; y para ello le dimos una visibilidad real, poniéndolo en las paredes al mismo nivel y jerarquía que la obra”, explica Iglesias Lukin a LA NACIÓN.
“Es la primera vez que se hace una muestra importante de Torres García fuera de Montevideo. Eso habla también de lo que está pasando en esta región”, comenta Leonardo Noguez, director artístico del MACA.
Luego de las cálidas palabras de bienvenida del dueño de casa, las curadoras y directivos de distintas instituciones, la tarde se llenó de música con los punteos de la guitarra de Mathias Atchugarry, sobrino del artista que esculpió esta ciudad de arte, dándole forma de un impactante polo cultural que viene transformando la escena cultural en Punta del Este y Uruguay. “El espíritu del lugar es que todo esté abierto y que puedas volver las veces que quieras”, retoma Piero.
Los visitantes se acomodan en las sillas del anfiteatro a cielo abierto, ahora bajo las estrellas, para disfrutar del estreno de la película Los hijos de la Montaña, con los colores de la vida y obra de Pablo Atchugarry. “El hombre está destinado a moverse tratando de seguir sus sueños”, dice una frase suya al comienzo del film.
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