Comedia humana de un solo hombre
Nadie mejor que Andrés DiTella para hacer una película con el Diario de Ricardo Piglia. No sólo por el carácter que anima su filmografía, sino porque es amigo cercano de Ricardo desde hace más de veinte años. De hecho, la hizo a partir de una propuesta del mismo Piglia. La aproximación de Di Tella es apropiación amorosa, pero también convierte la película en su propio diario personal, "el diario de la lectura de un diario". Este argumento tiene una enorme potencia conceptual porque resuelve de la manera más lúcida la elección del punto de vista, y además el dilema del propio Piglia de no saber qué hacer con ese material autobiográfico. Son casi sesenta años de vida en 327 cuadernos, una especie de Comedia humana de un solo hombre. Piglia –lo confiesa en el film– no puede pasar a máquina esos manuscritos, ni siquiera releerlos todos. Nadie podría. La opción es el fragmento, el recorte. Piglia lee pequeños retazos. DiTella relata en frases discretas su experiencia de trabajo íntimo con el escritor. Esto incluye la irrupción de la enfermedad. Piglia la asume con coraje. DiTella lo acompaña. Acá no se rinde nadie. Hay que seguir leyendo, escribiendo, filmando. Los primeros planos de Piglia serán para siempre el retrato de una fisonomía que refleja una vida, y cualquier frase del Diario hablará por el Diario entero. Lo imposible retrocede frente al puro presente material de la literatura y del cine.
El autor es artista