Borges inédito. Tenía 17 años cuando entrevistó al escritor y ahora publica esa charla: “Soy de algún modo suizo también”, le había dicho
En 1980 Fabián Spagnoli hizo un reportaje al autor de “El Aleph” que recientemente editó un sello en Venecia; el tema de sus “varias patrias” resuena por estos días, cuando volvió la idea de repatriar los restos de Borges de Ginebra a Buenos Aires
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“Tengo varias patrias: Buenos Aires, Ginebra, Montevideo”, le dijo Jorge Luis Borges a un periodista adolescente, Fabián Spagnoli, en 1980, cuando visitó al escritor en su departamento de la calle Maipú con el objetivo de hacerle una entrevista. Hasta ahora inédita, la charla que mantuvieron se puede leer en Una entrevista a Borges. An Interview with Borges, recientemente publicada en una edición bilingüe (español-inglés) por la editorial veneciana Damocle Edizioni, de Pierpaolo Pregnolato, en cuyo catálogo también figura el ensayo Crepúsculo de Venecia. Crepuscolo di Venezia, de Borges.
Cuando Borges supo que el padre del entrevistador era suizo, se explayó sobre su vínculo con el país donde se había recibido de bachiller en el Collège Calvin (”es el único título, los otros son honoris causa”) y donde desde junio de 1986 descansan sus restos mortales. “Yo soy de algún modo suizo también”, le dijo el escritor a Spagnoli. Durante su estada en Ginebra, la familia Borges vivió en el número 9 de la rue Ferdinand Hodler. Hace pocos días, sus seis sobrinos nietos expresaron el deseo de repatriar los restos de Borges al país.
“La entrevista surgió por iniciativa mía: quería entrevistar a Borges porque me fascinaba su personalidad -dice a LA NACION el abogado y periodista Fabián Spagnoli, desde Italia-. Y sus posiciones sociales y filosóficas, su ironía”. El archivo sonoro original de esa conversación está en posesión de la editorial. “Durante la entrevista estábamos solo Borges y yo, en su casa del centro de Buenos Aires”, recuerda.
Semanas atrás, se reeditaron en un solo volumen las charlas radiales que Borges y el escritor y periodista Osvaldo Ferrari mantuvieron entre 1984 y 1985; según dijo Ferrari a este diario, en los últimos años de vida Borges había encontrado en diálogos y entrevistas el “formato” ideal para comunicar su pensamiento literario.
En eso parece coincidir Spagnoli, para quien la literatura borgeana es “revolucionaria y genial”. “La idea de publicar la entrevista obedeció a querer dejar registrado lo oral por escrito -dice-. Nadie sabía el plan de publicación. Se da a conocer ahora porque quería que ‘madurara’; deseaba hacerla pública con el tiempo. Como un vino, que con el tiempo se hace más rico”.
Durante la charla, Borges hizo algunas afirmaciones arriesgadas. “Esos idiomas tienen que desaparecer, ya que no corresponden a ninguna cultura -respondió sobre las lenguas indígenas-. Se estudian como una curiosidad, nada más, del modo en que la gente estudia vascuence. Bueno, una vez que sabes vascuence, resulta que no hay un solo libro que puedas leer”. El autor de Otras inquisiciones consideraba que había dos idiomas con “un porvenir evidente”: el castellano y el inglés. “Porque el ruso es muy difícil; el chino es tan difícil que un chino del norte no puede entender lo que le dice un chino del sur”, ejemplificó por la negativa. También opinó que los argentinos pronunciábamos mejor que los españoles.
Spagnoli, que tenía entonces diecisiete años, interrogó a Borges sobre distintas cuestiones: el leitmotiv del laberinto (que el escritor asoció irónicamente con el Premio Nobel que jamás le concedieron), la religión, los animales y los niños, el Romanticismo y los escritores periodistas (”quizás el periodismo esté demasiado cerca de la literatura y pueda contaminarla, ¿no?”). También conversaron sobre el hábito de la lectura, que Borges estimaba que se iba perdiendo.
“No solo los jóvenes no leen; los chicos de menor edad no leen -señala Spagnoli-. Vivimos una época de computadoras, de velocidad, de síntesis. Borges no se equivocaba en pronosticar el actual escenario de la literatura. No se lee. No hay profundidad. Todo es fast, sin derecho a la meditación. Seguramente estamos viviendo un cambio de paradigma, hacia lo desconocido”.
Al terminar la escuela secundaria, Spagnoli quiso estudiar periodismo. “Pero en la Universidad de Buenos Aires no existía esa carrera -recuerda-. La ofrecían en la Universidad Nacional de La Plata y en la Universidad del Salvador. Comencé a trabajar en periodismo, a los dieciséis años, en el programa 60 minutos de ATC. Allí realizaba entrevistas internacionales desde el ‘búnker’ del noticiero. Mi padrino periodístico, José Gómez Fuentes, me aconsejaba estudiar una carrera ‘más importante’. Así que me decidí por abogacía”.
Actualmente, vive en Italia e Israel, donde reside su hija. “Me dedico a traducciones de inglés y francés al español, y también trabajo como abogado, en la especialidad de derecho internacional privado. El periodismo sigue en mi vida, participando desde Europa y desde Israel, en medios argentinos y uruguayos”.
“Mi relación con la Argentina es de ‘seguimiento constante’ de lo que ocurre en el país donde nací, donde transcurrió mi juventud -concluye-. Deseo que en la ‘era Milei’, y posteriormente, la Argentina vuelva a ser un país importante a nivel mundial”.
Para su publicación, Una entrevista a Borges (que se puede comprar por Mercado Libre) contó con la recomendación del escritor Alberto Manguel y con la colaboración de los traductores Ramón de Elía y Jillian Tomm. “Con el objetivo de al menos parcialmente entregarle al lector la frescura del encuentro, la transcripción mantiene algunas repeticiones e idas y vueltas sobre lo mismo que son típicas del lenguaje oral”, advierte en la introducción Carlo Alberto Petruzzi.
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