Buscan nuevo director para el Bellas Artes, el museo más importante del país
Desde mañana se recibirán postulaciones para el cargo que desempeña Andrés Duprat, que atravesó ya tres gobiernos y podría volver a presentarse; además se renovarán las autoridades otras doce instituciones culturales
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“La metodología de los concursos es un procedimiento democrático y transparente para la conducción de instituciones públicas”, dice Andrés Duprat, director del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). “Además, le otorga autonomía y profesionalismo a la gestión”. Según las bases del concurso que buscará a partir de mañana al próximo director del mayor museo del país, Duprat -cuyo mandato atravesó tres gobiernos- está en condiciones si quisiera de volver a presentarse para continuar en el cargo. Si hace un año, había afirmado a LA NACION que con mucho gusto lo haría, ahora no lo asevera. Tampoco lo descarta. “Estoy muy conforme con la gestión que llevamos a cabo; he recibido siempre excelentes comentarios”.
Duprat obtuvo su puesto de director ejecutivo del MNBA por concurso durante el gobierno de Cristina Kirchner y asumió con Mauricio Macri, a fines de 2015. Su contrato venció en diciembre de 2020, porque los mandatos duran cinco años, y continuó con renovaciones cada 180 días. La pandemia retrasó todo plan. Prueba de ello es que ahora mismo se puede recorrer en el museo la muestra retrospectiva de León Ferrari que estaba anunciada en 2019 y programada para 2020.
El jurado que volverá a designar un director para Bellas Artes está integrado por Analía Solomonoff, gestora cultural, curadora y desde 2016, directora del Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, de Santa Fe; Laura Malosetti Costa, historiadora del arte y decana de la Escuela de Arte y Patrimonio de la Universidad Nacional de San Martín; el reconocido artista visual Eduardo Stupía; Fernando Pérez Oyarzún, arquitecto y exdirector del Museo Nacional de Bellas Artes de Chile, y Cristina Cosaka, directora nacional de Empleo Público. Su trabajo es ad honorem. Buscarán al mejor postulante entre “ciudadanas y ciudadanos argentinos o extranjeros con residencia legal en territorio, mayores de edad, que cumplan con el perfil del cargo y que durante los cinco años previos al momento de su inscripción no se hayan dedicado profesionalmente o como modo principal o accesorio de vida al comercio de obras de arte”.
Según informó la secretaria de Patrimonio Valeria González, “están avanzados” también los concursos para directores de la Manzana de las Luces, el Cabildo, el Palais de Glace, Museo Nacional de Arte Decorativo, Museo Nacional de Arte Oriental, Casa Nacional del Bicentenario y Museo Nacional del Grabado, todos de la ciudad de Buenos Aires. En Jujuy, el Museo Nacional Terry, y en Entre Ríos, el Palacio San José. Además, se buscarán autoridades para el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano -cuya directora actual, concursada, María Leonor Acuña, entra en edad jubilatoria-; en Instituto Nacional de Musicología Carlos Vega, dueño de un riquísimo archivo, y el Instituto Nacional del Teatro.
De los cargos que vencían en junio pasado, solo se renovarán ahora las autoridades de las instituciones que actualmente tienen directores interinos porque los elegidos renunciaron a sus puestos: el Museo Nacional de Arte Decorativo -Martín Marcos renunció tras el proceso de investigación e intervención por un robo de piezas de su acervo-, el Palacio San José y el Cabildo. Otros directores que ganaron por mérito sus puestos tendrán renovaciones por 180 días hasta que se pueda volver a realizar la convocatoria: María Laura Mendoza en la Casa Ricardo Rojas, Carolina Carman del Instituto de Investigaciones Históricas, Andrea Elías del Museo Casa de Yrurtia y María Victoria Salías del Museo de la Historia del Traje. “Quisimos concursar primero a los museos que nunca se habían concursado. No es lo mismo una figura concursada a la que se le venció el mandato, pero no perdió sus virtudes, que un puesto que nunca se concursó”, explica González. “Si me proponía hacer todos los concursos a la vez, no iba a poder hacer ninguno: no iba a salir el trámite”.
Cuarenta jurados y una campana de largada
“El primero que se venció fue el MNBA, en 2020. Los que fueron venciendo en 2022 se fueron iniciando los procesos. Ahora se concursarán nueve museos más tres institutos. Para eso, hubo que encontrar 40 jurados, porque además hay que designar suplentes también prestigiosos y que no sean candidatos. Es muy difícil”, avalúa la funcionaria.
¿Por qué se concursan ahora? “La nota donde se pide a Recursos Humanos la apertura de concursos está presentada desde el primer día. ¿Por qué se concursa ahora? ¡Gracias a Dios! Aunque sea en el último tramo de mi gestión, lo pudimos hacer”, dice González. El procedimiento implica varias áreas: áreas de recursos humanos, jurídicas e institucionales del Ministerio de Cultura, Dirección General de Personal y Gestión Pública. “La parte burocrática lleva mínimo un año. Pero lo más complejo, desde lo académico, museístico e institucional, es la conformación de jurados. Son trabajos no rentados, que se encargan a personas muy prestigiosas que, como tales, tienen agendas complicadas. Necesitamos que las puedan coincidir para definir el perfil del puesto, los procesos de evaluación, las competencias, los requisitos deseables y excluyentes, la puntuación. Todo eso lo hace el jurado”, detalla González.
Después, el proceso de selección implica revisar antecedentes curriculares y laborales de los candidatos, una evaluación técnica mediante examen escrito y una entrevista. Los postulantes deben presentar un proyecto por escrito de cinco mil palabras, con “sus ideas sobre las políticas más adecuadas para cumplir con la misión del museo y la orientación que daría a su gestión en caso de ser designado”, se lee en las bases. Se mantienen tal cual las delineó Américo Castilla en su paso por esa misma secretaría, breve, pero fundamental: dejó asentado el andamiaje para los concursos profesionales. El comité plantea una terna por orden de mérito, con un puntaje numérico, para que el ministro designe al ganador, que suele coincidir con el designado como el mejor postulante. “De todas las ternas, el exministro Pablo Avelluto en solo un caso puso al número dos en lugar del número uno. No suele ocurrir”, explica González.
“No importa si llegamos a terminar los concursos antes de las elecciones. Lo que nosotros buscamos es que no se interrumpan los procesos. El trabajo ya está hecho, pero lleva tiempo. Son políticas de Estado, no tienen que ver con los gobiernos”, asegura la secretaria.
La profesionalización de los cargos y la transparencia en las elecciones llegaron con estos mecanismos y estarían para quedarse, más allá de los gobiernos de turno: son cuestiones técnicas, no políticas.
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