Bienal expandida: la performance gana tiempo y espacio

Ni híbrida ni virtual. “Vamos a volver cuando vuelvan los cuerpos”, fue la decisión tomada cerca de mayo último, cuando se aproximaba la fecha prevista para la cuarta edición de la Bienal de Performance y los protocolos eran aún demasiado estrictos. Comenzó a concebirse así una versión expandida, que quintuplicara su extensión en el tiempo para aprovechar la época más cálida del año y potenciar la posibilidad de encuentros presenciales.

“La pandemia nos hizo pensar hacia dónde teníamos que seguir. Cada vez hay más apropiación del espacio público, y espero que esto haya llegado para quedarse”, dijo Graciela Casabé, directora general de BP.21, al adelantar lo que se podrá ver en distintos puntos de Buenos Aires desde el 19 de noviembre hasta el 16 de abril: una veintena de performances, en su mayoría inéditas y de producción nacional.

“La programación se construye a partir de una conversación con los artistas. Tratamos de ser personas con capacidad de escucha, adaptación, resiliencia, y de expandir la bienal hacia otros terrenos y miradas”, señaló Maricel Álvarez, responsable de esa área, que por primera vez abrió una convocatoria para seleccionar dos proyectos. Los elegidos entre el centenar presentado se anunciarán en enero y se concretarán en abril, para dar cierre a la bienal. “No descartamos la posibilidad de incluir algún otro invitado”, agregó, en sintonía con el nuevo paradigma que impone flexibilidad.

Una clara señal de esta nueva forma de trabajar se vio hoy en la presentación a la prensa: Susana Tambutti, directora académica de BP.21, participó por teleconferencia desde su nuevo hogar, en la costa argentina. “Estoy contenta con el límite que introdujo la pandemia –opinó-. Porque impulsó una mirada hacia adentro”.

Como resultado de esa mirada, se hizo evidente la urgencia de priorizar las necesidades de los creadores locales. En tiempos de restricciones a la movilidad y dificultades presupuestarias, por ahora el único invitado internacional confirmado es el libanés Rabih Mroué, que participará con una conferencia virtual “no académica”. “¿Cuáles son los límites entre el arte y la vida cuando éstos se encuentran fuera de la institución artística?”, será una de las preguntas que dispararán su intervención.

Difícil de responder, por cierto. “Yo hablo de artes vivas –dice Álvarez, al ser consultada por una definición posible de performance-. Es un género que va mutando y se resiste a clasificaciones puras y duras. Si bien existe un guión, a diferencia del teatro la performance debe conservar espacios abiertos a lo que suceda en tiempo real, frente al público. Debe haber cierta sensación de riesgo, de lo imprevisto, de lo no planificado”.

La programación “Made in Argentina” incluye a tres artistas radicadas en el exterior: Sofía Durrieu, Tamara Kuselman y Mercedes Azpilicueta. Esta última presentará dos trabajos: Yegua-Yeta-Yuta, una performance que integró su muestra individual en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires en 2018, inspirada en insultos dirigidos a las mujeres en nuestro país, y El ala interior, un nuevo proyecto impulsado con Agustina Muñoz en el Museo Larreta. “El título alude al lugar de la casa que ocupaban las mujeres que prestaban servicio a las familias nobles”, adelanta Álvarez a LA NACION.

La señal de largada de esta bienal organizada por la Fundación Babilonia para las Artes, la Ciencia y la Cultura, con apoyo de Mecenazgo y empresas privadas, será el 19 de noviembre en el Museo Nacional de Bellas Artes. Allí se exhibirá una videoinstalación de Diego Bianchi, acompañada de una activación performática, y una “acción sonora, física, visual y espacial” en la Plaza Rubén Darío, a cargo del colectivo conformado por Jorge Crowe, Javier Bustos y Leticia Manzur. “Como la mayoría de las performances son inéditas y están en proceso –aclara Álvarez-, nosotras también vamos a verlas por primera vez el día del estreno”.

Para agendar:

Bienal de Performance BP.21, desde el 19 de noviembre hasta el 16 de abril en distintos puntos de Buenos Aires. Programación completa en bienalbp.org/bp21

Sexo con delfines y una siesta colectiva con masajes en los pies

Dibujar con una moto, como John Berger

Obras de arte rotas, subastadas en el caótico cierre de la Bienal de Performance

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