Brenda Navarro: “No estoy interesada en hablar de mis experiencias, prefiero mil veces la ficción”
La autora mexicana reside en Madrid y vino a Buenos Aires para participar del FILBA; el reconocimiento de sus libros, cómo lograr la musicalidad, las etiquetas que pone el marketing editorial y los autores que lee: “genias hay en todos lados”
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Recientemente, la escritora mexicana Brenda Navarro (Ciudad de México, 1982) participó de la XV edición del Festival Internacional de Literatura Filba. Autora de dos celebradas novelas donde la maternidad y los lazos familiares asumen visos inquietantes -Casas vacías (2019) y Ceniza en la boca (2022)-, Navarro, que reside en Madrid, en esta ocasión visitó Buenos Aires en calidad de escritora. “Ya conocía la ciudad, a la que le tengo muchísimo cariño, tanto que podría vivir aquí -afirma en diálogo con LA NACION-. La experiencia del Filba fue genial, tuve la oportunidad de convivir con lectoras y de escuchar sus puntos de vista sobre mi trabajo, pero también de los temas que compartimos con el mismo interés: el duelo, el dolor, la violencia estructural hacia las mujeres, los silencios. Una gozada”.
Las novelas de Navarro, atrapantes y con una musicalidad bien calibrada en largos soliloquios, fueron recomendadas con entusiasmo por escritores y lectores. Este año, Ceniza en la boca (Sexto Piso) fue una de las novelas finalistas del V Premio de Novela Mario Vargas Llosa, que finalmente ganó su compatriota David Toscana, con El peso de vivir en la tierra. A inicios de 2023 fue elegida “libro del año” de 2022 en los Premios Cálamo y en la categoría de ficción para las Librerías de Madrid. “Dos premios en cinco minutos, me queréis dar un infarto”, escribió en esa ocasión. Casas vacías (Sexto Piso), que narra la historia de dos mujeres que reclaman la maternidad del mismo niño, fue premiada con el XLII Premio Tigre Juan.
En la Universidad Nacional Autónoma de México estudió Sociología y Economía Feminista; en la Universidad de Barcelona, cursó un máster en Estudios de Género, Mujeres y Ciudadanía. “La escritura siempre ha sido mi ocupación principal, es la realidad la que me interrumpe -bromea-. Podría pasarme imaginando cosas todo el tiempo, pero eso no quiere decir que pueda pagarme todos mis gastos familiares gracias a mi trabajo como escritora. Para ser una profesión tan precaria, no me va mal”. Actualmente trabaja, “sin prisa por publicar”, en su tercera novela.
En Ceniza en la boca, una joven emigrada mexicana en Madrid reconstruye la historia familiar a partir del suicidio de su hermano adolescente. “No tiene nada que ver con mi experiencia como persona y mis procesos de tránsito por el mundo -aclara la autora-. No estoy interesada en hablar de mis experiencias, prefiero mil veces la ficción en donde tienes el desafío de inventar universos literarios que responden a la lógica de las necesidades de los personajes y no de la realidad. Soy muy fan de la ficción”.
-¿Cómo vivís la repercusión favorable de tus novelas, y en especial de la segunda?
-Yo vivo en un barrio de clase media en Madrid, donde nadie sabe que escribo y a nadie le importa tampoco. Sigo lavando mi baño, comprando en mi súper, contando los céntimos para saber en qué se va el dinero y cómo funciona el mundo. Lo más normal del mundo. Los premios a Ceniza en la boca son premios al libro, que repercuten, sí, por supuesto, en su venta y en su difusión, pero es un absurdo pensar que eso cambia tu vida y rutina diaria. Todo esto es tan efímero que tomárselo en serio es peligroso.
-En ambas novelas están presentes las cuestiones de la maternidad, la familia, las diferencias de clase y la violencia. ¿Dirías que son elementos de tu universo literario actual?
-¿Qué piensas? ¿Son elementos de mi universo literario actual? Creo mucho que el hecho literario termina en las personas que leen mis libros; son estas personas las que dirán qué les ha interpelado de las historias que escribo. Yo creo que maternidad, familia, diferencias de clase son etiquetas que el marketing editorial necesita para clasificar mis libros, y me niego a clasificar mis libros en temáticas. Hablo de la condición humana que es tan rica y compleja como para definirla en tres temitas que el mercado quiere hacer pasar por moda.
-¿En qué medida el feminismo influye en tu literatura? ¿Sigue habiendo una presión mayor sobre las autoras incluso en este momento de reconocimiento internacional?
-Son temas distintos. El feminismo no influye en mi literatura, porque tendríamos que preguntarnos, ¿a qué te refieres con feminismo? Para mí el feminismo como un ente o concepto mainstream tampoco me interesa. ¿Son los movimientos sociales y políticos liderados por mujeres fuentes de la realidad que me interesa ficcionar? Sí, sin duda, pero no es lo mismo feminismo que movimientos de mujeres. Ahora bien, ¿sigue habiendo presión en las autoras? Son discusiones que se van generando desde los medios de comunicación y el marketing editorial. Me siento afortunada de tener el lujo de invertir mi tiempo en escribir y hablar de literatura. Lo estoy pasando bomba. Como ciudadana, sí creo que es necesario revisar qué discusiones tenemos dentro del espacio público, derechos laborales, economía, justicia.
-¿Qué relación mantenés con la tradición literaria de tu país y con la literatura de otros países?
-Leo, por supuesto y con mucho interés los libros que se publican en México, pero también los que se publican en la Argentina, Chile, Colombia. Pero también lo que me llega de otros países. Por ejemplo, en una de las actividades que tuve en Filba recomendé varios libros que me parecían interesantes, sin importar de qué países eran las autoras. No había un libro mexicano, pero sí estaban librazos de Agota Kristof, Dubravka Ugrešić, Lionel Shriver, Nell Leyshon, Alia Trabucco, Claudia Piñeiro. Genias hay en todos lados del mundo. Me interesan las distintas perspectivas del mundo en general.
-¿Qué te permite la primera persona al narrar y cómo lográs esa musicalidad en las voces de los personajes?
-Al contrario de lo que se ha discutido en el Filba sobre la primera persona dentro de la literatura, creo que la primera persona o la segunda o la narración omnisciente corresponde estrictamente a lo que los personajes y la historia necesitan, y además, soy una férrea defensora de opinar distinto. Así que vivan todos los libros mientras me cuenten una buena historia y presenten un universo literario complejo. Dicho esto, esta musicalidad de la que hablas me la da justo esa intercalación de una narradora en primera persona que luego dialoga constantemente con segundas personas. Para mí, Ceniza en la boca es una novela coral y cuando hay tantas palabras y expresiones, el ritmo de la novela se siente distinto y si hay algo que me interesa en lo que escribo es que tenga ritmo. Para mí todo trata de jugar con el ritmo del lenguaje.
-¿Alguna de las novelas tendrá una adaptación al cine o serie?
-Los derechos de opción a compra de ambas novelas están comprados, pero esto es una ruleta, nada está realmente dicho o finiquitado. Tampoco tengo necesidad de que sean película o serie. Hay una inmensa cantidad de grandes novelas que no tienen película ni serie y está bien. En todo caso, me interesa más que las productoras apuesten por historias originales, tengo un par de ideas.
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