Marca registrada
Mario Testino en Malba. Por primera vez se exhiben en la Argentina más de cien fotografías del célebre peruano que logró seducir a la farándula mundial. En el camino recorrido desde Vogue hasta la National Portrait Gallery de Londres, sus imágenes ganaron “calidad museo” al reflejar el espíritu contemporáneo con identidad propia, sin olvidar la tradición
Malba abrió el año con un plato fuerte. La exposición Mario Testino: In Your Face, compuesta por 122 fotografías del célebre peruano seleccionadas por él mismo que compendian su producción en revistas de moda y publicidad, y algunas personales. En una puesta en escena que deja sin aliento al espectador, lo que se ve es radiante, bello, perturbador. Y, sobre todo, sensual.
El montaje, también ideado con astucia por el fotógrafo, evoca las salas en galería de los museos tradicionales como el Metropolitano de Nueva York, y se aleja del cubo blanco: las paredes de color azul, las molduras y las salas austeras, elegantes y concebidas para albergar lo mejor del arte.
"Ser fotógrafo es ser seductor", explica Testino, que saca cinco fotos por día y describe su producción con un adjetivo: "Increíble".
En este caso nos envuelve con imágenes propias de un mundo del cual todos queremos ser parte. La muestra nació para el Museo de Bellas Artes de Boston, donde le propusieron mostrar algo impactante. Testino decidió compartir con el público lo que a él le gusta. Paradójicamente, la exhibición se recorre como una muestra de pintura: una tras otra, las fotografías de gran formato de publicidades o de campañas alternan con algunas más íntimas en blanco y negro, que hacen de contrapunto por el tamaño y la espontaneidad.
Lo contemporáneo es parte ineludible de su producción. La necesidad de ser visto, lo inmediato, la fama, el glamour, el consumo, la moda -categorías ya exploradas por Warhol- y, a la vez, la cita permanente de épocas pasadas. Contemporáneo es también el hecho de que estas imágenes concebidas para medios masivos de comunicación terminen en un museo y revisen los géneros clásicos del arte.
De las páginas brillantes de Vogue, sus retratos han llegado a la National Portrait Gallery de Londres, como una prueba más de que reflejan su tiempo. Lo singular, lo que los hace únicos, es que expresan un vínculo. De sus retratados, Testino saca lo mejor y lo ilumina.
Podemos reconocer sus influencias, desde los fotógrafos venerados como Richard Avedon y Helmut Newton hasta los grandes pintores. El retrato de Madonna vestida de negro con sombrero de pluma mirando a la cámara es un Gainsborough del siglo XVIII, así como Reese Witherspoon con vestido de noche es un Horst de la década de 1940. Sin embargo, Testino ha logrado crear su propia marca.
"Lo más difícil es encontrar quién eres -explica-. La imagen sólo es válida si encuentras algo propio. Lleva su tiempo encontrar qué quieres de la gente y luego hacer la foto."
El perfecto ejemplo lo dio cuando hizo en 1997 los retratos de la princesa Diana, que no están incluidos en esta muestra. Testino fotografió a Lady Di como un amigo y logró darle a su figura un aire familiar y desestructurado que antes no tenía. Esas fotografías recorrieron el mundo y lo hicieron célebre.
Su modelo fetiche ha sido Kate Moss, a la que ha dedicado un libro y que funciona como un hilo conductor en la muestra. Una Kate jovencísima en la primera sala preludia una relación duradera con el fotógrafo, como musa inspiradora y camaleónica.
Tras su lente, las celebrities adquieren una "impronta Testino". Jennifer López tiene peso dramático vestida de boxeadora o con tapado de piel; Natalia Vodiánova podría ser una modelo del París de los años 20; Brad Pitt, un joven aristócrata inglés.
Los retratos están intercalados con fotografías de grupos, en las cuales Testino también compone y escenifica. Aquí prima el movimiento y el juego de opuestos; la atracción reside en las contradicciones. En los desnudos hay sensualidad pero no confrontación.
En la cuarta sala hay algunas fotos un poco más oscuras: una modelo con una tijera a punto de cortar un pez dentro de una pecera, otra que simula un rostro golpeado. A Testino, todo lo inspira. Colecciona momentos, memorias y experiencias que luego salen a la superficie.
Las fotos en blanco y negro se relacionan con su vida cotidiana y la gente que él conoce, la misma a la que fotografía para campañas. Son momentos captados en fiestas, reuniones o eventos: Gwyneth Paltrow, Anna Wintour, Mick Jagger y Ron Wood. Hay dos instancias en las que Testino muestra su vida; ambas son públicas.
Al final del recorrido, es natural preguntarse: ¿quién es Mario Testino? Un talentoso fotógrafo, sin duda, pero también un seductor irremediable, un manipulador de espectadores y un conocedor de que la audiencia contemporánea quiere ver brillar a sus ídolos y no sentirse defraudada. ¿Es la moda un enemigo del arte? No para Testino, que además de abrazarla la considera una manera de comunicarnos, una parte insustituible del retrato de todos los tiempos.
Ficha. Mario Testino: In Your Face en Malba (Avenida Figueroa Alcorta 3415), hasta el ?16 de junio. Visitas guiadas: miércoles, viernes ?y domingos a las 17.