Bartolomé Mitre: el sentido homenaje al prócer argentino en el cementerio donde descansan sus restos
Se recordó hoy con un acto en la Recoleta al expresidente de la Argentina y fundador de LA NACION, a 203 años de su nacimiento
LA NACION
Héroe necesario y del presente, militar aguerrido, periodista, poeta, líder político y portador de una pluma puesta al servicio de barrer la ignorancia y contribuir a la educación y la cultura del país. La personalidad multifacética del prócer argentino, Bartolomé Mitre fue homenajeada hoy en una cálida ceremonia en el cementerio de la Recoleta frente al mausoleo donde descansan sus restos. Con motivo de la celebración del aniversario número 203 de su nacimiento, sus descendientes, representantes de instituciones históricas y del Ejército Argentino, periodistas y diferentes expositores, escoltados por el Regimiento de Infantería 1 “Patricios” se reunieron para ofrecer en su sepultura una corona de laureles envuelta por un listón con los colores de la patria.
La apertura del acto estuvo a cargo de Gabriela Mirande Lamédica, directora del Museo Mitre quien, luego de la entonación del Himno nacional, dio lugar a los expositores. Cada uno evocó en su discurso un aspecto distintivo del ex presidente argentino y fundador de LA NACION y las razones de que su legado perdure.
Por los familiares y descendientes habló primero su tataranieto, Bartolomé Abella Nazar. “Nos reunimos con respeto para conmemorar a un hombre que marcó profundamente a la Argentina. Fue un visionario que dejó un legado que se mantiene. Su vida estuvo marcada por el servicio desinteresado a la patria y como periodista, escritor y fundador de LA NACION usó su pluma para barrer la ignorancia y contribuir a la educación y la cultura”, dijo Abella Nazar quien heredó el nombre de pila del prócer. “Siempre me intrigó el por qué fue bautizado Bartolomé, un nombre prestigioso, pero poco común para la época y hasta a veces sometido a burlas, pero que él siempre llevó con orgullo. Le gustaba que lo llamen Don Bartolo y fue nombrado por su abuelo, también militar, como una tradición de honrar a los antepasados, y está asociado a su vez con San Bartolomé, uno de los apóstoles de Cristo”, contó.
Abella Nazar refirió que como presidente del país lideró en tiempos tumultuosos y que, comprometido con la verdad y el bien común, guió al Estado hacia la modernidad y el progreso. Rememoró a su vez una anécdota familiar, su recuerdo de visitar en la infancia el hogar de sus abuelos y que se hablara con frecuencia de “Tatita”, una figura que por un tiempo le resultó un misterio hasta que descubrió a quién se referían. “Mi abuela me contó que el General Mitre, al que con cariño llamaban Tatita, tuvo en sus brazos a mi padre y que era muy cariñoso con sus hijas y que le encantaba que lo visitaran. Celebramos su vida pública, su humanidad y la pasión por la familia y su país. Me pregunto qué pensaría de saber que hoy con sólo un clic se puede leer todo su diario en internet y que su obra se extiende a los canales de televisión, revistas y otros medios. Es un orgullo compartir su nombre. Gracias Don Bartolo, gracias Tatita, te recordaremos atentamente”, sostuvo emocionado.
Su faceta como periodista fue retratada por Norberto Frigerio, director de Relaciones Institucionales de LA NACIÓN quien centró su discurso en la credibilidad y el rol que sostiene el diario como tribuna de doctrina. “Un 4 de enero de 1870 Mitre fundó el diario LA NACION y hoy, 154 años después, en nombre del Directorio expreso frente a este mausoleo palabras de gratitud frente a tamaño legado. Heredamos sus principios de ética, pluralidad y respeto por las instituciones. Nuestro ideario se mantiene intacto y es un gran logro sostenido en tantas décadas gracias a la credibilidad, que no es más que el sutil vínculo entre los hechos y los ciudadanos. La hoja de ruta fue optar siempre por lo verdadero y no por lo falso”, dijo Frigerio.
