Balance 2022: el año de la ficción y del regreso triunfal de ferias y festivales multitudinarios
Mientras en el país volvieron con éxito las ferias literarias y se presentaron muestras muy convocantes, varios museos de Europa sufrieron ataques de ambientalistas que eligieron importantes obras de arte como blanco de sus protestas; las frases, los best sellers y las visitas de un año sin igual
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Fin de año atípico e intenso para un año peculiar e intenso. Con un diciembre copado por el Mundial de Fútbol y el desborde de la alegría popular por el triunfo de la selección nacional, las Fiestas se nos vinieron encima de repente: entre asuetos y caravanas, a correr a comprar regalos y a preparar los libros para (terminar de) leer en las vacaciones o, al menos, en el último fin de semana de este año colmado de ferias, festivales, exhibiciones, presentaciones, charlas, talleres, “Noches de…”, todo repleto de gente. Es que 2022 se caracterizó por una enorme oferta de propuestas artísticas y culturales (acá, allá, hasta en Qatar) que tuvieron una altísima convocatoria de público.
El 28 de abril la Feria del Libro de Buenos Aires tuvo su regreso triunfal a La Rural: hasta el 16 de mayo, se colmó de visitantes todos los días para ver y escuchar a autores como el Premio Nobel Mario Vargas Llosa, Jorge Fernández Díaz, el best seller estadounidense John Katzenbach (a quien sus fans esperaron durante ocho horas para conseguir una firma), Darío Sztajnszrajber, Camila Sosa Villada, Florencia Bonelli, los españoles del fenómeno Carmen Mola y, también, a políticos como Javier Milei y Facundo Manes, cada uno con sus seguidores, todos a sala llena.
Milei presentó con la periodista Viviana Canosa su libro El camino del libertario, rápidamente convertido en best seller, en la sala José Hernández, la de mayor capacidad, que llenaron, también, Vargas Llosa en el primer fin de semana y los bookfluencers de la movida juvenil, el último sábado. Año tras año, la feria afianza su amplio abanico de autores y visitantes y se enorgullece de su convocatoria y diversidad.
Claro que si hubo un suceso que marcó el año fue el polémico discurso inaugural a cargo de Guillermo Saccomanno: el escritor arremetió contra todos (Estado, sector editorial, empresas papeleras y hasta los dueños del predio); incluso contra los organizadores, que aceptaron pagarle un honorario para nada simbólico, un dato que él mismo se encargó de contar frente a funcionarios de la Nación y de la Ciudad, integrantes de la Fundación El Libro y de las cámaras de publicaciones, colegas y demás invitados.
A diferencia de las ediciones previas a la pandemia, cuando hubo protestas de estudiantes durante dos inauguraciones consecutivas, abucheos y pancartas, esta vez la “piedra” la tiró el principal invitado, que sorprendió a las cerca de mil personas que llenaron la sala. Apenas tomó el micrófono, Saccomanno advirtió: “A algunos no les va a gustar”. Y así empezó: “Decir feria implica decir comercio. Esta es una feria de la industria y no de la cultura, aunque se adjudique ese rol”. Las críticas y los apoyos a las palabras del escritor alimentaron debates e intercambios en las redes sociales durante varios días.
En la Feria hubo, también, espacio para homenajes por los 40 años del Nobel de Gabriel García Márquez, los 40 de la Guerra de Malvinas, el centenario de José Saramago, los 90 del nacimiento de Manuel Puig y los 150 de la publicación del Martín Fierro. También, a la autora española Almudena Grandes (que murió en noviembre de 2021), con la visita de su marido, el académico Luis García Montero, que participó de una emotiva lectura de textos de Almudena y de poemas inéditos propios. Adelantó que en noviembre saldría Todo va a mejorar, el libro póstumo de Grandes, escrito durante la pandemia que él tuvo que completar. Editado por Tusquets, figura en el ranking de los más vendidos del año del grupo Planeta.
A modo de balance de la Feria, editores y libreros coincidieron en que, después del parate de dos años, en 2022 vendieron hasta un 30 por ciento más de ejemplares y que los protagonistas fueron los jóvenes. El primer puesto de los autores que más autógrafos firmaron en un solo día lo encabezó la estadounidense Shelby Mahurin, que firmó durante ocho horas ejemplares de su trilogía Asesino de brujas.
“Este fue el año de la literatura juvenil: los libros de Mahurin, Adam Silvera, Alice Oseman, Flor M. Salvador y Joana Marcús ocuparon siete de los diez puestos del ranking general. Además, que Netflix haya lanzado la serie basada en Heartstopper hizo que se dispararan las ventas de la saga”, informó Jorge González, director comercial del Grupo Ilhsa.
