El espacio estelar es la fuente de inspiración para un grupo de artistas que crea a partir de la fascinación que les despiertan cometas, meteoritos, viajes por la estratósfera y caminatas lunares. Y el Fórum de Arte y Espacio los reúne para pensar temas espaciales, de astronáutica, astronomía, astrobiología y cosmología.
El encuentro parte de una premisa: la semejanza que hay entre el artista y el explorador espacial en la necesidad de descubrir y experimentar nuevos territorios, crear conciencia y expandir la vida y la humanidad más allá de sus límites.
Con la coordinación de Christiana Kazakou –curadora de la Universidad de Plymouth de Reino Unido– y Mariano Sardón, artista tecnológico y director de la sede de Muntref Centro de Arte y Ciencia, en Tecnópolis, y de la Licenciatura en Artes Electrónicas de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (dos instituciones organizadoras del encuentro que se en enmarca en Bienalsur), habrá sesiones abiertas al público el 13 y 14 de agosto en el Centro Cultural de la Ciencia (C3), Godoy Cruz 2270, y luego los disertantes se reunirán en el museo para el cierre del evento, el 15. "Es un foro de artistas interdisciplinarios", dice Sardón.
Para hablar sobre qué pasa cuando abandonamos el suelo terrestre y nos acercamos a la Luna, cómo se investiga la posible existencia de vida extraterrestre, qué motivos nos hacen ir al Espacio, qué concepción tenemos sobre los agujeros negros y la naturaleza del Espacio-Tiempo, qué trascendencia cultural tienen los eventos cósmicos y cómo se combinan la investigación con la Inteligencia Artificial, la creatividad computacional y el arte clásico, se hará esta maratón de charlas de entre 15 y 30 minutos, con artistas, científicos y seres complejos que son las dos cosas a la vez.
Un ejemplo de esto último es la de la artista, buzo profesional y astronauta australiana Sarah Jane Pell, que se entrena para dentro de poco estar a cien kilómetros del planeta Tierra en una de sus misiones espaciales para la International Astronautical Federation. Sus trabajos combinan performance con el hábitat submarino y las tecnologías de buceo. Prueba trajes espaciales y sistemas interactivos, diseña sus propios aparatos tanto como performances poéticas, cortos de ciencia ficción y laboratorios interdisciplinarios. Se entrena en altura o en las profundidades. Defiende un lema: "Todo proyecto espacial necesita un artista. Pero también, todo artista necesita una misión espacial". De eso hablará en el Fórum. "Las agencias espaciales necesitan personas que puedan tener capacidades de expresión alternativa, porque lo que sucede en el espacio son experiencias muy difíciles de narrar", señala Sardón.
Otra visita extranjera es la de Albert Barqué-Duran, investigador y artista, que vive entre Berlín, Londres y Barcelona, y combina tanto en arte como en ciencia la creatividad computacional, datos, música electrónica experimental y métodos clásicos de arte como pintura al óleo y escultura."Voy a presentar el proyecto The Zero Gravity Band, que explora el concepto de arte fuera del planeta Tierra y sus posibles implicaciones culturales. Específicamente, examina cómo cambian la producción musical y de bellas artes, y la percepción estética, cuando no estamos restringidos a las leyes físicas y el marco que la gravedad del planeta Tierra nos impone", adelanta. También participan Xin Liu y Gershom Dublon, artistas e ingenieros del MIT, que integran un estudio de ingeniería creativa y producción de arte en Nueva York, donde estudian temas como la percepción y la microgravedad. En estos días, cursan una residencia en Muntref de un mes, como parte de un programa anual europeo.
En el país también hay artistas fanáticos del cosmos. Las fotos de Erica Bohm parecen tomadas en la NASA, pero no, más bien todo lo contrario. "El proyecto Moonlight se trata de fotografías estenopeicas realizadas a partir de la observación de las estrellas y los cuerpos celestes a través de un telescopio. A partir de estas observaciones surge una serie de fotos realizadas con diferentes cámaras que han sido construidas especialmente para capturar el tránsito de la luna y el movimiento de la Tierra durante el transcurso de la noche", explica. En la sede de Muntref se puede ver esa serie y también El cristal perfecto: "Es un proyecto de investigación a largo plazo (2010-2030) que propone la realización de cristales simulando los procesos geológicos que originaron su formación durante millones de años, a la vez también propone una ficción en donde los cristales obtenidos aparezcan como elementos misteriosos".
Los meteoritos son la obsesión del dúo que integran Guillermo Faivovich y Nicolás Goldberg, que los buscan, documentan y crean obra sobre el tema desde hace 13 años. "Desde niños tenemos una relación estrecha con el cosmos. Enterarnos de una lluvia de meteoritos en el Chaco fue suficiente para poner el imaginario en acción", dice Golberg. A partir de un viaje iniciático en 2006, nació el proyecto Una Guía a Campo del Cielo, una amplia investigación sobre el impacto cultural de aquel fenómeno. En 2007, acuñaron una estampilla. Más tarde, en Frankfurt, lograron reunir las dos masas principales de una pieza que estuvo dividida por casi 45 años: una yacía en el parque del Planetario y la otra estaba en el Smithsonian Museum de Washington. El último capítulo de esta saga estelar es la puesta en valor de un meteorito que por azar integra la colección del Museo Marc de Rosario. El Mataco reposaba en una sala de pintura histórica, al lado de un piano, pero los artistas diseñaron ahora un dispositivo para su exposición y ahora tiene sala propia. "El museo tenía muy poca documentación y la pieza no estaba inventariada", cuentan. En una vitrina rastrearon imágenes su trayectoria... al menos, en su fase terrestre.
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