Caravaggio, 400 años de misterio
En Roma, se reconstruye el taller del célebre artista para tratar de descubrir cómo manejaba la luz al pintar
ROMA.– Para cerrar un año marcado por la "caravaggiomanía", con exhibiciones, eventos y conferencias varias para celebrar los 400 años de la muerte de Caravaggio (1571-1610), se inauguró hace pocas semanas en esta capital Caravaggio, la bottega del genio, una muestra totalmente inédita que intenta reconstruir, en forma experimental y didáctica, el taller del célebre pintor.
La idea surgió del hecho de que, pese a que existe una imponente bibliografía sobre Caravaggio, su técnica sigue siendo un misterio para los estudiosos de su obra.
¿Cómo hacía el artista para realizar sus espléndidos capolavori, marcados por un manejo único del claroscuro y la expresividad de sus figuras?
Para tratar de entender mejor los procesos creativos de un pintor que es considerado uno de los más grandes exponentes de la pintura barroca italiana, fue presentada en las Sale Quattrocentesche de Palazzo Venezia, en el centro de esta capital, una exhibición que muestra algunas hipótesis de cómo podría haber sido su taller en su época romana.
Basándose en fuentes contemporáneas al artista, los curadores de esta excepcional muestra relacionaron algunos datos fundamentales para entender la técnica que usaba el artista tanto para recrear la luz que iluminaba a sus modelos como para indagar los modos utilizados por su reproducción sobre la tela.
Así dedujeron que, probablemente, Caravaggio pudo haber utilizado instrumentos ópticos, como espejos y lentes.
En la muestra, que se extenderá hasta el 29 de mayo próximo, el visitante se encuentra con cuatro hipótesis de reconstrucción, en salones totalmente oscuros, porque se cree que el gran artista probablemente pintaba sus magníficas obras en la penumbra.
Las primeras tres hipótesis tienen que ver con cómo pudo ser realizada la Canestra di frutta, una famosa naturaleza muerta de Caravaggio que se puede apreciar en todo su esplendor en la Pinacoteca Ambrosiana de Milán, reproducida en este caso con una canasta de fruta en vitrorresina.
Y se basan sobre un posible recurso de lentes, agujeros estenopeicos –un simple agujero posicionado en el centro de un panel que hace de objetivo– y espejos para la proyección del objeto sobre la tela como guía para la ejecución pictórica, pero sobre todo como instrumento para observar la realidad.
La cuarta hipótesis, en cambio, tiene que ver con el empleo de un espejo plano, usado como plano para reflejar a los modelos.
En este caso, el visitante puede directamente ponerse en el lugar del pintor, vivir la escena visualizando al modelo en el espejo así como podría haberlo colocado Caravaggio para poner a punto su composición y ver junto a él la tela preparada con el mismo tono y las mismas incisiones presentes en el original.
En este caso, el modelo es el famoso San Girolamo scirvente –que se encuentra expuesto en la Galleria Borghese–, también realizado en vitrorresina en dimensiones naturales.
"Genio revolucionario"
"Esta es una muestra distinta, que sirve para entender de qué modo un genio tan revolucionario como Caravaggio pudo haber elaborado sus obras de arte", explicó a La Nacion Rossella Vodret.
Esta experta en arte tuvo la idea de esta exhibición tan original, en la que también puede verse cómo podría haber sido realizado el famoso Bacchino malato, que es considerado un autorretrato de Caravaggio en un espejo.
Se estima que Bacchino malato probablemente fue realizado cuando el pintor pasó un período internado en el Hospital de la Consolación, de Roma, después de una misteriosa enfermedad.
Rossella Vodret destacó que Caravaggio –apodado "artista maldito", ya que tuvo una vida tan turbulenta que debió de huir de Italia tras ser condenado por matar a una persona en una trifulca callejera y que murió el 18 de julio de 1610 en una playa de Porto Ercole, en la costa de la Toscana– fue un artista que no tuvo nada de tradicional.
"El revolucionó las reglas y el modo de pintar de su tiempo. Caravaggio, al contrario de sus contemporáneos, no estudia las obras clásicas y los grandes maestros del pasado (aunque extrapola y utiliza sus figuras como modelos), no dibuja, no idealiza sus figuras, sino que acentúa sus características más realistas, no usa la luz «universal», es decir la que sin un origen preciso ilumina toda la escena en modo uniforme", planteó Rossella Vodret.
"Caravaggio sigue, en cambio, parámetros totalmente distintos: elige a sus modelos en las calles, no modifica ni mejora su aspecto, los pinta con proporciones al natural, para que sean iguales a nosotros que los miramos", argumentó la especialista en arte en diálogo con La Nacion.
Amplió que Caravaggio "exalta a los protagonistas con fondos oscuros y, sobre todo, iluminándolos con un rayo de luz, intenso y directo; no todo está iluminado, sino sólo lo que Caravaggio quiere subrayar, el resto no le interesa".
Rossella Vodret destacó finalmente que, según diversos documentos de la época, Caravaggio se enfurecía con quienes trataban de imitarlo, a tal punto que no permitía a nadie mirarlo mientras pintaba sus obras.
"¿Guardaba, quizá, secretos que no podría divulgar? Y si es así, ¿cuáles? La muestra intenta dar una respuesta a este misterio, aunque son todas hipótesis", concluyó Rossella Vodret.
Trayectoria
- Michelangelo Merisi: ese era el verdadero nombre del gran maestro de la pintura barroca italiana, que había nacido en 1571 en Caravaggio, una pequeña localidad de Bergamasco, en la región de Lombardía. Murió el 18 de julio de 1610, a los 39 años, sobre una playa de Porto Ercole, en la costa de la Toscana.
- Precursor: maestro de la pintura barroca italiana, Caravaggio fue uno de los primeros artistas en establecer la naturaleza muerta como un género autónomo y con valor propio.
- Controvertido: trabajó muchos años mayormente para la Iglesia Católica, pero el realismo de sus figuras –para las que se inspiraba en prostitutas, chicos de la calle y mendigos– le causó problemas con sus comitentes, que le rechazaron varias pinturas.
- Revalorizado: en 2004, el Metropolitan Museum de Nueva York le dedicó una muestra conjunta con Leonardo da Vinci, y en 2006, el Museo Van Gogh hizo lo propio al unir a Caravaggio con su artista central.