Bajo el prisma infantil
Los recuerdos de la abuela de la periodista Sonya Winterberg inspiraron esta obra, enriquecida por testimonios de quienes eran chicos durante la Gran Guerra y la sufrieron en distintos países
La foto de tapa de Los niños en la Primera Guerra Mundial sintetiza con tremenda contundencia el contenido de esta obra inspirada por los recuerdos de la abuela de la periodista Sonya Winterberg: un grupo de chicos amontonados en una de las tantísimas trincheras que tapizaban las tierras de los países enfrentados en la Primera Guerrra Mundial mira con temor hacia el cielo, desde donde podría caer toda la furia desencadenada por la contienda.
Con eficacia, los Winterberg (a Sonya, se suma su marido, historiador) utilizan valiosísimos testimonios escritos por los mismos chicos que vivieron en distintas partes del mundo la conflagración desencadenada un siglo atrás. Algunos de esos textos fueron escritos durante la guerra. Es el caso del asombroso diario de Yves Cognat, nacido en 1908, que fue publicado por el historiador francés Stéphane Audoin-Rouzeau (considerado por los Winterberg uno de los mayores expertos acerca de los niños en la Primera Guerra). Pero la mayoría de los testimonios escritos u orales están datados cuando los entonces pequeños llegaron a la adultez.
Con admirable agilidad narrativa, los autores saltan de nombre en nombre, de un lugar a otro totalmente distante, sin que el lector se vea confundido por esa complejidad textual. Aparecen así distintos actores, sufrientes chicuelos franceses, ingleses, alemanes, rusos, por citar las principales nacionalidades implicadas en Europa. El texto de Cognat (Journal de la Guerre, 1914-1918), publicado por Audoin-Rouzeau en 1997, testimonia las situaciones vividas por Yves en su ciudad natal de Sedan, donde había tenido lugar una de las grandes batallas de la guerra franco-prusiana de 1870 y en 1940 ocurrió otra derrota francesa.
En 1914 no hubo batalla, Yves describe con angustia cómo los "boches" (denominación usual en Francia desde 1870, que significaba "tonto") tomaron Sedan con relativa facilidad el 25 de agosto, que él denomina en su diario como "un martes terrible". Siempre exitista hasta ese momento, describe entusiasta cómo los defensores franceses derribaron a algunos ulanos que recorrían al galope las calles de la ciudad. Ya ocupada Sedan, Yves describe a los germanos como "monstruos, ladrones, asesinos e incendiarios". y cuenta que se vieron obligados a hospedar a un capitán enemigo que se bebió todo el borgoña estacionado por su abuelo en el sótano.
Si bien el diario de Yves es particularmente interesante, los Winterberg muestran en otros pantallazos relatos que no se quedan atrás. Elias Canetti, un chico búlgaro de origen judeoespañol y habla ladina (más tarde recibiría el Premio Nobel de Literatura en 1983) proporcionó una visión desde un ángulo diverso, el del antisemitismo. En otro de sus saltos geográficos, los autores abordan el testimonio de un niño muy peculiar, Alexei, de diez años en 1914, quien era nada menos que el hijo del zar Nicolás II y por lo tanto heredero del trono del Imperio ruso. En un diario personal iniciado en 1916, Alexei se muestra ajeno a la guerra verdadera, mientras jugaba a las batallas con un grupo de amigos.
El libro está enriquecido por un cuadernillo de imágenes seleccionadas a partir de un enorme tesoro de fotografías, caricaturas e ilustraciones de diverso carácter que provenían del nuevo mundo caracterizado por técnicas desarrolladas de reproducción visual.
En los apéndices hay un índice comentado acerca de protagonistas infantiles del oscuro período abierto en 1914, entre los cuales aparecen Simone de Beauvoir, Alfred Hitchcock, Marlene Dietrich y Anaïs Nin. A continuación de una sintética cronología, una aclaración de los autores abunda sobre los problemas derivados de las escasas fuentes originales; allí presentan los tipos de dificultades acerca de la confiabilidad de los datos básicamente secundarios que tuvieron que utilizar. Por ello, manifiestan que lo realizado no es una obra académica sino una narración vívida que está estrictamente basada en las fuentes obtenidas. C
Los niños en la Primera Guerra Mundial
Yury y Sonya Winterberg
Crítica
Trad.: Julia Giser
318 páginas
$279