BorgesPalooza. “La lectura que Borges hizo de Dante es deliberadamente personal”
La traductora Claudia Fernández Speier es una de las especialistas que conversará en el festival que comienza hoy sobre la obra del escritor; humor, sexo, policial y cine, entre otros temas, acercarán al poeta a una nueva generación de lectores en el Centro Cultural San Martín
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En un ensayo sobre la Divina Comedia, Jorge Luis Borges contó que había descubierto “tarde” la obra maestra de Dante Alighieri. Tenía más de treinta años cuando leyó la versión inglesa de John Aitken Carlyle en el tranvía 76 que lo llevaba hasta la Biblioteca Miguel Cané, donde se desempeñaba como auxiliar primero. “Me pregunto por qué tardé tanto tiempo en llegar al poema -escribió-. Una frase corriente habla de releer a los clásicos. Esto, que suele ser una hipocresía, puede asimismo significar que todos los hemos leído, sin el ocioso trámite preliminar de abrir el volumen y de pasar de una página a otra. Significa que hay obras que ya han entrado en la memoria general de los hombres y cuya lectura es siempre una relectura”.
Esa demora no le impidió dar conferencias sobre la Divina Comedia, aludir a ella en cuentos y poemas y publicar Nueve ensayos dantescos, donde examina episodios y personajes de algunos de los 33 cantos agrupados en tercetos de las tres partes -”Infierno”, “Purgatorio” y “Paraíso”- en que se divide el libro. “Hay una primera lectura de la Comedia; no hay una última, ya que el poema, una vez descubierto, sigue acompañándonos hasta el fin -concluía-. Como el lenguaje de Shakespeare, como el álgebra o como nuestro propio pasado, la Divina Comedia es una ciudad que nunca habremos explorado del todo; el más gastado y repetido de los tercetos puede, una tarde, revelarme quién soy o qué cosa es el universo”. En una clásica operación borgeana, la Divina Comedia pasaba a formar parte del universo literario de autor de Ficciones.
Durante la primera jornada de la 4ª edición del #BorgesPalooza, este sábado, a las 11, en el Centro Cultural San Martín (Sarmiento 1551), la doctora en Letras por la Universidad de Roma, traductora y profesora Claudia Fernández Speier se referirá a la relación de Borges con la Divina Comedia. “De su devoción por Dante, de su particular visión del poema, de los consejos de lectura que da y de cómo todo esto incidió, a partir de mediados del siglo XX, en la lectura de la Comedia en nuestro país”, anticipa la autora de Las traducciones argentinas de la Divina Comedia (Eudeba).
“Dante es el clásico más leído, reformulado y amado en la Argentina -afirma Fernández Speier-. Los intelectuales de nuestro país tuvieron un vínculo muy fértil con la Divina Comedia ya desde el inicio de nuestra tradición, a partir de la generación romántica; su lectura estuvo ligada a la identidad cultural de la nación, y en esto fue fundamental la traducción de Bartolomé Mitre, que interpreta el poema con gran libertad y en frecuente polémica con los españoles”.
Ella misma tradujo la Comedia para Colihue, que en 2021 lanzó una edición en tres tomos, como la que había leído Borges allá en la década de 1930. También escribió una introducción y más de 2900 notas. “Para traducir la Divina Comedia tuve en cuenta todos los aspectos que estaban a mi alcance, y la tradición de traducciones que precedía mi trabajo -revela-. Decidí privilegiar el aspecto semántico; no solo los elementos científicos, filosóficos y teológicos, sino también la narración exacta de los eventos, que suele tener un significado simbólico que se suma al literal, sin desatender los aspectos fónicos de la versificación, el ritmo, las aliteraciones, encabalgamientos”.
"No es necesario ser un erudito para leer a Borges ni su literatura lo reclama"
Daniel Mecca, organizador del festival #Borgespalooza
Como muchos estudiantes de literatura, Fernández Speier leyó por primera vez a Dante en la traducción del crítico y profesor Ángel Battistessa. “Poco después me fui a Italia, donde tuve la posibilidad de leer las ediciones italianas, muy ricas en notas, y de estudiar en la Universidad de Roma; allí me formé con el dantista Gabriele Muresu, que fue mi director de tesis de licenciatura”.
“La lectura que Borges hizo de Dante es deliberadamente personal -sostiene Fernández Speier-. Como hace con tantos otros libros, Borges se sirve de la Comedia para hacer literatura, y para enriquecer su propia poética. No sé si la lectura de Dante influyó en su literatura; creo más bien que la literatura de Borges se alimentó de la Comedia a través de una selección de episodios y una interpretación heterodoxa funcionales a las ideas que Borges ya tenía antes de leer a Dante. Como muestra un excelente artículo de Mariano Pérez Carrasco [“Borges lector de sí mismo en la Divina Comedia”], en los ensayos dantescos de Borges hay más material para entender la obra del mismo Borges que la de Dante”.
