Cartas de gran valor histórico y humano
SARMIENTO-FRIAS. EPISTOLARIO INEDITO Por Ana María Barrenechea y colaboradores (Facultad de Filosofía y Letras-UBA)
REGISTRAN estos últimos años un considerable incremento de la producción bibliográfica sarmientina, un fenómeno cultural que tiene dos vertientes: por un lado, las ediciones críticas y anotadas, y, por el otro, los libros acerca de su vida y obra, abordadas, según los casos, globalmente o tomando aspectos parciales.
Esta recuperación del interés por las ediciones críticas tiene un antecedente reciente: la magnífica edición de Viajes por Europa, Africa y América. 1845-1847, dirigida por Javier Fernández (Colección Archivos-Fondo de Cultura Económica, 1993), que constituye un hito por la inteligencia del enfoque y el redoblado rigor del texto ofrecido, así como por el aporte de los ensayos que la complementan. Si hacemos memoria tendríamos que retroceder varias décadas para encontrar precursores de jerarquía en los trabajos de Alberto Palcos y Raúl Moglia, y más cerca el aún inacabado esfuerzo de Carlos S.A. Segreti. La segunda vertiente la inagura últimamente el notable Sarmiento de Natalio Botana (Fondo de Cultura Económica, 1996), comentado en este mismo Suplemento de La Nacion .
El Sarmiento-Frías. Epistolario inédito que acaba de aparecer bajo la dirección de Ana María Barrenechea constituye una valiosa y ejemplar edición, que responde a todas las experiencias críticas y señala, ¡qué duda cabe!, un punto de referencia ineludible para este tipo de trabajos académicos. Integra un ambicioso proyecto: publicar todo el epistolario de Sarmiento, hasta hoy fragmentariamente conocido. Su sólido prólogo señala con claridad las dificultades que plantea semejante empresa, enuncia los criterios adoptados y otorga los debidos créditos a sus colaboradores.
Las 47 cartas de Sarmiento y las 13 de Félix Frías (datada la primera en Santiago de Chile el 11 de septiembre de 1843 y la última en Buenos Aires el 1° de junio de 1878) revisten enorme interés histórico y humano; más aún, habida cuenta de que eran hombres "que habían manifestado modos diversos de pensar: el uno, progresista y laico; el otro, tradicionalista y católico, aunque independiente en sus enfoques". Son testimonios que consignan opiniones, vivencias, actitudes, juicios expuestos en momentos y desde posiciones diversas: las primeras son cartas intercambiadas entre dos exiliados; más adelante, entre nuestro representante diplomático en Chile (Frías) y el presidente de la República (Sarmiento). La gama de cuestiones abordadas es notable: la polémica ortográfica, la preocupación por editar una revista de educación latinoamericana, la libre navegación de los ríos, el significado político que atribuye Sarmiento a la difusión de sus Viajes y Educación Popular, los problemas de límites con Chile y el más vasto tema de la Patagonia, la preocupación por la actividad editorial y bibliotecaria y, por supuesto, referencias permanentes al quehacer político chileno y argentino. Tres valiosos apéndices agregan material de real importancia; por ejemplo, sobre la reforma ortográfica o la mencionada cuestión de límites.
Observa Ana María Barrenechea, con la sutileza que caracteriza sus análisis, que estas cartas permiten enriquecer la imagen de Sarmiento con "los proyectos que siempre lo solicitan, la imagen de sí que insiste en presentar, la preocupación por la difusión de su obra, el voluntarismo de su escritura, las actitudes polémicas y pasionales que conviven con el ejercicio de la razón para hallar las causas socio-históricas de los acontecimientos, la mezcla de tonos retóricos, tiernos, humorísticos, mordaces, la alternancia de lo anecdótico y concreto con lo universal y abstracto". (428 páginas).
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