Caso Altuna: científicos y docentes critican la “politización” del Conicet en una solicitada
En contra de la reacción de repudio a una historieta evidentemente irónica, dicen: “Esa verborragia altisonante del comunicado institucional no tiene nada que ver con el Conicet”
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Un debate de historieta retrata la actualidad en el país. A raíz de la polémica desatada el viernes pasado, luego de las críticas y agresiones que recibió el historietista Horacio Altuna tras haber sido “denunciado” en redes a causa de una tira, donde el personaje de un chanta establece “una enumeración irónica” (según dijo Altuna) entre docente, investigador del Conicet y “ñoqui”, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) emitió un comunicado en su cuenta de Twitter, @CONICETDialoga, en el que se repudiaba “ese tipo de valoraciones y formas de construcción social”, en referencia al cuadrito de la historieta Es lo que hay.
Altuna no solo tuvo que explicar sino también pedir disculpas. “Lamento, repito, si me equivoqué en la narración -se vio obligado a decir el célebre dibujante-. Me sorprende también, que los ofendidos defensores del Conicet, Instituto que respeto y admiro, me insulten por eso. Otra vez, lo siento. Es la primera vez en más de 50 años de profesión que me pasa”. Por si fuera poco, publicó la imagen de una tira de 2001 (El Nene Montanaro) en la que uno de los personajes ironiza del mismo modo sobre el Conicet: “Soy docente, soy médico del PAMI, laburo en el Instituto Malbrán, estoy en el Conicet”.
Tiras de El Nene Montanaro que salieron el 8 y el 16/10 del 2001que repiten situación de la causante de la polémica de ayer y que no produjeron ningún bardo. pic.twitter.com/2eEMXeV2tp
— Horacio Altuna (@HoracioAltuna) June 10, 2023
El comunicado oficial del organismo público, que desde 2019 preside Ana Franchi, se publicó horas después de que Altuna pidiera disculpas en su cuenta de Twitter, lo que indignó a varios admiradores del historietista, creador de El loco Chávez y Las puertitas del Sr. López con el guionista Carlos Trillo. ¿Es misión de una institución pública condenar o repudiar el trabajo de un artista? ¿Los organismos públicos no pueden ser objeto de chistes, burlas y críticas?
Hoy, por iniciativa de los investigadores Sandra Pitta y Julio Montero y del profesor universitario Fernando Pedrosa, se dio a conocer una solicitada en contra de la “politización” del Conicet. “Más allá del contenido de la tira, el Conicet no siguió el camino de la conversación constructiva; optó, en cambio, por el repudio aleccionador y el escrache, asumiendo una actitud que abona la intolerancia y la autocensura. Poco importó que la libertad de expresión y la libertad artística sean instituciones fundamentales de la democracia que recuperamos hace 40 años”, se lee en la solicitada, que en pocas horas sumó cientos de firmas.
“Cuando vimos la reacción del Conicet a través de su cuenta oficial, una respuesta con un lenguaje autoritario y militante, a muchos investigadores y docentes nos causó mucho escozor -dice la investigadora y excandidata a diputada Sandra Pitta a LA NACION-. Cuando Julio Montero y Fernando Pedrosa, amigos míos, se contactaron, decidimos escribir una solicitada entre científicos y docentes de todo tipo de ideología, incluso del oficialismo, pero que no adhieren a estas formas que tiene el Conicet de ponernos a todos en el mismo lugar, y ponerla a consideración de los colegas”.
Porque muchos queremos un CONICET realmente plural, hemos firmado esta solicitada: pic.twitter.com/UvESZesMdb
— Sandra Pitta (@spitta1969) June 12, 2023
Para Pitta, la tira de Altuna en el diario Clarín es “evidentemente irónica” y se ríe de aquellos que llaman “ñoquis” a los investigadores y docentes. “Cualquiera que lo haya seguido sabe que es su manera de decir lo contrario [o sea, que el personaje del ‘gordo’ no tiene mucho dinero]. La falta de comprensión de la ironía y esa verborragia altisonante del comunicado institucional no tienen nada que ver con el Conicet. Si el día de mañana sube al poder alguien que no piensa igual que el oficialismo actual y saca comunicados de acuerdo a su ideología, a muchos no les va a gustar. Si un investigador o un docente se enojan y lo expresan, es la opinión de una persona, no del organismo. Hay que perder el miedo y hacer hincapié en que el Conicet debe ser un organismo plural donde se piense desde distintos puntos de vista”.