Para la investigadora, la Divina Comedia sigue vigente, “a pesar de la gran distancia que existe entre el mundo de Dante y del nuestro, probablemente por su extraordinaria belleza, que es el noble vehículo de su profunda verdad”. En su experiencia como docente, la Comedia conmueve a estudiantes de diferentes intereses, creencias y formación de un modo único. “Quienes hayan enseñado Dante tendrán seguramente testimonios de tanta gente que declara que este libro le cambió la vida”. No obstante, señala que la concepción de la literatura de Dante -un escritor medieval- en gran medida ha sido desatendida en la Argentina. “Esto es consecuencia de una suerte de ‘actualización’ de la Divina Comedia, que aparece ya en su primera recepción argentina -explica-. A diferencia de la lectura italiana, donde las interpretaciones políticas e ideológicas que asociaban a Dante con los diferentes períodos históricos modernos convivieron siempre con un importante estudio histórico-filológico del texto, la lectura argentina, en su mayor parte, se apropió de la Comedia como de una novela capaz de hablarle sobre todo al presente”.
“El conocimiento del contexto histórico de un libro puede ser fundamental o no según el tipo de lectura que uno desee hacer -concluye-. Por supuesto, cada lector es libre de leer como quiere. En el caso de un texto medieval, conocer el contexto ayuda a dirigir nuestra interpretación hacia un universo muy distante del que espontáneamente nos viene a la mente a los lectores contemporáneos. Y en el caso de la Comedia, que tiene tantas referencias a la actualidad de los lectores a los que se dirigía, conocer el contexto es imprescindible para la comprensión literal de muchos de sus episodios. Ese conocimiento puede ser de profundidad variable, según el interés de cada lector o lectora; lo importante es que los datos que ofrecen las notas, o los comentarios, o los cursos que se puedan hacer sobre Dante, sean serviciales para una lectura comprensiva y gozosa, y no se vuelvan un obstáculo”.
#BorgesPalooza 2022
Organizado por el escritor y periodista Daniel Mecca y con entrada libre y gratuita, la cuarta edición del #BorgesPalooza se hará en el Centro Cultural San Martín este fin de semana con la participación de escritores e investigadores como Luis Chitarroni, Elsa Drucaroff, Sylvia Iparraguirre, Ana María Shua, Jorge Fondebrider, Judith Podlubne y Luis Gusmán. “Busca acercar a Borges a una nueva generación de lectores, desacralizando su figura que, a veces, lleva la marca de un acto de fe -dice Mecca a LA NACION-. Se parece mucho a lo que el propio Borges decía de los libros clásicos en su ensayo ‘Sobre los clásicos’: se lo lee ‘con previo fervor y misteriosa lealtad’. El festival busca desestabilizar esa misteriosa lealtad, no porque vaya a arrogarse una respuesta, sino porque busca sumar más misterios. Y busca transmitir que no es necesario ser un erudito para leer a Borges ni su literatura lo reclama”. Las tres ediciones anteriores del festival borgeano se pueden ver en este enlace.
El domingo, de 9 a 11, habrá un trueque de libros de Borges, en el que los participantes podrán llevar sus libros usados del autor y cambiarlos por otros sin necesidad de gastar dinero. “Al ser presencial, la cuarta edición del #BorgesPalooza propone la puesta en juego del cuerpo que es parte del discurso borgeano -dice Mecca-. Borges fue un escritor atento a los modos de escribir, pero también a cómo quería ser leído, por ejemplo cuando crea el mito de origen de sus ficciones. Tenemos a un escritor que constituye estrategias, maniobras y manipulaciones sobre las huellas de sus textos. Es un lector formidable de sí mismo, o sea, traductor de sus propios textos y de su lugar como autor. Además, estuvo atento a la conquista del espacio público, a través de sus caminatas por barrios de Buenos Aires, las conferencias que daba en pueblitos, sus prolíficas publicaciones en medios gráficos o su participación en entrevistas de televisión. Tuvo una política metódica y territorial de avanzar sobre todos los espacios, corporizarlos, una gran bestia pop”.
En esta edición, que inaugurará el crítico y escritor Luis Chitarroni el sábado, a las 10 de la mañana, se hablará de Borges y el sexo (Juan Sklar), el humor (Peto Menahem), la prensa (Annick Louis), las traducciones (Jorge Fondebrider), los vínculos con Franz Kafka (Ana María Shua), la literatura policial (Elsa Drucaroff), el psicoanálisis (Luciano Lutereau), el cine (Gonzalo Aguilar) y el desagravio en la revista Sur (Judith Podlubne). El domingo, a las 19.30, el #BorgesPalooza se despedirá hasta 2023 con la charla de Luis Gusmán sobre Borges y las amistades literarias.
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