Carlos Saura en 3D: fotos, pinturas y textos del cineasta en una muestra que llega antes que a España
LA NACIONDaniel Gigena
Reconocido como director cinematográfico por obras como La prima Angélica, Cría cuervos, Deprisa, deprisa yAy, Carmela, entre tantas otras, el español Carlos Saura (Huesca, 1932) es, además, fotógrafo, coleccionista de cámaras y también novelista. A medida que escribía Ausencias, su novela de 2017, pintó, dibujó y sacó fotos, que luego intervino. En un doble proceso de creación, que vinculaba los recursos de la literatura con las herramientas visuales, dio a luz una caja-estuche, Ausencias: imágenes para una novela, con pinturas y dibujos que surgieron mientras escribía su cuarta ficción, una novela negra que cuenta la historia de un abogado que se debe internar en una residencia de reposo a causa de su epilepsia. En las "ausencias" del personaje que sufre los ataques, se desarrollan otras historias. La edición del sello Laborinto incluye más de veinte dibujos de cámaras fotográficas, inesperados personajes de la novela.
Desde hoy y hasta el 30 de abril, el público tiene la oportunidad de seguir de cerca esa trama literaria, pictórica y audiovisual del artista español. En ArtexArte, espacio expositivo de la Fundación Alfonso y Luz Castillo, se presenta Imágenes y ausencias, que acerca el universo creativo de Saura a Buenos Aires. Al cuidado del filólogo español Antonio Fernández Ferrer, la muestra reúne más de cincuenta obras, entre pinturas, grafitos, fotos y videos. Se proyectarán, además, fragmentos de películas del director de Ana y los lobos, y de films que inspiraron su última novela, como El ojo público, de Howard Franklin.
Saura lleva filmadas casi medio centenar de películas y, actualmente, se encuentra en México, rodando El rey de todo el mundo, que protagonizará la estrella de la danza Isaac Hernández, considerado hoy el mejor bailarín del mundo. Por eso es poco probable que viaje a Buenos Aires para acompañar la muestra."Tan fecunda creación cinematográfica no debe relegar una intensa y continuada labor en otros territorios artísticos tales como la fotografía, la novela, la pintura o la dirección escénica", dice Fernández Ferrer, amigo del artista español. Saura publicó varios libros y catálogos de fotografía, como El Rastro (2002), Flamenco (2003), Las fotografías pintadas de Carlos Saura (2005), Saura x Saura: fotografías (2009) y Fotosaurios de cine (2018). De esta última serie, se podrán ver algunas obras en ArtexArte.
"Siempre me ha gustado dibujar y pintar –declaró el director español–. Mis dibujos se acumulan en carpetas desde hace años. Simultáneo este entretenimiento con la fotografía, a la que le he dedicado y dedico muchas horas. Además, mi vida transcurre escribiendo textos y guiones para las películas que voy a dirigir, alguna obra de teatro, varias novelas y escuchando música". De sus cuatro novelas publicadas –Pajarico solitario (1997), ¡Esa luz! (1998), Elisa, vida mía (2004) y Ausencias (2017)–, la más reciente propone una trama inspirada en un episodio que incluye a la fotógrafa estadounidense Diane Arbus. "Carlos compró un catálogo de fotos de Arbus al que le faltaba una página. Esa ausencia desencadenó una pregunta y la escritura de la novela", cuenta Fernández Ferrer a LA NACION.
Presagios, invenciones y tributos a grandes artistas
"La obra se inaugura en Buenos Aires y después se expondrá en España. Es como una contraconquista", bromea el curador. Fernández Ferrer es doctor en Filología Inglesa por la Universidad de Alcalá y autor de Ficciones de Borges: en las galerías del laberinto y El lenguaje poético de Emily Dickinson, entre otros ensayos. "Ausencias se relaciona con personajes importantes de la historia de la fotografía. Además de Arbus y Weegee, tiene protagonismo Erich Salomon, el fotógrafo alemán que murió en un campo de concentración nazi", anticipa.
