Banksy salió de vacaciones y dejó huellas por todos lados
El grafitero anónimo publicó en Instagram un video que pone fin al debate sobre si era él o no el autor de las intervenciones que aparecieron en los últimos días en cinco ciudades británicas
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¿Es o se hace? Es. El debate sobre si una serie de grafitis aparecidos en los últimos días en varias ciudades costeras de Gran Bretaña eran o no de Banksy llegó hoy a su fin, cuando el artista anónimo publicó en su cuenta de Instagram un video en el que se muestra el proceso creativo de esas obras.
“A Great British Spraycation” se titula la filmación, compartida desde la cuenta @banksy, que registra el recorrido de una camioneta y las intervenciones realizadas en Lowestoft, Gorleston, Oulton Broad, Cromer y Great Yarmouth. En Gorleston, en una pared detrás de un banco, se ve por ejemplo un juego de grúa que aparenta estar dispuesto a sacar a los peatones de sus asientos.
En Great Yarmouth, sobre una parada de colectivo, apareció el dibujo de una pareja que baila al son de un acordeón. En Lowestoft, una gaviota dibujada sobre una medianera parece acercarse a un contenedor para robarse su contenido; un niño con una pala fue pintado junto a un castillo de arena construido entre baldosas rotas, y una de sus características ratas aparece recostada en la playa, sobre una reposera, tomando un cóctel.
“Todos estamos en el mismo barco”, dice la leyenda que acompaña el dibujo de tres niños jugando en un bote en el parque Nicholas Everitt de Oulton Broad. “Ve a lo grande o vete a casa”, se lee en otra frase, escrita sobre un granero en miniatura de la Aldea modelo de Merrivale, en Great Yarmouth.
“Solo alquileres de lujo”, dice el cartel que sostiene un cangrejo pintado por el artista en la playa de Cromer, en Norfolk. “Esta es una pintura bastante brillante, que combina el humor con un mensaje muy serio que se refiere a las personas sin hogar, los refugiados y el mercado de alquiler -dijo a la BBC el profesor Paul Gough, director de la Arts University Bournemouth-. También es un juego brillante sobre la idea del ermitaño, un solitario al que se le niega el acceso a un alojamiento seguro”.
El año pasado, en plena pandemia, el artista dejó en el Hospital Universitario de Southampton el dibujo de un niño jugando con una muñeca que representaba a una enfermera como una heroína. “Gracias por todo lo que están haciendo. Espero que esto ilumine un poco el lugar, aunque sea solo en blanco y negro”, decía el mensaje que acompañaba la pieza enmarcada, que alcanzó un récord para el artista en subastas al ser rematada en marzo último por el equivalente en libras a 23,1 millones de dólares. Lo recaudado se destinó a beneficio del hospital.
“El artista británico anónimo aún tiene que adjudicarse públicamente las obras”, había advertido el lunes Artnet News, en uno de varios artículos que registraron el debate sobre quién era el misterioso autor. Finalmente la confirmación llegó en imágenes, bien al estilo de Banksy.