Cartier-Bresson, protagonista y testigo de un siglo de historia
En la Usina del Arte y en el Museo del Cine, una retrospectiva con más de un centenar de sus obras
"Busco sobre todo un silencio interior. Intento traducir la personalidad y no una expresión." La frase, estampada sobre una pared en una de las salas más pequeñas de la muestra Henri Cartier-Bresson: Fotógrafo, refleja el propósito del artista francés cada vez que apuntaba un rostro con su cámara.
La retrospectiva montada en la Usina del Arte y el Museo del Cine -de martes a jueves, de 14 a 19; viernes a domingos, de 12 a 21, en Caffarena 1, La Boca -incluye más de cien fotografías tomadas en distintas etapas de su carrera (desde la década del 30 hasta fines de los años 60) que condensan una búsqueda constante: la captura de un momento único, una mirada especial, un gesto definitivo que ilustre una escena grupal, un paisaje urbano o el silencio interior de un personaje.
En el espacio donde pueden leerse aquellas palabras de Cartier-Bresson se exhiben los célebres retratos de grandes autores como Truman Capote, Carson McCullers, Jean Paul Sartre y Samuel Beckett. Muy cerca están colgadas dos fotografías del escultor Alberto Giacometti y una del pintor Henri Matisse acompañado por jaulas vacías y palomas blancas: una de ellas está posada sobre su mano.
La serie de retratos de escritores y artistas revela la personalidad de cada modelo: mientras que McCullers aparece acostada sobre el pasto frente al río al lado de George Davis, en una actitud deliberadamente despreocupada por la presencia del fotógrafo, un joven Capote con abundante cabellera mira desafiante la cámara rodeado por las hojas de una planta. Las dos imágenes fueron tomadas en 1947 en Estados Unidos: en Long Island, la primera, y la otra en Nueva Orleáns.
Cartier-Bresson retrató a Sartre en 1946 en París, sobre el puente de las Artes, con pipa y abrigo. A Beckett y a Giacometti también los fotografió en la capital francesa: el autor de Esperando a Godot posó delante de una biblioteca, serio, mirando hacia abajo del lente; el escultor, en cambio, quedó capturado en una escena memorable en la que cruza una calle parisina bajo la lluvia cubriéndose la cabeza con una campera sin capucha. De cuerpo entero, parece mucho más pequeño que en otra fotografía tomada en la galería Maeght de París mientras acomodaba sus obras: hombres (altísimos o en miniatura) esculpidos en yeso y bronce.
Precursor y profético
Cofundador de la agencia Magnum en 1947, junto con Robert Capa y David Seymour, entre otros, Cartier-Bresson vivió casi un siglo: nació en 1908 y murió en 2004. Es por eso que sus imágenes icónicas muestran escenas y personajes claves de la época.
Vistas desde el presente, muchas de las fotografías parecen indicar que el mundo no ha cambiado tanto desde entonces: hay muros que dividen ciudades y países, migrantes sin techo ni esperanzas, campos de refugiados, chicos de la calle.
Organizada por Magnum Photos y la Fundación Cartier-Bresson, la exhibición se despliega en dos edificios contiguos: la sala Laberintos, en la planta baja de la Usina del Arte, y el primer piso del Museo del Cine, al que se accede cruzando una calle interna. Una muestra imperdible que permite recorrer un siglo de historia a través de la mirada de un testigo que fue, también, protagonista.
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