Bellucci comienza a despedirse del Museo de Arte Decorativo
Al reabrir el Salón de Baile, anticipó que no buscará renovar su cargo
Con la reapertura del Salón de Baile o Salón Regencia totalmente restaurado, el director del Museo Nacional de Arte Decorativo (MNAD), Alberto Bellucci, comienza a despedirse de esa residencia cuyas puertas abrió durante un cuarto de siglo tal como lo hizo antenoche al recibir a los invitados.
"Gracias por venir. Adelante. El ministro está por llegar", indica el anfitrión, parado al pie de la escalera de ingreso en el elegante palacete inspirado en el neoclasicismo del siglo XVIII y ubicado frente a los bosques de Palermo, en la Avenida del Libertador al 1900. Se refiere al responsable de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto. "Hace mucho tiempo que la máxima autoridad de Cultura no nos acompañaba en una inauguración", dice después para explicar parte de su alegría. La otra parte la provocaba el motivo mismo de la convocatoria, que, para Bellucci, es la culminación de años de trabajo.
Ante el anuncio del Gobierno de un inminente llamado a concurso de los cargos directivos de los museos nacionales, Bellucci anticipa a LA NACION su alejamiento del MNDA. "Ya está. He cumplido. La vida tiene sus tiempos y hoy, justamente, he completado el circuito de las restauraciones y puestas en valor que se podían hacer mientras no se vaya el Oriental", argumenta.
Durante el acto y frente a los asistentes le dice a Avelluto: "Señor ministro, el día en que se logre trasladar el Museo de Arte Oriental, que hace 60 años está aquí encerrado, ese día vamos a restaurar el dormitorio de Josefina de Alvear de Errázuriz y de su hija". Sin edificio propio, unas 3000 valiosas piezas de arte oriental permanecen embaladas y sólo salen de esas "habitaciones" para muestras temporarias.
"Ahora habría que empezar de vuelta porque ya hay que arreglar el portón de entrada, que fue lo primero que hice, en 1991. Con los edificios pasa como con el cuerpo humano", sorprende Bellucci.
Además del portón ornamental de la esquina, durante su gestión se hicieron trabajos de restauración o conservación de la portería -donde hoy funciona un restaurante-, la Fuente de las Tortugas, la terraza, el jardín versallesco, la cúpula, las tres fachadas de la residencia y varios de sus ambientes interiores.
"Pero el protagonista de hoy es el Salón Regencia que nos espera", invita el director. Y las expresiones de asombro y complacencia no se hacen esperar al ingresar en el Salón Regencia. Ese espacio, de forma oval y con tres grandes ventanales sobre la Avenida del Libertador, es el más peculiar del edificio que hizo construir el matrimonio Errázuriz Alvear a principios del siglo XX. Es, según los investigadores, una versión depurada del salón de música del príncipe de Roha-Soubice, en París.
Después de un año de trabajos del equipo de museología del MNAD, conducido por Hugo Pontoriero, y de las especialistas en conservación Mariana Astesiano y Graciela Razé, se devolvió a ese salón el brillo con el que, entre 1918 y 1936, recibió a ilustres bailarines, músicos y anónimos ciudadanos.
"Acá tocó la polaca Wanda Landowska, bailó Anna Pavlova y en 1934, durante el Congreso Eucarístico Internacional, aquí hubo un baile como parte del programa de actos", recuerda Pontoriero.
"Estaba muy deteriorado. Con la polución de la Avenida del Libertador se había arruinado bastante. Se habían hecho restauraciones pero no integrales como la de ahora", añade Pontoriero, que tuvo a su cargo también la investigación histórica que dio lugar al libro Palacio Errázuriz Alvear. Memorias de un proyecto, que también fue presentado antenoche en el MNAD.
La restauración del salón de baile demuestra, según señala la presidenta de la Asociación de Amigos del MNAD, Paula Benvenuto, "una acción mancomunada entre un museo nacional y una empresa privada -como American Express- en el marco de una ley de la ciudad de Buenos Aires como es el régimen de mecenazgo". Soledad Mato, de American Express, informa a LA NACION que las obras de remodelación del salón de baile costaron cerca de $ 1.700.000.
Capital privado
"Me sumo a las felicitaciones por el trabajo que viene haciendo Alberto (Bellucci) desde hace tanto tiempo en esta casa y me sumo a la iniciativa que venimos impulsando desde el gobierno nacional y desde nuestro ministerio para poder contar con una ley de mecenazgo que facilite el aporte del sector privado, como se ha logrado en la ciudad de Buenos Aires", dice Avelluto. Y ofrece la ayuda del Gobierno para que "el capital privado, el mundo de los negocios y de los emprendimientos puedan trabajar en conjunto con el mundo de proyectos culturales en todos los ámbitos en los que sea posible sin que el Estado deje de hacerse cargo de sus propias responsabilidades".
Juan Manuel Beati, director nacional de Mecenzago y ex presidente del Consejo de Promoción Cultural porteño destaca también la labor de Bellucci y de la Asociación de Amigos del MNAD por la "prolijidad y transparencia con la que han manejado los fondos aportados a través del programa de mecenazgo".
Los pasos de la puesta en valor
- Las obras realizadas en el Museo Nacional de Arte Decorativo entre 1991 y la actualidad abarcaron: la restauración del Salón Luis XVI, el pórtico de acceso y la refuncionalización de la antigua portería
- Se pusieron en valor el escritorio de Matías Errázuriz Ortúzar, la Sala Sert, el Salón de Familia, la antecámara y el dormitorio de Matías (h)
- Se habilitaron la Galería de los Tapices y la antecámara del primer piso. Se reparó el acceso al museo y se abrió la boutique. En etapas se recuperaron las tres fachadas del edificio, se restituyeron las pizarras de la cúpula y se recuperó el Jardín de la Fuente
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