Arte Mecenas siglo XXI
Desde su fundación en 1896, el Museo Nacional de Bellas Artes ha enriquecido su patrimonio con la donación de colecciones particulares en el modelo paradigmático de Guerrico y Santamarina. En el cierre de un año de transformaciones estructurales, recibió la colección de fotografías de Rabobank que se exhibe en el pabellón de muestras temporarias
No ocurre todos los días y es una noticia para celebrar. Jorge Correa, número uno de Rabobank en la Argentina, donó al Museo Nacional de Bellas Artes la colección de fotografía que el banco de origen holandés iniciara en 2008 con la curaduría de Facundo de Zuviría y Marjan Groothuis. El corpus de más de 200 trabajos de 48 fotográfos reúne piezas clásicas, exquisitas imágenes vintage y fotografía contemporánea argentina.
Ha sido para el MNBA la confirmación del camino elegido por Sara Facio, quien en tiempos de Jorge Glusberg inició el Departamento de Fotografía y la colección propia, cuando todavía este lenguaje expresivo no gozaba de la legitimación actual, no era "materia coleccionable" ni, menos aún, se llegaba a las escalofriantes sumas que se pagan hoy por las obras de Andreas Gursky, autor de imágenes desmesuradas, considerado el más cotizado del planeta.
"El origen de la colección, el punto de partida, fue una selección de quince autores, con dos fotos de cada uno, de fotografías directas del tipo documental, por oposición a la fotografía conceptual o preparada para la toma", recuerda De Zuviría, fotógrafo, arte y parte en esta exitosa gestión curatorial que ha culminado de la mejor manera al enriquecer el patrimonio nacional. En el comienzo estuvieron los grandes maestros como Makarius, Coppola, Grete Stern, Annemarie Heinrich, Di Sandro, Saderman, Humberto Rivas, Sara Facio, Alicia D'Amico. El registro continuó con Travnik, Oscar Pintor y Marcos Zimmermann, entre muchos otros, para alcanzar la categoría de un conjunto representativo de la fotografía argentina.
El crecimiento natural se dio en las ediciones sucesivas de BA Photo, ámbito ideal para la adquisición de las imágenes destinadas a cubrir el amplio espectro de la producción local, en estéticas diferentes pero atento al común denominador de la identidad nacional. Un buen ejemplo es la imagen de Charly García, florido y en un limbo musical, fotografiado por Kuropatwa, o la escena costumbrista a la manera ya clásica del pop latino, marca registrada por Marcos López.
En 2011 fue posible ver el resultado de esta "pesquisa" con la edición de un libro soberbio que reunía la colección. Antes se había visto colgada en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Es probable que en ese momento haya comenzado a dar vueltas en la cabeza de Jorge Correa, banquero y coleccionista, la posibilidad de un destino público para su colección privada.
Fueron cálidas las palabras del director Guillermo Alonso al inaugurar la muestra de la Colección Rabobank en el pabellón de exposiciones temporarias, enriquecida por joyas de la selección del museo que lleva la firma de Sara Facio. Recordó Alonso que la institución fundada por Eduardo Schiaffino en 1896 nació bajo el signo filantrópico de coleccionistas de la talla de Guerrico, primero, y Santamarina después, figuras señeras por la calidad de sus acervos y, además, por la generosidad, condición clave para la formación de una pinacoteca excepcional.
Sumar una colección de fotografía es también la oportunidad de potenciar un área de la creación en la que descollan muchos artistas contemporáneos argentinos. No fue casual entonces que la noche de la inauguración, de los discursos y los agradecimientos, fuera propicia para descorrer el telón del Espacio Living de arte contemporáneo con vista a la imponente fachada neoclásica de la Facultad de Derecho y a los jacarandás en flor. La primera muestra fue curada por Santiago Bengolea con dos potentes trabajos de Mariano Ferrante y Daniel Joglar. Sala de lectura, ámbito ideal para la pausa del coffee break en la visita de las colecciones, el espacio contemporáneo, puesto a punto con apoyo de American Express y la Asociación de Amigos del museo, da la bienvenida al arte y al público jóvenes. Será una ventana a lo nuevo, luminosa como la inmensa pared vidriada que deja entrar el sol. Otra atmósfera.
Continuador en la Argentina de la tradición holandesa de coleccionismo privado, Jorge Correa recordó que la institución hizo de la compra de obras de arte para cada sucursal una de sus inversiones más preciadas y certeras. En este caso, la estimación de las obras donadas al Bellas Artes ronda el medio millón de dólares, pero resulta obvio, según confió Facundo de Zuviría a adn cultura, que muchas de las piezas seleccionadas ya no están disponibles en el mercado.
En tren de comparaciones, el caso testigo es el de los jubilados de la British Rail, que en los años ochenta compraron pintura del siglo XIX, antes de que la explosión del súper mercado y la fuerte presión de los compradores japoneses llevara los precios a las nubes. Compraron bien y vendieron mejor, dejando en las arcas de la British pingües ganancias. El asunto no es comprar, sino saber hacerlo.
Desde la donación de María Luisa Bemberg, cuando era secretario Pacho O'Donnell y director del museo, Jorge Glusberg, el Bellas Artes no recibía un conjunto que permitiera hablar de una "colección". María Luisa Bemberg fue doblemente generosa, porque además de sus pinturas rioplatenses de Barradas, Figari, Torres García y Pettoruti, que ocupan una sala con su nombre en el primer piso, había donado años antes al MNBA un lindísimo cuadro de Sisley de valor millonario, sin recibir entonces ni acuso de recibo, ni las gracias. Fue necesaria una gestión de Teresa de Anchorena con el presidente Alfonsín para que se extendiera el recibo correspondiente a la donación. ¡Cosas veredes! Mientras tanto en Francia, Josefina Bemberg, hermana de la desaparecida cineasta, donaba un cuadro al Louvre y su gesto era agradecido (de inmediato) con la Legión de Honor y celebrado en la portada de Le Figaro.
Rabobank es parte del grupo bancario fundado como una cooperativa rural hace más de un siglo, por agricultores que aspiraban a que sus comunidades tuvieran acceso al crédito, frente a los riesgos propios de la agricultura. Es el principal coleccionista privado de arte en Holanda. Uno de los 25 bancos más importantes del mundo con calificación triple A. Auspicia los museos Van Gogh y Stedelijk, de Ámsterdam.
La colección se detiene en momentos liminares de la producción del siglo XX y coloca en la mira a varios de los fotógrafos que marcaron tendencia entre el coleccionismo activo como son Esteban Pastorino, Santiago Porter o Gabriel Valansi. Dicho por los curadores, el primer objetivo fue "estimular el trabajo de los credores y promover la rica y diversa identidad de la Argentina". Para probarlo están las imágenes de Comesaña, Hans Mann, Lucio Boschi, Martín Weber, RES, Goldenstein, Pablo Cabado y el mágico río de Roland Paiva.
Colección fotográfica del MNBA y Colección Rabobank en el Museo Nacional de ?Bellas Artes (Avenida del Libertador 1473), hasta el 10 de octubre
Adn Jorge Correa
A los 45 años, casado y con cinco hijos, el ingeniero graduado en el ITBA, con un MBA y larga experiencia en la banca, se dio el gusto de enriquecer el patrimonio nacional con más de 200 fotografías de 48 artistas que permiten descubrir un panorama de dos siglos de la disciplina en la Argentina. Antes de representar a Rabobank en el país, Uruguay y Paraguay, trabajó en Siderca, hoy Tenaris. Cree en el arte como herramienta de cambio social
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