El curador destaca que los fundamentos de la exposición fueron dos publicaciones previas. "La novela de 2017 y la caja-estuche de arte, una edición limitada de doscientos ejemplares firmados, que diseñó Laura Casalis. A partir de eso, la muestra acoge los testimonios del proceso creativo de Saura: dibujos de la colección de las cámaras más significativas de la historia de la fotografía (como la Ernemann Ermanox, las Leicas y la Speed Graphic), bocetos de carteles de cine nunca antes exhibidos, ejemplares de libros relacionados con la novela(de escritores como Julio Verne, Jorge Luis Borges, Italo Calvino y Julio Cortázar), estreno de vídeos. En suma, un laberinto propicio, un sueño con muchos sueños dentro". El laberinto multimedia alberga variaciones de obras de Goya, un video que celebra el paisaje aragonés, homenajes a grandes exponentes de la historia de las imágenes y proyecciones de films.
Para disfrutar de la muestra no es necesario haber leído previamente la novela Ausencias. "Su lectura (o relectura) se aconseja después de la visita -aclara Fernández Ferrer-. Quizás, incluso, los lectores podrán conjeturar que fueron partícipes de una fantasía comparable a una nueva invención de Morel, pero feliz en este caso, sin el dramatismo con el que la soñó Adolfo Bioy Casares". Las invenciones de Carlos Saura están al alcance de nosotros, en el barrio de Villa Crespo.
Así escribe Saura sobre la feria de artesanos de San Telmo
En 2014, el director español visitó la ciudad de Buenos Aires. Una noche, salió a caminar por San Telmo, rumbo a un encuentro en casa del músico Lito Vitale, director musical de Zonda, el film sobre danzas y músicas del noroeste argentino. A continuación, un fragmento de "Un sueño no soñado", que se incluye en el catálogo gratuito de la muestra Imágenes y ausencias.
"Salí en una noche oscura de casa, al final de la calle Caseros, con buen ánimo, despejado y bien despierto después de una buena siesta. Así es que enfilé Defensa adelante. Al principio de la calle eran escasas las personas que transitaban, más bien sombras sobre sombras, porque la iluminación de las calles periféricas en Buenos Aires invita al atraco, y de hecho estábamos advertidos de que eso podía suceder. Miré el reloj, las 7:30, tenía tiempo suficiente porque la cita era a las 9, pero me apetecía caminar, y a buen paso llegué a la Avenida de San Juan. A partir de allí me sorprendió ver que todavía permanecían activos muchos de los puestos del rastro que en San Telmo se organizaban todos los domingos a medio día. Había una actividad parsimoniosa en la recogida de los objetos puestos a la venta y que ahora hombres y mujeres guardaban en bolsas, mientras se desmontaban las estructuras metálicas que armaban los puestos.
Seguí caminando mientras observaba todo ese trajín con curiosidad, y más por la diversidad de las personas que por allí deambulaban. En Buenos Aires la mezcla de razas y colores es sorprendente, pero allí en el rastro de San Telmo, me cruzaba con personas de tez oscura o cobriza iluminadas a veces por las escasas bombillas que permanecían encendidas. Calle de Defensa y sus trasversales cuyos nombres no podía constatar por la progresiva penuria de la iluminación de las calles de San Telmo en la noche. Llegué hasta la plaza de San Telmo y el Mercado, y seguí calle adelante. Sabía que la casa de Lito Vitale estaba bastante lejos y se caracterizaba por un portón metálico que servía de entrada a varios vehículos en el interior y un portal lateral en donde se accionaba el timbre colocado en el zócalo de la derecha. Eché a andar calle arriba atravesando los últimos puestos que se desmontaban. No recordaba la calle ni el número de la casa de mi amigo, pero había ido allí de día en varias ocasiones y sabía que la calle estaba pavimentada con adoquines como algunas de las calles de San Telmo que conservan un aire de los años 20 o 30 del pasado siglo".
Para agendar
ArtexArte, Lavalleja 1062. Hasta el martes 30 de abril, de martes a viernes de 13.30 a 20; sábados, de 15 a 19.
Por Daniel Gigena
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