“La Argentina tiene que cambiar, y mucho, su sistema educativo”
Lo afirmó el ex mandatario brasileño Cardoso
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“Tengo amor y también envidia de la Argentina por la base cultural que tiene. Todos los brasileños la han visto siempre como nuestro espejo. Ahora, la Argentina se ha dado cuenta de que debe seguir siendo el espejo de América latina, y para eso tiene que cambiar, y mucho, su sistema educativo, como lo está haciendo, por lo menos, en algunas cuestiones fundamentales. Estoy convencido de que va a lograrlo.”
El mensaje partió del ex presidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso (1995-1998 y 1999-2002), responsable de colocar las bases fundamentales sobre las que se edificó el despegue económico logrado por ese país con políticas que luego continuó y acentuó su sucesor, Luiz Inacio Lula da Silva.
Cardoso fue el principal orador del encuentro organizado por Proyecto Educar 2050 y el Deutsche Bank con el título "Alianza para la reforma educativa: el rol del sector privado y las ONG", en el que también disertaron el ex ministro de Educación Juan José Llach y el presidente de la Fundación Deutsche Bank Americas, Gary Hattem.
El ex mandatario brasileño, uno de los intelectuales más influyentes de la región, señaló que si bien en cuestiones educativas Brasil está "subiendo" y la Argentina está "en baja", aún es mucho lo que resta por hacer en su país. "Se pueden hacer muchas mejoras, pero lo fundamental es la relación alumno-profesor. Qué es lo que el maestro va a transmitir, y eso no lo resuelven los políticos. Hay que contar con gente que pueda propagar mucho más que conocimientos? que transmita una pasión", afirmó.
Cardoso señaló que cuando asumió el cargo el principal problema era dar acceso a la educación básica a todos los niños, y que eso requirió un nuevo enfoque y un cambio constitucional, para permitir el aporte de fondos federales en ese nivel. Mencionó, además, el tema de la capacitación docente. "En aquel entonces, un 25% de los maestros no tenía formación adecuada. Tuvimos que crear programas y pruebas de capacitación, y dar incentivos para mejorar sus ingresos. Lograron un mayor reconocimiento social de su labor, más respetabilidad. Y hasta se casaron más rápido, porque ganaban más plata", afirmó con humor el político y sociólogo de 80 años. Los cambios, señaló luego, fueron muy rápidos y en la actualidad la gran mayoría goza de acceso a la enseñanza básica.
No obstante, esa mejora trasladó el desafío a otros niveles de la enseñanza, como el secundario. "La sociedad civil se dio cuenta del significado de la educación" y de que la carencia de una formación más calificada podía incluso comprometer la continuidad del crecimiento económico. "Tomó conciencia del problema y comenzó a moverse. En un principio, ofreciendo sólo plata para mantener algunas escuelas, pero luego advirtió que no era suficiente si el promedio general de la enseñanza no es bueno. Si bien la desigualdad social disminuyó, seguía siendo muy fuerte la idea de que un grupo de excelencia hace mover la sociedad... eso ha distorsionado nuestra mentalidad. Esas islas aisladas no alcanzan; hoy en día no cabe más ese tipo de enfoque", comentó.
De tal manera, las organizaciones civiles iniciaron una alianza con los gobiernos para tener impacto en la educación pública, para aportar, por medio de fundaciones, conocimientos, recursos y, sobre todo, capacidad de innovación. "No es fácil. A veces el sector público se cierra, tiene desconfianza, pero de a poco se ha logrado en Brasil un clima de participación que sigue hasta hoy y que ya es algo habitual, cualquiera que sea el matiz ideológico del gobierno", dijo Cardoso, para quien una sociedad moderna y dinámica requiere una relación más compleja entre el Estado, la empresa y la sociedad civil, "y eso está funcionando".
Cardoso sostuvo en ese sentido que la misión de las ONG "no es reemplazar al gobierno", pero sí ofrecer un valiosísimo aporte "porque están más cerca de las necesidades de las personas, pueden innovar" y con el apoyo de la sociedad civil sus iniciativas pueden transformarse en políticas públicas, tal como ya ocurre en muchas partes de la región.
El ex presidente de Brasil recordó el nacimiento del movimiento Todos por la Educación, de 2007, que involucró a los principales actores de la sociedad brasileña en una cruzada que aún continúa, y afirmó que "es fundamental" que se establezca y generalice un sistema de mérito y evaluación de desempeño de escuelas, estudiantes y profesores.
"Al principio fue muy difícil. Cuando establecimos una prueba para refrendar la calidad de las escuelas, la reacción inmediata fue una serie de huelgas. Ahora todos hacen esa prueba, que es voluntaria, porque saben que cuando el egresado va a buscar un empleo, va a valer en su currículum", dijo.
En Brasil, los gobiernos estaduales determinaron que una parte del salario del maestro es estable y otra se ajusta según su desempeño. Y ahora se mide el rendimiento no sólo del profesor, sino de la escuela en su conjunto. "Todos se benefician y se genera una voluntad común de avanzar más", apuntó Cardoso.
Quejas por los fondos
Al referirse a la queja reiterada de que para mejorar el sistema educativo "hacen falta más fondos", señaló: "No hay una relación unívoca entre más plata y mejor educación. Siempre es mejor tener más fondos, pero lo importante es qué se hace con ellos. Una buena parte se los destina a los maestros y se va por clientelismo, porque hay docentes derivados a otras partes del sector público. Allí hay un despilfarro de los recursos humanos, porque no se ocupan de la enseñanza".
Cardoso dedicó también una parte de su discurso al tema de los contenidos en la escuela. "Es crucial que tengan que ver con el contexto global", explicó, para añadir que muchos chicos en Brasil dejan la escuela "porque hay desinterés, lo que reciben no es lo que esperan", y que en la actualidad el proceso de aprendizaje, por la irrupción de Internet, "es más interactivo", por el mayor acceso a la información.
Finalmente, Cardoso expresó que “hay mucho por hacer” en la región, pero que ha habido una mejoría y que “el hecho mismo de que la educación esté sobre la mesa de discusión es la condición necesaria para lograr una mayor movilización”.
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