Como aseguran desde la cadena de librerías y coinciden editores de los grandes grupos, así como en 2021 se destacaron los libros políticos (con Primer tiempo, del expresidente Mauricio Macri a la cabeza), 2022 fue el año de la ficción. “A diferencia de años anteriores, donde los primeros puestos solían estar ocupados por libros de actualidad política y económica, esta vez la literatura lo copó todo. Los primeros dos puestos fueron para las autoras que siempre son fenómeno en la Argentina: Isabel Allende, con Violeta, y Florencia Bonelli con El hechizo del agua. El tercer puesto fue para ya, a esta altura, un longseller internacional: Los siete maridos de Evelyn Hugo, de Taylor Jenkins Reid”, explicó González. Y agregó: “En los rankings cabe destacar la presencia de Sosa Villada con Soy una tonta por quererte, Claudia Piñeiro por El tiempo de las moscas y Mariana Enríquez por Nuestra parte de noche. En la categoría de no ficción, triunfó la medicina y la autoayuda”. En ese rubro también se destacó Eduardo Sacheri, que debutó con un libro de divulgación de Historia, Los días de la revolución 1806-1820, uno de los más vendidos según Penguin Random House.
Otros best sellers del mismo grupo editorial fueron El poder de las palabras, de Mariano Sigman; Pulsión, de Gabriela Exilart; El libro más lindo del mundo, de Rosario Oyhanarte; El tercer paraíso, de Cristian Alarcón (que ganó el Premio de Novela Alfaguara 2022); Sarmiento, de Martín Caparrós; Historia de la Belle Époque argentina, de Daniel Balmaceda; y Masacre en el comedor, de Ceferino Reato.
Entre los libros de ficción de Planeta figuran Esperar una ola, de Saccomanno; La última vez, de Guillermo Martínez; La ciudad de las ranas, la primera novela de Hugo Alconada Mon; Esta historia ya no está disponible, de Pedro Mairal; El peligro de estar cuerda, de Rosa Montero; Personas decentes, de Leonardo Padura; la reedición de Las mujeres más solas del mundo, de Jorge Fernández Díaz y La vergüenza, de Annie Ernaux, que este año ganó el Nobel de Literatura.
Los detractores de la literatura del yo se llevaron una sorpresa cuando la Academia Sueca le concedió el Nobel a Ernaux. Muchos esperaban que, luego del atentado contra su vida mientras daba una conferencia en Nueva York, fuera el británico-estadounidense Salman Rushdie el destinatario del máximo galardón literario. El Premio Cervantes, con toda justicia, fue para el poeta venezolano Rafael Cadenas. El Premio Planeta lo ganó la española Luz Gabás y el Anagrama de Crónica, el cubano Carlos Manuel Álvarez. Por primera vez en su historia, desde que se creó en 1983, el Premio Herralde de Novela fue declarado desierto.
Hubo gran cosecha de premios y nominaciones a premios internacionales: Piñeiro fue finalista del Booker Internacional por Elena sabe. Javier Núñez ganó el premio de novela Casa de las Américas y Samanta Schweblin y Michel Nieva, el premio O’Henry en Estados Unidos, por sus cuentos. Con la traducción al inglés de Siete casas vacías, Schweblin recibió además el Premio Nacional de Literatura estadounidense y por su trayectoria, el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso. Se confirma que la escritora argentina juega en las grandes ligas.
También Enríquez fue premiada en Francia y en España por Nuestra parte de noche, cuya traducción al inglés se lanzó en el Reino Unido con bombos y platillos. La novela Matate amor, de Ariana Harwicz fue contratada por la productora de Martin Scorsese para ser llevada al cine. Cada vez más, la industria audiovisual busca materiales para cine y series entre los libros de ficción y no ficción de autores locales y, en algunos casos, motivó conflictos familiares, como con El salto de papá, de Martín Sivak.
La frase “No se puede caminar”, que tanto se escuchó durante las tres semanas de la Feria grande en La Rural (según la Fundación El Libro, hubo 1.324.500 asistentes en 19 días), fue literal en la Feria de Editores, que cambió de sede y triplicó metros cuadrados para congregar más y más visitantes. Durante tres días (del 5 al 7 de agosto), con entrada gratuita, recibió 18 mil visitantes. Peter Orner, Margo Glantz, Leslie Kern y Renata Salecl fueron cuatro de los invitados extranjeros a la última edición de una feria que cada año suma más sellos y más público. En septiembre, la Feria del Libro en Rosario rindió homenaje a Angélica Gorodischer, que murió el 5 de febrero.
Este año hubo ferias, festivales y visitas para todos los gustos. Mientras la del Libro Antiguo celebró sus quince años en el Palacio La Prensa con una exhibición dedicada al Martín Fierro, en la Galería Ruth Benzacar debutó con gran expectativa la Feria del Libro Raro. Solo dos ejemplos de la variedad de propuestas de ferias alternativas que hubo este año.
Si de visitas ilustres se trata, el festival Filba apostó por la performance con Laurie Anderson en el Centro Cultural Recoleta (también repleto) y en el Teatro Colón, Alessandro Baricco deleitó a la platea, los palcos y el gallinero con una emotiva clase narrada sobre el amor y el tiempo. Fueron dos hits de la temporada.
