Bienalsur: se abre una gran zona de encuentro para el arte contemporáneo
En lugar de un país, esta bienal tiene por sede un continente y más; anteayer comenzó en Montevideo, y Buenos Aires será un epicentro
El primer episodio de la primera Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de América del Sur (Bienalsur) tuvo lugar el miércoles a la noche en la ciudad de Montevideo. No hubo clanes rivales en conflicto, zombis ni dragones sino artistas locales y visitantes, gestores culturales y un público convocado para dar la bienvenida a lo que se insinúa como uno de los acontecimientos artísticos del año. La bienal nació en verdad en 2015, en Montevideo, durante una reunión de doce ministros de Cultura de varios países sudamericanos. En ese encuentro, los funcionarios apoyaron la propuesta de Aníbal Jozami, rector de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, de realizar una bienal “deslocalizada”, donde la representación nacional fuera reemplazada por un proceso dinámico de colaboración. Jozami, defensor de la integración regional por medio de las artes y la cultura, agradeció el miércoles a la ciudad uruguaya, “capital de un país con gran vocación integracionista”.
En dos convocatorias abiertas, se recibieron más de 2500 proyectos de artistas de 78 países. Se seleccionaron 350, que son los que podrán apreciar en directo las audiencias de 16 países y en streaming desde www.bienalsur.org/es.
De Rosario a Madrid, pasando por La Paz y París, Bienalsur activará hasta fin de año 84 instituciones culturales públicas y privadas de 32 ciudades. La sede más remota se encuentra en Tokio. Cada una albergará instalaciones, obras de sitio específico, muestras colectivas e intervenciones de 350 artistas del mundo, entre los que se encuentran el brasileño Cildo Meireles, la chilena Voluspa Jarpa, el argentino Leandro Erlich y el venezolano Alexander Apóstol.
Del total de sedes argentinas, 29 son porteñas, otras cinco son rosarinas; cuatro están ubicadas en el Gran Buenos Aires y tres en San Miguel de Tucumán. Córdoba, San Juan y Salta aportan una sede cada una. El francés Christian Boltanski trabaja en una instalación sonora que enriquecerá el paisaje de Bahía Bustamante, en la provincia de Chubut. Se podrá apreciar por las “ventanas” de Bienalsur, un sistema de pantallas que ya permite seguir en simultáneo acciones, debates y exposiciones.
De todos los países de Sudamérica, el único que no participará con una sede en el territorio es Venezuela, que atraviesa una aguda crisis sociopolítica. No obstante, Apóstol inaugurará en diciembre una muestra en el Malba sobre el discurso insurgente en el arte y Susana Arwas expondrá obras en la Casa Nacional del Bicentenario a partir del mes próximo.
Un brindis por el arte
De la capital uruguaya se eligieron cuatro sedes. En el Museo Nacional de Artes Visuales (MNVA), situado en el Parqué Rodó, la mayor colección pública de arte moderno del país vecino convivirá hasta el 5 de noviembre con Prólogo contemporáneo para una colección moderna, muestra colectiva al cuidado de Diana Wechsler, directora artística de Bienalsur. “La serie de colecciones públicas y privadas de Sudamérica es uno de los ejes curatoriales de Bienalsur”, anunció Wechsler a LA NACION. A los trabajos de video de la guatemalteca Regina Galindo, el uruguayo Alberto Lastreto y los argentinos Carlos Trilnick y Joaquín Aras, ente otros, sumó una pintura efímera del argentino Mariano Molina. Su obra, que representa a una multitud desconcertada, fue la primera imagen de Bienalsur. “Es un golpe de suerte haber sido elegido”, dijo Molina con humildad.
Desde 2010, el Espacio de Arte Contemporáneo (EAC) funciona en un ala de la antigua Cárcel de Miguelete. De más está decir que es un sitio sobrecargado de sentidos sociales. Donde hubo celdas, se abrieron salas de exhibición. Allí la presencia argentina se hizo notar. La rosarina Eugenia Calvo concibió una instalación que quita el aliento. Donde aparecen las distancias es una obra de sitio específico de espíritu minimalista. Calvo eligió una suerte de “fuera de campo” del EAC, donde se emplazaba la torre de control de la prisión, que los visitantes ahora pueden observar a través de un vidrio. Con un sistema de iluminación que sigue el ritmo de la reanimación cardiopulmonar, ese espacio de poder queda expuesto al latido de la luz. La instalación de Calvo, una de las artistas más interesantes de la Argentina, estuvo al cuidado de otro rosarino, Fernando Farina.
