Cancillería reduciría drásticamente el Programa Sur de traducciones
El plan para apoyar la publicación de obras de autores argentinos en otros idiomas pasaría de US$ 319.721 a US$30.000, un monto que permitiría subsidiar solamente diez libros este año; aunque el presupuesto aún no es oficial, las cámaras del sector confirmaron el anuncio
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El ajuste avanza sobre el Programa Sur de traducciones, una de las políticas culturales que sobrevivió a la grieta, desde su creación en 2009. Fuentes de Cancillería informaron a LA NACION que el presupuesto previsto para este año representaría apenas el 10% del año anterior. Para apoyar las traducciones de libros de autores argentinos a otros idiomas con un monto no mayor de 3200 dólares, el programa dispondría entonces de 30.000 dólares (pesificados), lo que alcanzaría para subsidiar diez libros, que podrían ser de poesía o de humanidades. En 2023, el programa tuvo un presupuesto de 319.721 dólares y se subvencionaron 123 traducciones. Los libros se irán publicando hasta noviembre y los apoyos se pagarán cuando se publiquen (contra entrega de cinco ejemplares).
En la lista de autores argentinos de 2023 cuyos libros se publican en inglés, portugués, francés, sueco, danés, kiswahili (en Kenia), italiano, serbio y ucraniano, entre otros idiomas, en el marco de este programa, figuran Alfonsina Storni, Olga Orozco, Alejandra Pizarnik, Antonio Di Benedetto, Ernesto Sabato, Juan José Saer, Sergio Chejfec, Tamara Kamenszain y Hebe Uhart, y Daniel Guebel, Cecilia Pavón, Federico Jeanmaire, Alicia Plante, Leila Guerriero, Camila Sosa Villada y César Aira. Desde su creación, se han subsidiado casi 1800 traducciones a más de cincuenta idiomas. Las subvenciones se otorgan a editores extranjeros que asumen el compromiso de publicar las obras antes del 30 de noviembre del año siguiente a la convocatoria.
En un mercado internacional de alta concentración, los catálogos literarios nacionales pierden competitividad sin traducciones. La Argentina tiene gran potencial en derechos de autor y de obras; basta como ejemplo lo que pasó con la novela de Ariana Harwicz, Matate, amor, que el director estadounidense Martin Scorsese leyó traducida al inglés para luego comprar los derechos.
Las cámaras del sector ya han sido informadas por la directora de Asuntos Culturales de Cancillería, María Alejandra Pecoraro, que dijo a LA NACION que el Programa Sur sería el “segundo presupuesto del área más alto” después del envío argentino a la Bienal de Venecia. La funcionaria dijo que brindaría más información una vez que saliera la “asignación presupuestaria”, que se halla demorada en las oficinas de Luis Caputo, el ministro de Economía.
Asimismo, está demorada la fecha de apertura de la convocatoria, que suele hacerse a mediados de febrero y duraba hasta finales de septiembre, en la “temporada alta” de ferias internacionales del libro. En 2016, por una “transición administrativa” también había tardado en abrir.
El Programa Sur apoya con fondos las traducciones de autores argentinos con dos objetivos claros: internacionalizar la literatura nacional y promover la exportación. Hay programas similares en otros países. Libros de autoras argentinas como Mariana Enriquez, Ariana Harwicz y Claudia Piñeiro, traducidos al inglés (la “lengua multiplicadora” del mercado del libro) con apoyo del Programa Sur, compitieron en el Premio Booker Internacional en años recientes; y autores como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Roberto Arlt se tradujeron a decenas de idiomas, incluido el chino.
Hasta 2023, un comité integrado por especialistas universitarios en literatura argentina, el director de la Biblioteca Nacional, un representante de la Fundación El Libro y la directora de Asuntos Culturales seleccionaba las obras.
“El programa es un caso único de constancia entre las políticas culturales de la Argentina y de Latinoamérica -dice a LA NACION Gabriela Adamo, gestora cultural e investigadora de la Universidad de San Andrés-. Este tipo de políticas nos instala como un interlocutor serio y confiable. Más aún tratándose de intercambios internacionales, donde las relaciones llevan más tiempo en construirse y los golpes de timón pueden deshacer años de trabajo cuidadoso y esforzado. La mayoría de los actores culturales va a defender al Programa Sur, explicando que, si se suspende, se perdería una ventaja competitiva única para que autores y libros argentinos lleguen a ser traducidos a otras lenguas, afectando su circulación, su prestigio global y su lugar en ‘la república mundial de las letras’. Le agregaría la dimensión económica: lo que este programa hace es apoyar la venta de un producto argentino, los derechos de traducciones de autores argentinos. Cuanto más derechos logremos vender, mayores serán los ingresos en ese rubro para el sector editorial y, por ende, para la economía local. El subsidio para la traducción de un libro a una lengua extranjera puede poner en marcha una cadena de traducciones a más lenguas, todas estas ya sin subsidio. Y genera otros beneficios, como la invitación de autores argentinos a eventos internacionales (pagados desde el exterior), la participación en otras publicaciones y el desarrollo en industrias como el cine y las series”.
Para Adamo, las políticas de diplomacia cultural tienen otros efectos. “Si se habla mucho y bien de la cultura de un país, su valoración internacional crece, generando mejor disposición hacia todo lo que venga de allí. De este modo, buenas políticas de diplomacia cultural son fundamentales para que luego se puedan hacer negocios de todo tipo”, concluye.
“De acuerdo a lo que nos informaron, el programa solo dispondrá de 30.000 dólares -confirma el presidente de la Cámara Argentina del Libro, Juan Manuel Pampín, a LA NACION-. Estamos preocupados porque es una herramienta fundamental para la difusión del libro argentino y es una política de Estado que se viene sosteniendo desde hace años”.
La Unión de Escritoras y Escritores de la Argentina (UEE), que preside el escritor Marcelo Guerrieri, emitió ayer el comunicado “El Programa Sur de apoyo a las traducciones en riesgo de desaparecer”.
“A sesenta días de iniciado el año calendario 2024, el Programa Sur, dependiente de Asuntos Culturales de la Cancillería, no tiene presupuesto aprobado y corre riesgo de desaparecer -se lee-. Su inversión para el año en curso se encuentra en proceso de revisión y puede que ni siquiera llegue a aprobarse con un monto que lo haga viable. El Programa subsidia las traducciones de obras editadas de autores argentinos que una editorial extranjera desea publicar”. La UEE destaca que se trata de “un programa líder en el continente americano” y que en Colombia se lo tomó como modelo en 2019. En la Feria de Frankfurt se lo usó como ejemplo para los países que no tienen programas similares.
por si faltara mayor elocuencia, una combinación de desinterés y hostilidad del gobierno con los intereses argentinos, la cultura y el arte y sus industrias y creadores.
— Unión de Escritoras y Escritores (@uniondeescritor) March 6, 2024
Por otro lado, aunque en la misma vía del ajuste, trascendió que las autoridades de Cancillería dejarían de pagar honorarios a los jurados del catálogo Argentina Key Titles, con el que se promueve la producción editorial argentina en ferias internacionales del libro. Desde su primera edición, el jurado estuvo compuesto por reconocidos académicos, investigadores, escritores y editores. Las actuales autoridades estiman que los jurados podrían colaborar ad honorem.
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