En este mundo de ofendidos y pieles finitas, yo quiero leer las disculpas de los literalópatas que conducen circunstancialmente instituciones de prestigio y salieron a pasear el patrullero para verduguear a ese pedazo del patrimonio nacional que es Horacio Altuna. pic.twitter.com/hkoq1ywrV2
— Puri ⭐⭐⭐ (@SoyPuri) June 9, 2023
Entre los firmantes, figuran los nombres de investigadores, científicos y profesores universitarios como el politólogo Marcelo Cavarozzi, el geólogo Jorge Rabassa, los ingenieros agrónomos María E. Otegui y Diego Cosentino, las historiadoras María José Navajas y María Victoria Baratta, el médico psiquiatra Humberto Persano, el médico y exviceministro de Salud Néstor Pérez Baliño, la investigadora en educación Guillermina Tiramonti, el neurólogo Conrado Estol, el astrónomo Ricardo Gil-Hutton, el abogado Osvaldo Pérez Sanmartino, el académico e historiador Fernando Devoto, la bioquímica Gabriela Barrientos y la diputada e historiadora Sabrina Ajmechet. “Más que repudiar tiras cómicas, cancelar debates y ensalzar nuestra propia labor, los investigadores del sistema público deberíamos entablar un diálogo honesto sobre las razones que llevan a muchos ciudadanos a mirar al Conicet con recelo y sobre las políticas que pueden ayudarnos a mejorar nuestra productividad y a recuperar el unánime reconocimiento social que alguna vez tuvimos”, proponen.
La investigadora reveló que muchos colegas del Conicet que habían votado por el oficialismo acordaban con el contenido de la solicitada, aunque algunos se abstuvieron de firmar. Otros estimaron que firmarla podía perjudicar su carrera como investigadores en el organismo. “Pero cada vez más personas se están animando a dar su opinión”, concluyó Pitta.
Solicitada de científicos y académicos contra la politización del Conicet
El viernes, a través de su cuenta de Twitter, el CONICET “repudió” una obra del prestigioso historietista Horacio Altuna publicada en un diario de tirada nacional. Más allá del contenido de la tira, el CONICET no siguió el camino de la conversación constructiva; optó, en cambio, por el repudio aleccionador y el escrache, asumiendo una actitud que abona la intolerancia y la autocensura. Poco importó que la libertad de expresión y la libertad artística sean instituciones fundamentales de la democracia que recuperamos hace 40 años.
El CONICET buscó sumarse así al coro que cotidianamente arremete contra la prensa independiente, deslizándose en una disputa propia de la política argentina ajena a su labor. Resulta llamativo que el CONICET se preocupe por el humor gráfico en lugar de reclamar por la ejecución y el incremento de los fondos para salarios, equipamiento y proyectos de investigación, cuestión esencial para el funcionamiento del organismo en el contexto de una crisis general que afecta gravemente al sector.
Por ese motivo, los abajo firmantes nos vemos en la necesidad de manifestar nuestro desacuerdo con la politización de un organismo público de carácter técnico. Creemos que son estas actitudes las que más daño le hacen al prestigio de la institución y rechazamos cualquier intento de vincular a la ciencia con causas partidarias. El único compromiso de los investigadores debe ser con la producción de conocimiento y la exploración de la verdad científica en las distintas disciplinas, sin condicionamientos ideológicos, vigilancia ni alineamientos verticales.
Más que repudiar tiras cómicas, cancelar debates y ensalzar nuestra propia labor, los investigadores del sistema público deberíamos entablar un diálogo honesto sobre las razones que llevan a muchos ciudadanos a mirar al CONICET con recelo y sobre las políticas que pueden ayudarnos a mejorar nuestra productividad y a recuperar el unánime reconocimiento social que alguna vez tuvimos. La ciencia solo puede florecer en un clima de respeto por la diversidad de opiniones, la crítica y el pluralismo, donde ninguna de las partes se arrogue la representación del todo ni fije posiciones en su nombre. La conversión de los organismos académicos en foros militantes no solo conspira contra su prestigio; también socava su razón de ser.
La Fundación LED también expresó su preocupación
Este sábado, la Fundación LED (Libertad de Expresión + Democracia), que preside la exdiputada Silvana Giudici, manifestó su preocupación “por las reacciones que ocasionara la publicación de una viñeta del reconocido humorista Horacio Altuna en la cual se mencionaba al Conicet” y se solidarizó con el reconocido dibujante.
“En primer lugar, el propio humorista ha aclarado que no intentó vincular al Conicet ni a sus trabajadores con ninguna situación irregular, y que si así se había interpretado manifestaba sus disculpas al respecto -destaca el comunicado-. Por otra parte, resulta inaceptable que se repudie una pieza de humor gráfico, ya que el mismo constituye una forma más del ejercicio de la libertad de expresión y del derecho de acceso a la información consagrados en nuestra Constitución Nacional y en los Tratados Internacionales que la integran. Impedir o intentar censurar expresiones de cualquier tipo constituye una limitación inaceptable en una sociedad democrática”.
La Fundación LED recordó además el dictamen de la Procuraduría General de la Nación en la “causa Barcelona” (la revista de periodismo satírico). “La sátira social o política se encuentra tutelada por la libertad de expresión, ya que, en definitiva, es un modo de expresión de ideas que enriquece el debate público”; al limitarla o prohibirla “se atentaría contra una de las libertades fundamentales en una república democrática: la preservación del debate relativo a las actividades llevadas a cabo por figuras públicas que son de interés para toda la sociedad”.
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