Centenario de León Ferrari en el Reina Sofía
MADRID.– Un oxímoron –bondad y crueldad– y una advertencia –una posible herida a la sensibilidad de los espectadores– son la puerta de acceso a esta muestra que conmemora el centenario del artista argentino León Ferrari (1920-2013). El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía inauguró esta exposición que luego será recibida en el Van Abbe Museum, de Eindhoven, y en el Musée National d’Art Moderne Centre Pompidou, de París. La familia del artista que impulsa este homenaje ha donado 300 piezas a la colección del museo madrileño donde se expone El Guernica, de Pablo Picasso.
La nieta del artista plástico, en representación de la Fundación Augusto y León Ferrari Arte y Acervo, viajó a Madrid para la inauguración de la retrospectiva e hizo efectiva la donación de collages, dibujos y esculturas del creador que, en 2007 obtuvo el León de Oro en la Bienal de Venecia. La bondadosa crueldad. León Ferrari 100 años es el título de este homenaje y del poemario ilustrado con collages que el artista publicó en 2000, dedicado a su hijo Ariel, desaparecido durante la dictadura.
A lo largo de varias salas, a través de un itinerario no lineal, se exhiben una extensa muestra de la creación del artista. Los curadores Fernanda Carvajal, Javier del Olmo y Andrea Wain explicaron a LA NACION el hilo conductor de esta muestra que expone “lo que a primera vista aparece como bondad (la salvación, el bien o lo ético) y en realidad es cruel, atormenta y condena. Desde la lectura de Ferrari lo bondadoso podría ser la religión o la civilización, y la crueldad, la intolerancia y la violencia que esa misma supuesta bondad genera y que es intrínseca a ella”.
“Irreverente” y “polémico” son algunos adjetivos con los que la prensa española dio cuenta de esta muestra. En la sala “Arqueología religiosa de la violencia”, se exhibe una de sus obras más conocidas, por la polémica que suscitó: La civilización occidental y cristiana (1965). Esta instalación expone una imagen de Cristo crucificado en un avión de guerra se instaló en el mítico Instituto Di Tella. Luego, en 2004, Jorge Bergoglio, por entonces arzobispo de Buenos Aires, repudió la muestra de Ferrari que se llevaba a cabo en el Centro Cultural Recoleta y a la que calificó como “una blasfemia que avergüenza a nuestra ciudad”. Imágenes de Cristo, vírgenes, santos, Papas, otras eróticas, así como las de dictadores integran esta muestra tan amplia de un artista prolífico.
La controversia y la polémica que se asocian a la obra de Ferrari, consideran los curadores, imantan el interés hacia su propuesta. “La discusión fomenta la tolerancia y la aceptación de la diversidad de pensamiento. Muchas veces, los propios católicos sienten afinidad por su obra y muchos desinteresados en el arte en general descubren aspectos de la cultura que nunca han revisado. La obra de León Ferrari moviliza sin duda Es nuestra obligación hacer accesible el legado para que las personas tengan el derecho a conocerlo”.
En la sala llamada “La justicia y los juicios”, se exhibe Juicio Final (1994), inspirada en la célebre obra de Miguel Ángel. Este collage que incorpora excremento de palomas sobre el célebre lienzo. También se exhibe la instalación La Justicia/Quinto Centenario de la Conquista de América.
Los curadores explicaron a LA NACION que la obra de Ferrari se actualiza constantemente: “El Cristo crucificado en el avión de guerra nunca deja de ser contemporáneo. Su ironía y humor sigue viva en cada uno de los montajes ingeniosos entre objetos comprados en once y collages de biblias e imágenes eróticas. Cada una de sus luchas no se han ganado: la sexofobia, la homofobia, la misoginia, la discriminación, el hambre y las guerras”.
La muestra se exhibe en el museo madrileño hasta abril. El 8 de mayo se inaugurará en Eindhoven en mayo de 2021 y en París en abril de 2022. “Ferrari es un artista que trasciende los límites del arte y los territorios, por eso decimos que su legado es patrimonio de la humanidad”, concluyen los curadores.
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