Y agregó. “Una Redacción no es el Olimpo, es una verdadera trinchera de la vida donde la paz y la guerra se cruzan a diario, donde la muerte y la vida se pierden tan rápido como llegan, donde la cultura universal se cuela entre la cultura nacional y nos deslumbran, donde el cine y el teatro junto a la música y el ballet, así como el rock y el folclore traman un tejido que junto a las letras nos envuelve y acompaña por la historia. ¡Somos testigos y actores de la vida nacional!”, vitoreó Frigerio.
Luego remarcó la importancia de la prensa libre e independiente y su rol fundamental en el sostenimiento de las instituciones y la justicia y expresó palabras de reconocimiento a los distintos periodistas que forman parte de la columna vertebral de LA NACION. Entre ellos reconoció al Director, Fernán Saguier, a Joaquín Morales Solá, Carlos Pagni, Graciela Guadalupe, José Del Río, Jorge Liotti, Héctor Guyot, Jorge Fernández Díaz, Elizabetta Piqué, Verónica Chiaravalli, Constanza Bertolini y José Claudio Escribano, quien se encontraba entre los presentes en el acto. “Y la lista es infinita. El desafío a futuro no es una quimera, es un sueño. Hay un Directorio que con vocación democrática y de servicio mira los próximos 150 años confiado y firme. Don Bartolomé su legado sigue vigente”, dijo y le dio la palabra a Roberto Elissalde, presidente de la Institución Mitre.
“¿Qué es Mitre hoy?”, reflexionó Elissalde. “Hace 100 años lo entendieron bien quienes idearon su monumento en la barranca de la avenida Libertador. El Mitre en la altura, mirando hacia el Río de La Plata, mirando al Uruguay que tanto significó para él, avizorando el horizonte y meditando sobre nuestro porvenir para resguardar con su vigilia el reposo de un pueblo que siempre descansó en su patriotismo. Sigamos su ejemplo para llevar a la Argentina al destino por el que tanto trabajó”, expresó Elissalde.
A continuación habló Carmen Longa Virasoro, presidenta de la Asociación Amigos del Cementerio de la Recoleta, quien ilustró la personalidad de Mitre como la de un ciudadano comprometido con su tiempo y valeroso ante los desafíos que le tocó vivir. “Es un héroe necesario y presente. Las múltiples facetas de su vida le hicieron abrir la mirada y comprender a los hombres de su época. Está presente en nuestras vidas, la familia y la educación. Al inaugurar ferrocarriles puso el foco en el capital inversor como motor del progreso del país y le dio un espacio de valor al trabajo de los inmigrantes en el desarrollo, un mensaje muy relevante para el presente”, destacó Longa Virasoro y refirió a su vez que Mitre es un ejemplo para las nuevas generaciones de la importancia de normalizar la vida pública y fortalecer a las instituciones.
El encargado de reconstruir el pasado militar de Mitre fue el teniente coronel Diego Gonzalo Cejas, director del Instituto Histórico del Ejército Argentino. “Ante la necesidad de contar con una épica guerrera que estimulara el impulso del Ejército forjó para los oficiales y tropa una tradición inspirada en el legado de los generales José de San Martín y Manuel Belgrano, los presentó como arquetipos de las virtudes esenciales del soldado argentino. Mitre nos enseñó la pasión por la Patria y para quienes integramos hoy el Ejército, es un mandato que compromete nuestra vida misma como Fuerza”, dijo Cejas.
El teniente coronel hizo luego un repaso sobre la experiencia militar de Mitre y sus responsabilidades castrenses como inspector general de armas y ministro de guerra así como su trabajo en la organización e instrucción de la Guardia Nacional de Buenos Aires. “Hoy en esta tumba ilustre rendimos gratitud a la herencia de un guerrero y factor de fundamental importancia ante los múltiples desafíos de este nuevo siglo”, concluyó Cejas.
El cierre de las exposiciones quedó en manos de María Guillermina Bilbao La Vieja, presidenta de la Asociación Amigos del Museo Mitre. “Es vasto su legado. En estos tiempos convulsionados tengamos presente su carácter, valentía y pasión por la Argentina. Quería ver al país unido, desarrollado y próspero, todos valores que son tan necesarios hoy en día”.
Al finalizar, el teniente coronel Cejas hizo la venia militar con en mausoleo a sus espaldas mientras un oficial de los “Patricios” entonó en la trompeta el toque de silencio, un acto de solemnidad frente a los presentes en el homenaje.
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