Cambiarle el nombre al CCK, una idea que siempre vuelve: ¿qué pasos debería dar ahora el Gobierno?
Desde 2015 hasta 2019, alrededor de una docena de proyectos barajaron la posibilidad de rebautizar al exedificio del Correo Central para darle una denominación que identifique a más argentinos; solo una ley o un decreto de necesidad y urgencia puede derogar la ley de 2012
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Esta mañana, el vocero Manuel Adorni anunció en conferencia de prensa que el Gobierno le cambiaría el nombre al Centro Cultural Kirchner. “Se ha decidido finalmente cambiar el nombre del Centro Cultural Kirchner, así que dejará de llamarse como tal y efectivamente se le dará paso a un nuevo nombre”, dijo Adorni. Ante la repregunta de qué nombre iba a tener a partir de ahora, respondió que aún no estaba definido. “Ya hoy es exCCK”, agregó. Si esto se concreta, se cumpliría con años de retraso el deseo del expresidente Mauricio Macri y del exministro de Medios y Contenidos Públicos, el actual diputado Hernán Lombardi, que en diferentes oportunidades impulsaron esta iniciativa.
Por ley 26.794, sancionada y promulgada en noviembre de 2012, el Centro Cultural del Bicentenario (ese era el nombre original) lleva el nombre de Presidente Dr. Néstor Carlos Kirchner. Solo una ley o un decreto de necesidad y urgencia (que queda a consideración de ambas cámaras en el Congreso) puede derogar otra ley.
Entre 2015 y 2019 se barajaron alrededor de una docena de proyectos que intentaron cambiar el nombre del CCK por el de Luis Alberto Spinetta, Astor Piazzolla, Ernesto Sabato, Independecia y Argentina, entre otros; no obstante, ninguno de estos proyectos (presentados desde el Poder Ejecutivo o la Cámara de Diputados) captó el apoyo legislativo suficiente para que fuera tratado en el Congreso.
En 2017, Emiliano Sab, usuario de la plataforma Change, había lanzado una petición para que el CCK pasara a llamarse Gustavo Cerati, en homenaje al músico fallecido en 2014. En un día, la petición había reunido más de 20.000 firmas de apoyo. En ese entonces, la expresidenta Cristina Kirchner criticó la iniciativa (que no obstante contaba con el apoyo de un amplio sector social) y Lombardi le respondió mediante una carta pública.
“En este momento, a diferencia de otras épocas, hay en Argentina un gobierno respetuoso de la ley -sostuvo Lombardi-. Por Ley Nacional 26.794 el Centro Cultural del Bicentenario se denomina Presidente Dr. Néstor Carlos Kirchner. Hasta que otra ley lo cambie, ese será su nombre. Con honestidad intelectual le confirmo que, con respecto al nombre, es otro nuestro pensamiento. Creemos que la Argentina necesita un gigantesco cambio cultural con un profundo sentido republicano”.
¿Cómo se debería llamar? pic.twitter.com/yJtTW6tW5r
— Vocería Presidencial (@Voceria_Ar) March 26, 2024
En la carta, el exministro había criticado la “hipertrofia” llevada a cabo durante el gobierno de la expresidente “al nominar centenares de edificios, rutas, polideportivos y hasta rotondas” con el nombre del expresidente. “No es la valoración de la persona la que está en juego -señalaba-. Es el abuso, la exageración y, además, la poca distancia temporal entre el deceso y la colocación de su nombre a estos centenares de lugares. Creemos que el tiempo transcurrido es un buen método de tamizar estas decisiones y para comprobar si los nombres propuestos contribuyen a la unidad de los argentinos o si provocan más divisiones. En esa dirección hemos propuesto a legisladores de diversos bloques que no se puedan imponer nombres a bienes o lugares públicos hasta veinte años después de la muerte. Los legisladores podrán confirmar el plazo, disminuirlo o aumentarlo. Pero el valor a ser defendido es el fortalecimiento de las instituciones. Será el Parlamento de la Nación quien lo decida cuando lo considere pertinente”.
En 2018, el gobierno de Macri había evaluado la posiblidad de presentar un proyecto de ley para bautizar o rebautizar monumentos y edificios públicos nacionales. En esa iniciativa, que naufragó por no tener suficiente apoyo en el Congreso Nacional, se establecían criterios claros para los cambios de nombres, entre otros, que debería transcurrir un período de veinte años desde la muerte de la personalidad que le diera nombre al lugar; que el nuevo nombre debería tener un valor social e histórico indiscutible, y que el cambio de nombre podría ser retroactivo a edificios que hubieran sido bautizados en los últimos quince años.
Además, los personajes o hechos históricos con los cuales se denominara a los espacios públicos tendrían que revestir el mayor grado simbólico de unidad nacional y no tender a la división de la ciudadanía. Por último, los nombres nuevos siempre tendrían control parlamentario.
Seis años después, debido el brío con que el Gobierno actual lleva adelante la denominada “batalla cultural”, es probable que el cambio de nombre se haga efectivo, siempre y cuando sume apoyos entre legisladores.
Una vez conocida la noticia, el secretario de Cultura de la Nación, Leonardo Cifelli, escribió en su cuenta de X: “Vamos hacia una cultura abierta, plural y federal, que represente a todos los argentinos y que promueva el empleo y la exportación del talento que existe en nuestras industrias creativas y culturales. El amiguismo, la propaganda y la ideología se terminaron”.
El primer movimiento de “deskirchnerización” del antiguo Palacio de Correos tuvo lugar en diciembre de 2023, después de la asunción presidencial de Javier Milei, cuando la estatua del expresidente Kirchner, realizada por Miguel Villalba y emplazada desde 2020 en el hall de entrada del CCK, fue retirada del lugar y trasladada a Quilmes, el municipio que gobierna Mayra Mendoza, por pedido de la expresidenta.
En noviembre de 2023, días después del triunfo de Milei en el balotaje, el entonces electo diputado de la provincia de Buenos Aires por La Libertad Avanza, Agustín Romo, había propuesto en la red social X cambiar el nombre del CCK por Julio Argentino Roca.