Bienalsur. “Cascadas” de actividades en una edición marcada por la resistencia, en los cinco continentes
En un momento de revalorización de la cultura, comienza este jueves en Salta la bienal creada en el país; hasta diciembre, participarán más de 400 artistas en 124 sedes de 50 ciudades del mundo, de Tokio a Cúcuta
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Desde 2015, la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo del Sur -más conocida como Bienalsur- expande el territorio del arte, establece contactos entre culturas y traspasa las fronteras en un doble movimiento de proyección y simultaneidad. Dinámica y “deslocalizada” (es decir, sin una sede fija, como pasa con Venecia y San Pablo), la bienal creada en el extremo sur de América del Sur retorna en un momento de revalorización de la cultura a causa de la pandemia y se desarrollará en cascada en 124 instituciones de 23 países, con más de 400 artistas en 50 ciudades como Bogotá, Málaga, Tokio, París, Cúcuta, Curitiba, Mar del Plata y Buenos Aires. Hasta diciembre, Bienalsur enriquecerá la agenda del arte, la cultura y la sociedad.
En esta ocasión, la primera inauguración del evento internacional se realizará este jueves, a las 17, en el Museo Provincial de Bellas Artes Lola Mora, de la ciudad de Salta. Allí se presentará la exposición La escucha y los vientos. Relatos e inscripciones del Gran Chaco, al cuidado de Andrea Fernández y la directora de la galería IFA de Berlín, la alemana Inka Gressel, que presenta contrapuntos entre tiempos y memorias provenientes de un territorio fronterizo (el norte de Salta) que es parte de otro más extenso: el Gran Chaco Americano. Artesanas y activistas de pueblos originarios realizan trabajos en colaboración con artistas, cineastas e investigadores para reflexionar sobre sus producciones estéticas con mensajes vinculados a la defensa de la memoria y los territorios.
Artistas como la coreana Kimsooja, los japoneses Nelo Akamatsu y Katsuhiko Hibino, el francés Christian Boltanski, el austriaco Gernot Wieland, la alemana residente en el Reino Unido Mariele Neudecker, la chilena Voluspa Jarpa, el brasileño Geraldo Zamproni, la mexicana Betsabée Romero, la uruguaya Paola Monzillo, los argentinos Jorge Macchi, Matilde Marín, Mariana Tellería y Agustina Woodgate son algunos de los participantes de esta tercera edición de la bienal; también estarán presentes, a través de sus obras, artistas fallecidas como la rosarina Graciela Sacco y la cubana Belkis Ayón. Los ejes de trabajo de esta edición son conciencia ecológica, tránsito y migraciones, constelaciones fluidas, modos de habitar, mundos digitales y políticas del arte.
Según destacaron Aníbal Jozami y Diana Wechsler -director general y directora artística de la bienal, respectivamente-, la participación de artistas, curadores y sedes supera la de las dos ediciones anteriores. Para la tercera ronda de la bienal se presentaron a la convocatoria abierta más de 5500 proyectos provenientes de 85 países, que fueron evaluados por un jurado internacional de reconocidos curadores como el uruguayo Enrique Aguerre, los españoles Manolo Borja, Marta Gili y Estrella de Diego, los argentinos Andrés Duprat y Valeria González, la francesa Alexia Fabre, el portugués João Fernandes, el marroquí Abdellah Karroum y la colombiana María Wills son algunos de los integrantes del consejo internacional de curaduría de la bienal, que cuenta también con un consejo de curaduría local, con Liliana Piñeiro, Marina Aguerre, Florencia Qualina, Florencia Battiti, Fernando Farina, Leandro Martínez Depietri y la italiana Benedetta Casini.
“Si hay que definirla con una sola palabra, esta es la edición de la resistencia, en el sentido más fuerte del término -dice Wechsler a LA NACION-. Además de que todos vivimos en un tour de force en este proceso pandémico que afecta al mundo entero, y que nos tiene a todos en un tipo de funcionamiento atípico y adaptándonos a situaciones diversas, cuando todo esto comenzó nos planteamos con Aníbal Jozami qué íbamos a hacer”. El llamado internacional para que artistas y curadores presentaran proyectos se había hecho el 14 de febrero de 2020, un mes antes de que el país -y el mundo entero- entraran en una cuarentena “que duró mucho tiempo para todos”, acota Wechsler. Para los directores de la bienal, esta tenía condiciones para seguir adelante, pese a todo. “Desde su nacimiento en 2015, nos habíamos planteado trabajar en red, colaborativamente y de manera solidaria y, algo que repetíamos como un mantra, entre lo local y lo global; esto tuvo una significación nueva durante 2020, cuando se revalorizaban las colecciones en todos los museos y las instituciones artísticas empezaron a repensarse”.
Con una cartografía propia, un territorio y recorrido específicos, de julio a diciembre ➡️ #BIENALSUR2021
— BIENALSUR (@BIENALSURarte) July 2, 2021
La 3era edición de la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo organizada por la @UNTREF se abre a un sur expandido casi a escala planetaria 👇 pic.twitter.com/WSHLwK0rK6
Se tomó, entonces, la decisión de sostener Bienalsur y profundizar el trabajo en comunidad e integrado a una trama internacional. “Fue una tarea muy intensa de colaboración y búsqueda de recursos con espacios nacionales e internacionales -cuenta Wechsler-. Reivindicamos hoy más que nunca el derecho a la cultura, a la diversidad, el espacio de la cultura como un espacio necesario y, como se dice en los votos matrimoniales, ‘en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza’. La cultura no es un bien para pocos, debe generarse un acceso social amplio y extendido; por eso inauguramos en Salta con un proyecto fuertemente situado, descolonizando perspectivas y miradas y repensando las lógicas del mundo del arte y el sistema en general”. Después de Salta, se sucederá una “cascada” de inauguraciones en espacios y escenarios (incluido El Vaticano), que se irán dando a conocer por tramos y por medio de programas públicos de podcasts, de Bienalsur TV y de las redes sociales.
Además de capitales del arte como París, Madrid, Tokio, Düsseldorf, Buenos Aires y Bogotá, se suman en 2021 otras singulares como el Cuzco en Perú, Manama en Baréin y Jeddah en Arabia Saudita. Y vuelven a ser sedes la ciudad fronteriza de Cúcuta en Colombia (donde habrá una muestra de 36 artistas venezolanos y colombianos) y Parcour Crans-Montana, en Suiza. Durante este mes, también se inaugurarán las exposiciones Juntos/Aparte (el 15 de julio en el Museo Nacional de Colombia, con la curaduría del colombiano Alex Brahim); Turn Tea Ceremony, del artista y curador japonés Katsuhiko Hibino (el 25 en la Universidad de las Artes de Tokio) y Al sur del sur, en La Térmica, Málaga, con curaduría de la argentina Diana Wechsler y obras de la chilena Voluspa Jarpa, las argentinas Graciela Sacco y Agustina Woodgate y la uruguaya Paola Monzillo, el 27 de julio.
“Este work in progress que es Bienalsur, lejos de imponerse sobre culturas, instituciones o colectivos transita la singular cartografía que diseña en cada edición, buscando escuchar, aprender y trabajar de manera situada pero sin perder la perspectiva global para sostener, activar y contribuir a restaurar los hoy tan necesarios lazos comunitarios”, dijo Jozami. El ciclo de inauguraciones continuará hasta el mes de diciembre en los cinco continentes, abierto a la comunidad global del arte contemporáneo.