Bernaldo de Quirós, un pincel entre lo criollo y lo europeo
Se exhiben 40 obras del pintor argentino
Un estallido de color define el ramo de flores bien pintado por Cesáreo Bernaldo de Quirós, que recibe a los visitantes en el Centro Cultural de la Universidad Católica Argentina (UCA), de Puerto Madero. La naturaleza muerta es una de las 40 pinturas que integran la muestra organizada por galería Zurbarán, con el auspicio de Repsol YPF, que será inaugurada hoy a las 19.
Coleccionista y galerista, Ignacio Gutiérrez Zaldívar cumplirá un sueño largamente acariciado al reunir los trabajos de Quirós en una exposición de carácter itinerante, que comenzó su viaje en el Teatro Argentino de La Plata y seguirá en museos del interior del país, cumpliendo así la vocación federal manifestada en temporadas anteriores por Repsol con su gran muestra colectiva bautizada "Argentina pinta bien".
Desde que comenzó su gestión de galerista al frente de Zurbarán a principios de los años 80, Gutiérrez Zaldívar estuvo dividido siempre entre dos grandes amores pictóricos: el franco-mendocino Fernando Fader y Quirós, recio pintor de los gauchos, capaz, sin embargo, de suavizar la pincelada en los poéticos paisajes mallorquinos o en el interior del taller florentino, resuelto con una paleta en tonos rojos tratados con sordina.
Artista de dos mundos nacido en Gualeguay en 1879, Quirós inmortalizó "Los gauchos" con trazo viril en la serie que lo colocó sin duda en el cenit de su popularidad. Antes de instalarse en Médanos, Entre Ríos, hizo varios viajes a Europa, donde residió durante un tiempo y expuso en la Tate de Londres, en el Jeu de Paume, de París, y en la National Gallery, de Washington.
Hombre elegante y de modales refinados, disfrutaba de sus veranos en la Toscana, en la villa que compartía con su mujer, María Antonelli, y sus hijos Carlota y Mario. Esos días quedaron inmortalizados en un cuadro lindísimo, una escena familiar con fondo de jardín que, suponemos, sigue integrando la colección de Gutiérrez Zaldívar, en compañía de ese cuadro soberbio de Angel Della Valle -uno de los maestros de Quirós- que es "La carrera de la sortija".
La trayectoria de Quirós y su itinerario formativo se asemejan a los de muchos de sus contemporáneos, que hicieron del paisaje la materia prima de su arte. A fines del siglo XIX, en sus años de formación, Quirós visitaba los talleres de Della Valle, Lucio Correa Morales, Giudici y don Ernesto de la Cárcova.
Su serie de los gauchos donada en la década del sesenta al Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) provocó un grave cortocircuito con Jorge Romero Brest, entonces su director, poco afín al espíritu "gauchesco" de la serie. El catálogo de mano de la muestra de la UCA recoge este episodio en una línea que podría inspirar la frase "a buen entendedor, pocas palabras".
En 1965, cuando se sancionó la ley que aceptaba la donación, las obras fueron, según el catálogo, "indecorosamente expuestas una breve temporada en el MNBA".
La mayor retrospectiva de Bernaldo de Quirós, artista que murió en 1968 y que goza de una alta cotización en el mercado, se realizó en 1991, en el Palais de Glace. El éxito de público -la exposición fue visitada por 151.000 personas- estableció un hito en la organización de megaexposiciones que llevaron el mensaje del arte a públicos cada vez más amplios.
La muestra podrá visitarse de martes a domingo, de 11 a 20, en Alicia Moreau de Justo 1300 (esquina Azucena Villaflor), Puerto Madero, hasta el 17 del mes próximo, con entrada libre y gratuita (informes: 4338-0844/45; www. centroculturaluca.com.ar ).
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