Buen pronóstico en Miami: con Mondongo y Le Parc, las ventas de los argentinos trepan al millón de dólares
En Art Basel, Eduardo Costantini compró por US$470.000 una calavera de plastilina del dúo de artistas que está cerrando un año excepcional; además, un móvil similar al de Ezeiza se vendió por 400.000 euros
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Misterio resuelto: la Calavera #5 de Mondongo ofrecida por la galería Barro en Art Basel Miami Beach fue comprada hoy por Eduardo Costantini por 470.000 dólares, con lo cual se cierra un año excepcional para el dúo artístico integrado por Juliana Laffitte y Manuel Mendanha. Es la mayor inversión en arte contemporáneo argentino realizada hasta ahora por el fundador del Malba, que suele prestar sus obras al museo y que en junio había pagado otra suma de seis cifras en dólares por Manifestación, de los mismos creadores. Según el galerista Nahuel Ortiz Vidal, siete coleccionistas se disputaron la obra en la feria de arte más importante del mundo, y uno de ellos estaba dispuesto a pagar más de medio millón. “La gente hace cola para verla”, agregó.
Hace unos años, Costantini había querido comprar la Calavera #5 en una subasta. Entre las microescenas de plastilina que la componen, este ejemplar tiene sobre su nariz el famoso urinario con el cual Marcel Duchamp se convirtió en “padre del arte conceptual” al transformarlo en Fuente en 1917. El coleccionista Andrés Buhar, quien compró este año varias obras de Mondongo -incluida Argentina (Paisajes), por el precio récord de US$1.270.000-, había asegurado a LA NACION que aunque tiene otras calaveras él no estaba interesado en adquirir esta pieza de la serie, que pertenecía hasta ahora a otro argentino.
Ayer, también en Art Basel, Costantini compró además en la galería británica Lisson por casi 800.000 dólares la obra Alquimia XXVII (1985), de la artista textil colombiana Olga de Amaral. Y un móvil de Julio Le Parc se vendió por 400.000 euros en el stand de la galería brasileña Nara Roesler. Es dorado, como el que se inauguró en abril último en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. “Hay una exposición de arte cinético en la Tate, prestamos obra y ellos acaban de comprar otro móvil azul”, dijo a LA NACION Yamil Le Parc, uno de los hijos del artista, en referencia a la muestra Sueños eléctricos: arte y tecnología antes de Internet.
Se confirma así el buen pronóstico para las galerías argentinas en la semana del arte en Miami, que comenzó anteayer con ventas en las ferias Untitled y NADA. Ayer fue el turno para los invitados especiales de Pinta y Art Basel, que abrirán al público general entre hoy y mañana hasta el domingo. En esta última Barro, además, vendió las tres obras que había llevado de La Chola Poblete. Y la neoyorquina Kurimanzutto, un colchón de Marta Minujín.
Ruth Benzacar, que sorprendió en la sección Meridians de esta feria con una pieza textil de grandes dimensiones realizada por Chiachio & Giannone, vendió en su stand en la misma feria obras de Roberto Aizenberg, Eduardo Basualdo y Francisca Rey, artista emergente que hizo su primera muestra en la galería este año.
“¡Fue un éxito! Vendimos seis obras de Julieta Tarraubella a colecciones privadas, en su mayoría americanas, y tenemos muchas más reservadas”, dijo Florencia Giordana Braun, que también participa de Art Basel con su galería Rolf Art. Los valores rondan entre 5000 y 10.000 dólares cada una.
“¡Re contentos!”, dijo con el mismo entusiasmo Santiago Gasquet, codirector de Piedras, tras haber vendido cuatro de las Joyas imposibles de Jimena Croceri minutos después de la apertura de esta feria. Esta galería cierra así un gran año, con reconocimientos a su trabajo en las ferias ARCO y arteba. “Los compradores son de la Argentina y otros nuevos de Estados Unidos -agregó-, lo que nos alegra mucho porque cuando salimos a ferias internacionales buscamos ampliar nuestra cartera de clientes extranjeros”.
“Como ocurrió otras veces, debutamos en Art Basel vendiendo una obra de Sarah Grilo a una colección neoyorquina”, dijo a LA NACION el galerista Jorge Mara, en referencia a la obra de esta fallecida artista argentina que acaba de protagonizar una muestra en la Galería Lelong. Señaló además que hay “un gran interés” por una obra de Eduardo Stupía de gran tamaño que iría a un museo, y agregó: “El Kabinett dedicado a la obra de Alfredo Hlito es, a mi juicio, de lo mejor que hemos presentado en una feria”.
En Pinta Miami, feria enfocada en arte latinoamericano e impulsada desde hace casi dos décadas por Diego Costa Peuser, la galería Valerie’s Factory vendió en pleno montaje un mural tridimensional de Trinidad Metz Brea. Y ayer, la galería Crudo vendió una pieza textil de Nicole Mazza.
“Vamos súper, hay mucho interés”, anticipó a LA NACION Antonio Villa, codirector de la galería Constitución, que participa de Untitled. En esta feria alojada en una gran carpa sobre la playa, Vigil Gonzales -galería con sedes en Buenos Aires y Cusco- ya vendió tres obras del artista peruano Gonzalo Hernández: dos al coleccionista argentino Jorge Pérez, que se exhibirán en Espacio 23, y otra a Alexandra Bryce, vicepresidenta museo del MALI, para su acervo personal. Tramo, por su parte, vendió otras tres pinturas de Hernán Salamanco a una coleccionista de Nueva York.
“Excelente convocatoria, con la presencia de los galeristas Perrotin, Gagosian y Pace. Para nosotros las ventas fueron muy buenas desde temprano, a compradores americanos y europeos”, dijo en tanto Carlos Calvaresi tras haber vendido a coleccionistas ingleses varias obras de Dignora Pastorello y un banco de Deon Rubi, diseñadora con muestra actual en la galería de San Telmo.
Una alianza institucional que incluye el apoyo del Gobierno nacional permitió que una veintena de las galerías más importantes de la Argentina integraran una “misión comercial” durante la semana del arte de Miami Beach. La lista de “actividades estratégicas” abarca un evento de networking en Casa Faena, visitas guiadas exclusivas para potenciales compradores y acciones de posicionamiento en las principales plataformas de arte de Miami, como ArtNexus, e-flux y Arte al Día.