La tercera sede montevideana de Bienalsur estaba colmada de jóvenes artistas uruguayos. En el Centro Cultural de España (Ciudad Vieja), la videopesquisa de la española Regina de Miguel, Una historia nunca contada desde abajo, convivía con Kiosco, un homenaje al colectivo de jóvenes artistas uruguayos que popularizó el arte contemporáneo de la mano de dibujantes, ilustradores, bordadores y diseñadores. “En Uruguay casi no existen las galerías dedicadas al arte contemporáneo”, señaló Santiago Velazco, gestor de Kiosco. Mediante los encuentros callejeros de ese grupo, los artistas daban a conocer sus producciones.
“Ahora vamos a ver qué hay”, le dijo un joven a su amigo luego de las palabras protocolares de bienvenida del anfitrión del EAC y de Jozami. Copa de vino tinto, cerveza o mate en mano, los asistentes recorrían con entusiasmo las dos salas. Pronto en la EAC se podrá ver Escuela de envejecer, de la argentina Ana Gallardo. En la sede de la Universidad de la República, a partir de la semana que viene se verán trabajos de artistas y estudiantes.
Bienalsur, la saga recién empieza
Los próximos episodios de Bienalsur transcurrirán en territorio argentino. El 1 de septiembre será el arribo a la ciudad de Buenos Aires, con intervenciones en el espacio público que transformarán el entorno o la mirada. En los barrios de Recoleta, Retiro y Puerto Madero, se advierten los primeros efectos de Bienalsur. El francés Bertrand Ivanoff cambió la cara del Palais de Glace, mientras Katie Urban, de Estados Unidos, creó un ojo para el edificio del Museo de Arquitectura y Diseño situado frente a la bajada de la autopista Illia. En el Museo de Arte Tigre, Erlich va a presentar Corre para escuchar, una instalación interactiva musical para disfrutar al aire libre. “Bienalsur permite establecer relaciones y genera desplazamientos por universos del arte con un fin importante: encontrarse”, remarcó Erlich.
Habrá además importantes muestras colectivas en varias sedes, todas con entrada gratuita. Imperdible es la propuesta de “arte para llevar” en el Museo Nacional de Arte Decorativo desde el 13 de septiembre. Curada por Boltanski y Hans Ulrich Obrist, reúne obras para que el espectador se lleve a casa, hechas por Jorge Macchi, Yoko Ono y Félix González-Torres, entre otros artistas. Desde el 15, en la Casa Nacional del Bicentenario se podrá visitar Pensamiento salvaje, con obras del argentino Gabriel Baggio, el ruso Rostan Tavasiev y la venezolana Susana Arwas. Las relaciones entre arte y naturaleza es otro de los ejes de Bienalsur.
Bienalsur llega a Rosario un día después, con una caravana por las intervenciones de artistas, como los argentinos Pablo Siquier y Eduardo Basualdo y el brasileño Srur. Algunas de esas obras quedarán como legado para la ciudad a orillas del Paraná. En el Centro Cultural Parque de España, cerca de donde Siquier plasmará uno de sus murales monumentales, se podrá ver la muestra colectiva de “arte al borde de la ley”, bautizada Dura lex sed lex.
La fachada del Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson, de San Juan, será intervenida por la brasileña Regina Silveira con una proyección de las huellas de las manos de los asistentes, que “abrazan” la institución (lo mismo se verá en el Parque de la Memoria a partir del 1/9). El 2/9, en Tucumán, se inaugurarán dos muestras colectivas, la intervención de Orensanz; ¿Quién fue?, de Graciela Sacco, y una acción artística de Juliana Iriart. El 23, en el Museo Provincial Palacio Dionisi de la ciudad de Córdoba, se conseguirá otro combo de tres por uno: exposición de Nicola Costantino, acción de Roberto Jacoby y muestra fotográfica de Maricel Álvarez.
El embajador literario elegido para narrar la primera edición de Bienalsur es Edgardo Cozarinsky. Eduntref, la editorial de la Untref, publicará hacia fin de año un voluminoso catálogo y la “novela de la bienal” escrita por el autor de Vudú urbano. Dejémonos hechizar por Bienalsur.
Cifras
Participan 16 países: Uruguay, Brasil, Francia, España, Benín, Japón y la Argentina, entre otros
32 ciudades: Montevideo, Buenos Aires, Rosario, Valparaíso, Lima, Guayaquil, Curitiba, Bogotá, Madrid, Palma de Mallorca, Marsella, Tokio, entre otras
35% de los artistas de Bienalsur son argentinos
Cerca del 35% del presupuesto de Bienalsur proviene de la ley de mecenazgo
La mayor cantidad de sedes y espacios públicos se halla en la ciudad de Buenos Aires