Como un oráculo, ahora se le puede preguntar a una web por los detalles registrados en el famoso diario que registra la amistad de los dos grandes escritores argentinos
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Gracias a la inteligencia humana y a la artificial, fragmentos del codiciado Borges, de Adolfo Bioy Casares, que desde hace mucho tiempo no se consigue en librerías y en MercadoLibre se cotiza a más de doscientos mil pesos por ejemplar, se pueden leer en forma gratuita. En la página web comeencasaborges.org, un buscador del diario de Bioy sobre su amigo que ideó Germán Gallo, están disponibles las entradas de este libro que hizo las delicias de los lectores y que desató la furia de la viuda de Borges, María Kodama.
Los derechos de la obra, cuya edición estuvo al cuidado de Daniel Martino y que en 2006 había publicado la editorial Destino, actualmente se encuentran vacantes. [Aclaración: no hay en la actualidad ediciones del Borges y los derechos los administra Martino]. “Entre 1947 y 1989 Bioy Casares registró en un diario increíble cientos de reflexiones y charlas junto a su amigo Borges. ¡Ahora podés buscar lo que quieras en ese diario!”, anunció hoy Gallo en su cuenta de Twitter (@germangallo). El buscador permite leer en forma aleatoria el Borges de Bioy.
“Buscá lo que quieras en el diario de Adolfo Bioy Casares sobre Jorge Luis Borges”, se anuncia en la página web “Come en casa Borges” (leitmotiv del diario, con el que Bioy solía iniciar varias entradas). También se ofrece la lectura de cinco entradas al azar. En una se aprecian las consideraciones del dúo de amigos sobre el intelectual dominicano Pedro Henríquez Ureña, fechadas en 1981: “Era mejor que [Amado]. Alonso, pero de cultura modesta e inteligencia más bien mediocre. Ha quedado como el Maestro de América. Por un acto de fe se lo considera sabio y muy inteligente. No era muy allá, como decía Madre: era más bien limitado mentalmente. También por un acto de fe personas de las que se podría esperar mejor criterio, admiran a Ricardo Molinari como poeta”. Bioy: “El suave tono de voz y la ironía primordialmente facial convencen a los interlocutores de Ureña; los admiradores de [Ricardo] Molinari son engañados por la primorosa tipografía de sus primeras plaquettes de poemas”. En público, ambos escritores argentinos declaraban su admiración por Henríquez Ureña.
Gallo cuenta a LA NACION que durante varios años buscó un ejemplar del Borges de Bioy. “No lo encontraba por ningún lado -dice-. Ni para comprar, ni pirata, ni nada. Encontraba nomás el Minor [la edición abreviada]. El año pasado caí en una web medio perdida y estaba el ePub completo del libro. Lo leí y me encantó. Tiene esta cosa increíblemente polémica de poner en boca de Borges cosas que no podremos chequear nunca. Pero había algo ahí de lo íntimo haciéndose público que me parecía espectacular”. Gallo destaca del libro “esta cosa genial de retratar la amistad tal cual es: súper intensa en los intereses compartidos, como la literatura y el arte, pero también intensa en lo banal, como el chusmerío de las personas que conocen y el humor sin filtro de una sobremesa”.
“Sin embargo, al mismo tiempo me pasaba que la lectura me abrumaba un montón -agrega este exestudiante de Letras y diseñador web-. Hay decenas de entradas que parecen intrascendentes. Después aparece una joya. Después otra. Después charlas que me exceden y donde no cazo ni una referencia. Entonces empecé a probar buscar en el ePub cosas que me interesaban, o donde quería entender qué visión tenía Borges sobre algún tema en particular y me pareció un ejercicio divertidísimo. Era como un oráculo borgeano o, como me dijeron Daniel Molina y Julián Gallo, una especie de I Ching”.
Gallo comenzó a compartir y “testear” entradas del diario de Bioy con sus amigos y su pareja. “Después muchos me decían: ‘Buscame qué dice sobre tal tema’ -recuerda-. Ahí fue cuando pensé en armar este proyecto, basado en una idea similar de un buscador de Harry Potter que había hecho un amigo mío. Como no sé programar, y otra cosa que me interesa mucho es la inteligencia artificial, le dediqué mucho rato a charlar y pedirle a ChatGPT que programara por mí las cosas que necesitaba. Principalmente, estructurar el contenido del diario en una base de datos más o menos ordenada, y después armar la web y el buscador. Costó bastante, porque el ePub no tenía una estructura muy clara, pero después de muchos intentos quedó algo más o menos funcional que es lo que compartí hoy”.
Durante el desarrollo del proyecto, Gallo tuvo de interlocutores (además del cortés ChatGPT) a un amigo programador, que le proporcionó ideas técnicas, y a su pareja.
Admite que no tiene los derechos del libro, ni cuenta con el permiso de la heredera ni de Martino. “El proyecto es más lúdico-académico que otra cosa, y por eso lo registré en un dominio.org -sostiene-. No tengo publicidad ni nada como para monetizarlo. De todas formas, me encantaría tener apoyo porque, partiendo de una versión mejor armada que el ePub con el que trabajé, muchas cosas del proyecto quedarían mejor; este ePub tiene errores tipográficos, y las notas al pie no estaban bien ordenadas por lo que tuve que resignarlas para armar el proyecto”. Casualmente, el gestor del buscador vive en la calle Borges, a una cuadra de la casa natal del autor de Ficciones. “¡Donde hoy no hay ni una referencia a él!”, concluye.
Hubo dos ediciones del Borges, una completa (la que en MercadoLibre se vende a precios siderales) y otra abreviada. Los derechos de autor de la obra de Bioy Casares pertenecen a la terrateniente Sara Josefina (Finita) Demaría Madero Unzué, madre de Fabián Bioy Casares, el difunto hijo extramatrimonial del autor de La invención de Morel (engendrado al parecer en París, y donde murió en 2006). Por acuerdo judicial, la señora Demaría comparte decisiones de publicación de algunos textos (como en el caso del Borges y el Wilcock) con Martino, estudioso de la obra de Bioy, a quien este le habría entregado también cinco novelas inéditas y otros “papeles privados” (por ese motivo, los derechos del Borges los administra Martino, que también es coautor de la obra). Años atrás, Martino había anunciado una edición ampliada del Borges que aún no se concretó.
https://t.co/rSvBtYTc5J (a) El periodïsta comete varios errores: los derechos del BORGES no están vacantes. (b) El sitio que promueve es delictivo.
— Daniel Martino (@DMartino_1961) April 25, 2023
Esta tarde, Martino publicó en su cuenta de Twitter (@DMartino_1961) un mensaje en el que advertía que los derechos del Borges de Bioy no estaban vacantes (él los administra, pero no adelantó el nombre de la editorial donde se relanzaría la obra). También caracterizó la página web ideada por Gallo como “delictiva”.
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