Borges y la matemática convocaron a 500 personas en el Planetario
El escritor Guillermo Martínez analizó la lógica detrás de la ficción borgeana
¿Cómo se relaciona el concepto de conjunto infinito y de infinito matemático con el famoso cuento El Aleph, de Jorge Luis Borges? ¿Cómo se vincula la noción de segmento finito que se subdivide infinitamente con el relato "El libro de arena"del mismo autor?
En una clase magistral que tuvo como telón de fondo la atractiva arquitectura del Planetario porteño, el escritor y matemático argentino Guillermo Martínez habló de "Borges y la matemática".
Unas 500 personas, entre las que predominaban los adolescentes y los jóvenes, no tuvieron inconvenientes en sentarse sobre un césped más que húmedo y bajo la amenaza de un cielo completamente gris. Se trataba de la última charla sobre ciencia, organizada por el Ministerio de Cultura porteño como parte del ciclo "Aires Buenos Aires. Cultura para respirar".
Martínez comenzó describiendo su objetivo: "Observar los elementos de matemática que aparecen en la obra de Borges en su contexto de intenciones literarias y como gérmenes de sus ficciones". Dicho lo cual, indicó que el autor de Inquisiciones conocía en profundidad algunos temas básicos de los que se dan en las materias de primer año de la facultad.
El autor de Crímenes imperceptibles tomó algunos de los elementos matemáticos que aparecen en forma recurrente en la obra de Borges. "En la idea de infinito matemático hay una parte del todo que equivale al todo. Esa es una idea que a Borges le intrigaba mucho, porque quiebra el postulado aristotélico, según el cual el todo es mayor que las partes", explicó Martínez.
En "El Aleph", cuento que da nombre al libro homónimo, "tenemos esa esfera que se supone concentra todas las imágenes del universo", explicó Martínez, quien, como buen científico, fue concatenando ideas, para explicar teorías, como las de los distintos tipos de infinitos, y dio ejemplos. Es decir, construyó una argumentación, cuya estructura de pensamiento se disfrutaba irremediablemente.
Así lo hizo en cada caso. Consideró que la idea de que entre dos números fraccionarios siempre encontramos otro en el medio y que, por lo tanto, un segmento finito puede subdividirse infinitamente, está en la base del cuento "El libro de arena". Se trata de un libro en el que entre la tapa y la primera página siempre se interponen otras páginas y lo mismo ocurre cuando se trata de encontrar la última página.
"Borges describe a este libro como «monstruoso» -dijo Martínez- y mi conclusión es que a un libro así no hay manera de darle sentido. Podemos leer los libros y darles sentido, porque luego de la página uno viene la dos que está en relación con la primera. En cambio, en «El libro de arena» no está la noción de página siguiente. Es un libro en el que está todo, pero, como no hay continuidad marcada en cada página, no se puede leer nada."
Así siguieron los pensamientos, los cuentos ("La muerte y la brújula", "La biblioteca de Babel"), los poemas, los teoremas, los números naturales, las series lógicas, entre otros temas, que relacionaron dos áreas del conocimiento que no se suelen vincular, lo cual sí hizo un escritor como Borges, y otro como Martínez decidió alumbrar.
Ezequiel, de 21 años, se acercó al Planetario, porque había leído uno de los libros de Martínez, Acerca de Roderer, y le interesó la propuesta de la charla. Gabriel, que estudia física y tiene 17 años, llegó por su interés en Borges y la ciencia. Luego de la charla, el escritor respondió preguntas del público. Hubo quienes le acercaron sus libros para que se los autografiara y no faltó algún diálogo más sobre matemática.