Arte y artesanías de todo el país conviven en una casa histórica de Palermo Chico
En la antigua residencia de Victoria Ocampo, una muestra agrupa una selección de veinticinco obras de las miles que integran las colecciones del Fondo Nacional de las Artes
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LA NACIONDaniel Gigena
Una frazada multicolor hecha en Tilcara, una silla matera del cordobés Matías Conci, un poncho tejido por un artesano anónimo y vasijas de cerámica negra esgrafiada con motivos de la cultura aguada, de la fallecida maestra artesana catamarqueña María Fernanda Cauterucci, comparten espacio con dos magníficos óleos de la salteña María Martorell, una escultura de hierro de Noemí Gerstein, uno de los últimos “cuadros escritos” de León Ferrari y un acrílico de Ary Brizzi.
¿Dónde? En la Casa Nacional de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes (FNA), ubicada estratégicamente en Rufino de Elizalde 2831, entre el Museo Nacional de Arte Decorativo y el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, y a pasos del Instituto Nacional Sanmartiniano: lo que se dice un circuito cultural único ubicado en Palermo Chico.
Hasta el 21 de este mes, y de jueves a domingo de 14 a 19, se puede visitar la muestra Conexión-Colección que agrupa veinticinco obras de las colecciones de Artes Visuales y Artesanías del FNA. La colección de Artes Visuales de la institución posee 1300 obras en reserva y la de Artesanías, mil; ambas crecieron gracias a premios adquisición, compras del FNA y donaciones, y constituyen un patrimonio cultural tan relevante como poco conocido (dos libros publicados durante la gestión de Mariano Roca al frente del FNA ponen al alcance de los interesados una selección de estos tesoros).
En la Casa de la Cultura se exhiben obras de un amplio arco temporal que va desde 1960, como Atmosphere cromoplastique Nº 10, del platense Luis Tomasello, hasta los años 2000, como el cojinillo de “chilla” de Daniel Ricardo (premio adquisición 2012) y un acrílico sobre tela de 2007 de Pablo Siquier.
La disposición de las obras, al cuidado del área de gestión de colecciones del FNA, habilita “conexiones estéticas” u ópticas, como las que se establecen entre un colorido óleo de Martorell de la década de 1970 y una frazada del jujeño M. Palacios hecha con lana de oveja, y entre un cesto del correntino Gregorio Oviedo, de palma caranday, con una trama pictórica de Kenneth Kemble de 1985.
Hay correspondencias entre el sobrecama de la artesana puntana Paula A. de Guevara y el delicado óleo sobre madera del salteño Mario Vidal Lozano, titulado Luz de Salta, así como también un rumoroso diálogo visual y verbal entre las tintas sobre papel de dos maestros del arte nacional: León Ferrari y Luis Felipe Noé.
En Conexión-Colección se exhiben pinturas y esculturas representativas de tendencias modernas y contemporáneas, como la abstracción geométrica, y cerámicas, tejidos, tapices y piezas de madera realizadas por artesanos de distintas regiones del país.
Además de los mencionados, hay trabajos de Asunción Gallo (tres cristos de palo santo y chaguar), Modesto Aquino, Eduardo Mac Entyre, Bernardo Condorí y Jesús Costilla, del que se expone una de sus obras maestras en cestería. Con toda justicia, Martorell es la artista con mayor presencia en la exposición; además de sus óleos, se puede apreciar un tapiz con diseño suyo realizado por la Escuela de Manualidades de Cafayate a partir de un encargo del FNA.
“Desde 1964, el FNA ha conformado su acervo poniendo el mismo énfasis en el arte argentino marcado por la historia occidental como en el rescate de formas ancestrales legadas por los pueblos originarios -se lee en el texto de sala-. La idea de esta muestra es desandar las ideas políticas y filosóficas que pusieron a una parte del acervo en la contemplación artística y a la otra en el radar de los estudios etnográficos.
Al mismo tiempo, esta relectura dinámica del patrimonio curada y producida por el equipo del FNA refleja el concepto de esta casa pensada bajo las coordenadas modernistas de las vanguardias pero envuelta por la luz y la vegetación del sur latinoamericano”. La visita a la que fue la casa de Victoria Ocampo en Barrio Parque es una recomendable experiencia sensible.
En la entrada, un video acerca imágenes de otras artesanías que no figuran en la exposición: una pantalla de plumas para refrescarse, tallas de San La Muerte, Vírgenes y yaguaretés, y botijas de barro. Trabajaron en Conexión-Colección la coordinadora de gestión de colecciones, Lorena Bravo; la conservadora de artesanías Lucía Pesoa, la restauradora Teresa Gowland y Emilia Díaz, del equipo del área que depende de la Gerencia de Planeamiento del FNA, a cargo de Gerardo Sánchez. A conectarse con las colecciones del FNA.
Por Daniel Gigena
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