Bergoglio dijo que la tragedia de Cromagnon es una herida abierta
Al recibir a una marcha de jóvenes, los exhortó a no dejarse robar la esperanza
El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, exhortó a los jóvenes a que no se dejaran robar la esperanza y señaló como una "herida abierta" la tragedia de Cromagnon, en la celebración de Corpus Christi.
El cardenal habló con énfasis a columnas juveniles, entre las cuales había amigos y familiares de las víctimas de la tragedia, al decir con fuerte voz: "No hagan negocio con gente joven. No experimenten con los jóvenes. Si quieren hacerlo, métanse ustedes en la probeta".
Bergoglio esperó en la intersección de Avenida de Mayo y Piedras a los jóvenes que venían de plaza Once y del "santuario" de Cromagnon, donde se pidió por los muertos y se encendieron 194 velas (a los 193 de la causa, añadieron otra por Facundo Vázquez, recientemente fallecido). En ese lugar, el obispo auxiliar Jorge Lozano había pedido en una oración que tanta muerte joven no nos dejara indiferentes. En la plaza Once confluyeron, como todos los años, columnas de jóvenes que caminaron desde los cuatro puntos de la ciudad.
Más tarde, al recibirlos, Bergoglio les dijo: "No pierdan la ilusión, no pierdan la fe", entre aplausos. "Ustedes se detuvieron para acompañar a quien sufre y recordar a los chicos que no están", agregó. Y señaló: "Con los chicos y chicas no se experimenta, no juguemos a la ruleta rusa con los jóvenes".
La marcha siguió hasta la Plaza de Mayo, donde el cardenal concelebró una misa con ocho obispos y unos 150 sacerdotes, ante una muchedumbre reunida frente a la Catedral.
En la homilía, el arzobispo convocó a la Iglesia a ponerse en asamblea, en la ciudad. Dijo del texto de San Pablo que acababa de leerse: "Habla de unión entre mucha gente, de la unión de una Iglesia que es asamblea grande".
"Ponerse en asamblea es dejar que sea Dios quien escriba la historia... El escribe la historia. Y sabe escribir derecho, aun con renglones torcidos."
"Caminar en asamblea -expresó- es salir al encuentro de la gente, cuidar las fragilidades, confiando en la promesa de Jesús, que dará eficacia a la Palabra y a los gestos con lo que damos testimonio de su amor."
"Caminar en asamblea es ponernos en ocasión de dialogar por el camino, como lo hacían los discípulos mientras seguían a Jesús, dejando que luego, al compartir el pan, él les ayudara a superar los desencuentros y crecer en santidad comunitaria y misionera", dijo el cardenal primado.
Un coro de 150 voces cantó varios himnos y en el momento de la paz hubo emotivos saludos con quienes sostenían una bandera argentina y carteles con nombres de chicos fallecidos. Monseñor Lozano abrazó a varios familiares; entre ellos, los padres de Lucas Gavilán, que había sido alumno suyo en una escuela de Villa Urquiza.
Al concluir la misa, hubo una procesión con el Santísimo Sacramento alrededor de la plaza. No participó el jefe de gobierno, Aníbal Ibarra, que había concurrido el año anterior. Estuvo el vicepresidente 1º de la Legislatura, Santiago de Estrada.
El arzobispo confió la ciudad a la Virgen, a quien llamó "madraza". Pidió por los ancianos y los presos; por los que gobiernan; por los jóvenes, porque "hay hombres sin escrúpulos y mucho poder que quieren experimentar con ellos". Pidió a María: "Cámbiales el corazón".