Cierra Lorraine, otra librería histórica de la avenida Corrientes que ya no puede mantenerse
Fundada hace más de 60 años, bajará la persiana definitivamente a finales de enero; la poca afluencia de personas en el centro desde 2020 y los costos elevados para mantener un local ponen en riesgo al sector
- 5 minutos de lectura'
Otra librería baja la persiana en la ciudad de Buenos Aires este mes, más precisamente en la avenida Corrientes 1513, entre Paraná y Montevideo. A finales de enero, la librería Lorraine, de más de sesenta años, dejará de atender a su clientela habitual. Hasta ese momento, de 11 a 18, a veces con la persiana baja, seguirá en actividad. En la misma cuadra había cerrado una librería de usados y saldos editoriales hace dos años y, en medio de la pandemia, una sucursal de Galerna abandonó la “calle que nunca que duerme” en 2021 para mudarse a la avenida Santa Fe.
Lorraine, que adoptó su nombre del cine homónimo que estaba junto al primer local, tiene un cartel en la fachada: “Desde 1960 en la cultura”. Pero la crisis le puso fecha de vencimiento al compromiso asumido por Pedro Sirera décadas atrás. Su hija, Mirna, actual encargada del local, dijo a LA NACION que la dueña de la librería (su madre, Cayetana Buscemi) no quería perder más dinero en el afán de mantener el negocio y que el motivo del cierre era estrictamente económico. “No da ni para pagar los gastos”, indicó. Según explicó, la pandemia afectó mucho las ventas, en parte porque las librerías de la avenida Corrientes estuvieron cerradas de marzo a agosto de 2020 (en mayo, abrieron una semana y luego debieron cerrar porque según las autoridades porteñas era una zona de “alto tránsito” aunque en ese momento ni Tribunales, ni las salas de teatro ni los cines estaban abiertos), y en parte porque, cuando reabrieron, la circulación de personas por la zona era escasa, por no decir nula.
En la librería informaron que no recibieron ningún apoyo especial del gobierno porteño ni del nacional para evitar el cierre. En 2020, se beneficiaron del programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) del Gobierno nacional, “que cortaron abruptamente en octubre”, acota la encargada, que hace treinta años trabaja en el negocio familiar. “Lo único bueno de 2021 fue La Noche de las Librerías -dice Sirera-. Pero eso no alcanza”.
Lorraine es una librería “generalista”, con novedades editoriales y un catálogo especializado en ciencias sociales, lingüística, teoría literaria, psicoanálisis y sociología. Muchos títulos de los sellos Cátedra y Alianza (importados) se liquidan ahora a partir de los 490 pesos. Se encuentran libros de los historiadores Georges Duby y Roger Chartier, la biografía de Lutero de Heiko A. Oberman, Introducción a las ciencias sociales de Francisco Ayala, Sobre la deconstrucción de Jonathan Culler, Poesía y creencia de Harold Bloom, Estilo barroco y personalidad creadora de Fernando Lázaro Carreter, Vida del espíritu y tiempo de la polis, de Simona Forti (sobre Hannah Arendt), y Fonología moderna de Alan Sommerstein, por mencionar algunos. También hay ejemplares de la colección de lingüística, teoría del discurso y comunicación de la editorial Hachette (que dirigió la investigadora Elvira Arnoux), de Gedisa (psicoanálisis), de pedagogía y otros de derecho, que se venden a partir de los $ 150. Se encuentran ofertas de un libro de la colección Alianza Cien por $ 50 y de tres ejemplares por $ 120; hay otras de un libro por $ 150 y de tres por $ 400.
Las novedades ya empezaron a ser embaladas en cajas para su devolución. Cuando Lorraine cierre en forma definitiva, se creará una página web para vender el remanente por internet. Actualmente, también se pueden comprar libros por la cuenta de Instagram @librerialorraine.
“Lamentablemente, cierra una librería más -dice a LA NACION el presidente de la Cámara Argentina del Libro (CAL), Martín Gremmelspacher-. En el caso de la avenida Corrientes, ha perdido ese caudal de tránsito que tenía antes de la pandemia y no lo ha recuperado. Llamé a libreros para preguntarles cómo andaban y es cierto que las ventas se recuperaron, pero no en los niveles que deberían tener para mantener locales como esos, que normalmente son caros y necesitan de un flujo de tránsito que hoy no está. Los costos de alquiler, luz y agua son muy altos para una librería, y hay otros nuevos que están surgiendo, como ingresos brutos. Si bien el libro está exento de IVA, las librerías no y seguimos reclamando para que puedan acceder a ese beneficio. MercadoLibre, que representa un porcentaje importante de la venta de una librería, hace retenciones de ingresos brutos, con lo cual se quita rentabilidad”. Gremmelspacher indica que este “combo de cuestiones” afecta al mundo del libro y que desde la CAL continuarán haciendo gestiones ante el Gobierno para amortiguar el impacto de la crisis económica.
Para el presidente de la Fundación El Libro (FEL), Ariel Granica, resulta “muy frustrante” comprobar que después del gran esfuerzo que impuso la pandemia, se cierren como si nada más librerías en el país. “Es mucha la dificultad y la falta de comprensión -dice-. La dificultad es la siguiente: si vemos dos locales comerciales idénticos y de igual valor locativo (alquiler), por ejemplo de $ 100, la librería paga $ 121, y así con la gran mayoría de los egresos que tiene la actividad comercial salvo los salarios. Y esto porque las librerías no pueden descargar el IVA que pagan en su actividad normal, por un adefesio de la administración que las dejó inexplicablemente afuera y no se corrige después de múltiples reclamos. No es necesario hacer muchas cuentas para entender que es una desventaja estructural que afecta de lleno a las posibilidades de éxito de un negocio y es fácil imaginar, en medio de la pandemia, con caídas verticales de los ingresos, el efecto de esos sobrecostos”.
Granica señala que los eslabones “esenciales” de la cadena de valor del libro (las librerías) corren con desventaja respecto del resto de los comercios. “No se comprende que no es ‘un negocio más’ -observa-. Las librerías son casas de cultura y es mucho lo que se pierde con el cierre de una de ellas”.
Otras noticias de Arte y Cultura
Más leídas de Cultura
“Me comeré la banana”. Quién es Justin Sun, el coleccionista y "primer ministro" que compró la obra de Maurizio Cattelan
“Un clásico desobediente”. Gabriela Cabezón Cámara gana el Premio Fundación Medifé Filba de Novela, su cuarto reconocimiento del año
Perdido y encontrado. Después de siglos, revelan por primera vez al público un "capolavoro" de Caravaggio
“La Mujer Gato”. Eduardo Costantini logró otro récord para Leonora Carrington al pagar US$11,38 millones por una escultura