Cambia el Papa las reglas del cónclave
Dispuso que su sucesor fuera elegido por las dos terceras partes de los cardenales en todas las votaciones
ROMA.- Benedicto XVI volvió ayer a sorprender al mundo. Mientras se aguarda con expectativa un "motu proprio" -documento que el Papa escribe por iniciativa propia- sobre la liberalización del uso de la misa en latín, el pontífice alemán promulgó otro inesperado "motu proprio", pero para cambiar el sistema de elección de quien será su sucesor.
Con el fin de "garantizar el más amplio consenso posible en el nombramiento del nuevo papa" -según explicó su vocero, el padre Federico Lombardi-, Joseph Ratzinger restauró la antigua y tradicional norma que indica que el sucesor de Pedro sólo podrá ser elegido por una mayoría de dos tercios de los cardenales electores.
En 1996, Juan Pablo II había promulgado la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis sobre la vacante de la sede apostólica y elección del pontífice romano, que también exigía una mayoría de dos tercios de los cardenales electores (menores de 80 años) para elegir al papa, pero sólo para los escrutinios efectuados en los primeros trece días de las votaciones (por lo general, dos a la mañana y dos a la tarde, en la bellísima Capilla Sixtina).
Si después de ese tiempo ningún candidato obtenía la mayoría de los dos tercios de los sufragios, se pasaba a la mayoría absoluta (la mitad más uno) y el futuro papa era elegido entre los dos candidatos más votados.
Según las nuevas disposiciones del pontífice alemán, para que el papa "pueda considerarse válidamente elegido siempre es necesaria la mayoría de dos tercios de los cardenales presentes en el cónclave".
En la elección del sucesor de Ratzinger, en el caso de que después del sufragio número 33 o 34 -es decir, después de los 13 días de votaciones- la votación siga estancada y no se llegue a la fumata blanca, el "motu proprio" de Benedicto XVI indica que también se pasará directamente a un ballottage entre los dos cardenales más votados. Pero será necesaria una mayoría de dos tercios de los cardenales electores. La nueva disposición establece, además, que los dos purpurados que quedaron en carrera no podrán participar en el voto, por lo que tendrán voz pasiva.
Antecedentes
En el mismo "motu proprio" -un documento de una página, escrito en latín y con firma del 11 de junio, pero hecho público ayer-, el Papa explicó que después de la promulgación de la constitución apostólica de 1996, a Juan Pablo II le llegaron "no pocos pedidos" de restaurar la precedente norma de los dos tercios. De ahí, la decisión de abrogar el artículo 75 de la misma constitución, que permitía la elección del papa con la mayoría absoluta de los votos en el marco de una situación de estancamiento.
Si bien Ratzinger fue elegido papa al cuarto escrutinio, en la tarde del 19 de abril de 2005, en uno de los cónclaves mas rápidos de los últimos tiempos, según las reconstrucciones, esta fascinante votación pudo haberse extendido por mucho más tiempo si el cardenal argentino Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, así lo hubiera querido.
Según expertos, cuando en la tercera votación Bergoglio, con 40 sufragios de 115, fue el segundo más votado después de Ratzinger, éste hubiera podido bloquear su elección. Pero, según varias voces, prefirió dar un paso al costado y dar luz verde a la candidatura del entonces cardenal alemán, para evitar que el cónclave se extendiera y se desatara una desgastante guerra entre conservadores y progresistas.
Esto fue justamente lo que sucedió en 1978 durante el cónclave que terminó eligiendo el 16 de octubre a Juan Pablo II, cuando se desencadenó una cruenta batalla entre un ala de derecha, que impulsaba al arzobispo de Génova, Giuseppe Siri, y un ala progresista, que apoyaba al arzobispo de Florencia, Giovanni Benelli. Karol Wojtyla fue elegido en la octava votación, con 99 votos de 111: una mayoría de dos tercios de los cardenales electores.
Su antecesor, Juan Pablo I, fue elegido en la cuarta ronda, así como la mayoría de los últimos pontífices, que siempre fueron proclamados con la tradicional regla de la mayoría de los dos tercios.
Tal como explicó su vocero, el padre Lombardi, con este ligero cambio Benedicto XVI demuestra que quiere que su sucesor sea elegido "con el más amplio consenso", sin la necesidad de que se formen bloques, ni de que haya desgastantes pulseadas, que sólo dañan la imagen de la Iglesia Católica.
Elecciones pontificias
- Benedicto XVI modificó el sistema de elección del papa, en un eventual cónclave, y eliminó la posibilidad de que la votación se defina por mayoría simple.n En todas las instancias de votación, el futuro pontífice deberá tener el respaldo de las dos terceras partes de los cardenales electores.
- Después de la 33a. votación, los cardenales votarán por los dos candidatos que hayan obtenido el mayor número de sufragios. Como novedad, a partir de esa instancia, esos dos purpurados dejarán de votar.