A la ya célebre y multitudinaria Noche de los museos, que este año presentó en pantalla al aire libre al lado del Sívori la monumental obra NFT Machine Hallucinations: Coral, de Refik Anadol (estrenada en el Colón), se sumaron nuevas “Noches de…” como la de las embajadas y de los anticuarios. La de las librerías, que iba a coincidir con la Feria Leer y Comer en la plaza al lado de Malba, se suspendió por tormenta. No fue reprogramada, tal vez porque ya no quedaban sábados disponibles a finales de octubre con tantas propuestas culturales. Leer y Comer tuvo revancha el domingo del Día de la Madre con la participación de Fernández Díaz y Pablo Sirvén, entre otros autores y periodistas.
Una tendencia que se afirmó fue la de celebrar aniversarios de nacimientos y conmemorar fallecimientos de escritores e intelectuales con actividades y reediciones. Fue el caso de Seix Barral, que relanzó la obra novelística de Puig, en el 90º aniversario de su nacimiento. Con el centenario del nacimiento de Libertad Demitrópulos, Antonio Di Benedetto (A. hache publicó Escritos del exilio) y Beatriz Guido, así como con los cien años de la muerte de Marcel Proust, se organizaron jornadas, debates, conciertos y lecturas. Borges, año a año, suma homenajes, festivales, reediciones y hasta memes literarios en redes.
Entre los escritores nacionales que partieron este año hay nombres clave de la literatura argentina como Gorodischer, Jorge Lafforgue, Vlady Kociancich, Rolando Costa Picazo, Sylvia Molloy, Sergio Chejfec, Miguel Grinberg, Magdalena Ruiz Guiñazú, Noé Jitrik, Silvia Sigal, Mirta Hortas y Marcelo Cohen. También reconocidos editores como Ricardo Sabanes, Damián Blas Vives, Mario Muchnik, Mariana Vera, Liliana Ruiz, Valentina Rebassa y María Inés Redoni, presidenta de la Cámara Argentina de Publicaciones. Entre los extranjeros, el alemán Hans Mangnus Enzensberger, la brasileña Nélida Piñón, el francés Dominique Lapierre y la crítica literaria inglesa Jean Franco.
Las redes sociales, especialmente Twitter, fueron escenario de debates y polémicas (y algunos exabruptos) en relación con el tema que se impone en el último tiempo: la cancelación de autores a causa de sus posturas políticamente incorrectas. En algunos casos, como el de Enriquez, hubo escándalo: fue acusada de transfóbica por defender a la colombiana Carolina Sañín (cuyo contrato fue suspendido en México por sus opiniones sobre la identidad de género). La autora argentina cerró su cuenta en la red del controvertido Elon Musk y se mudó a Instagram.
Si alguien logró captar la atención de medios e internautas fue el “asesino de Twitter”: un usuario que conmocionó al mundo literario en varias oportunidades con fake news sobre el fallecimiento de Vargas Llosa, Haruki Murakami y Piñeiro, la primera “víctima” argentina, entre otros. Ante la noticia de LA NACION, el italiano Tommasso Debenedetti se comunicó con esta sección para confirmar que es el responsable intelectual.
Por Twitter, también, difundieron fotos y videos los activistas de los grupos ambientalistas que este año adoptaron como modo de protesta el ataque a obras de arte célebres en distintos museos de Europa. Desde principios de año y en lugares destacados como el Louvre y la National Gallery de Londres, grupos de jóvenes sorprenden a guardias y visitantes con acciones vandálicas que preocupan como arrojar algo parecido al puré de tomate o al petróleo sobre cuadros de valor invaluable. No se sabe si se debió a una tregua silenciosa o al furor por el Mundial de Qatar, pero desde hace poco más de un mes, cuando empezó el campeonato de fútbol, los ataques pararon.
Este fue un año récord para las subastadoras de arte, que dieron a conocer sus balances: Christie’s anunció un año récord con 8.400 millones de dólares en ventas, al igual que Sotheby’s, que alcanzó su máximo de 8.000 millones de dólares, inéditas en la historia. El gran hito fue la venta de la colección de Paul Allen, uno de los fundadores de Microsoft, o la del icónico rostro de Marilyn Monroe de Andy Warhol, “Shot Sage Blue Marilyn”, que por 195 millones se convirtió en la segunda más cara de la historia, detrás de Leonardo Da Vinci. Este año, también, se vendió la fotografía más cara, “Violon d’Ingres” de Man Ray, por 12.4 millones de dólares y un dibujo de Miguel Ángel que recaudó en París 23,2 millones de euros marcó un récord para los antiguos maestros.
En el año del Mundial de Qatar, el millonario emirato inauguró un paseo de esculturas de grandes artistas a cielo abierto. La imagen del enorme pulgar de oro “Le Peuce”, del artista francés César Baldaccini, apareció en miles de selfies en las redes.
Pero si algo dejó el campeonato de fútbol, además del triunfo argentino y del pegadizo hit “Muchachos”, del grupo La mosca, fueron las frases célebres de nuestro héroe local, Lionel Messi: “¿Qué mirá´bobo? Andá´pa´yá”. La Real Academia todavía no eligió la palabra del año (lo anunciará el jueves 29), pero esta espontánea expresión ya quedó en la historia.
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