Arte: Le Parc ilumina Río
El maestro mendocino radicado en París reedita el éxito de meses atrás en el Palais de Tokyo con la muestra Le Parc Lumière que integran 32 instalaciones cinéticas, lumínicas e interactivas presentadas en Suiza, Colombia y México
A pocos metros de la playa carioca de Botafogo, custodiada por morros y palmeras imperiales, la imponente Casa Daros esconde un misterio. Decenas de invitados de varios países ingresarán hoy en este antiguo orfanato del siglo XIX, restaurado por completo gracias a una inversión millonaria, con una única consigna: perderse en la oscuridad.
Hasta que encuentren la salida del laberinto, guiados por los juegos de luces que emiten las obras de Julio Le Parc, deberán avanzar a tientas por inmensas salas de techos altos, detenerse, explorar distintos puntos de vista, reorientarse, buscar un camino propio. Jugar con una realidad en constante cambio, tan inestable como la que espera en las calles de esta ciudad, donde los ecos de las violentas protestas de junio conviven con los souvenirs del Mundial de Fútbol del año próximo.
"Lo importante es que sea una experiencia alegre", señaló a adncultura Le Parc, recién llegado a Río de Janeiro para inaugurar Le Parc Lumière –una gran muestra de 32 instalaciones cinéticas y lumínicas ya presentada en Suiza, Colombia y México– nada menos que en la sede continental de Daros Latinamerica, la colección de arte contemporáneo latinoamericano más importante de Europa.
Este argentino residente en París, homenajeado el año pasado en arteBA, acaba de inaugurar otras dos exposiciones en las galerías paulistas Carbono y Nara Roesler. Su desembarco en Brasil, país que lidera el mercado de arte latinoamericano, llega poco después de que una exposición monográfica sobre su obra, montada por el Palais de Tokyo en París, convocara a 170.000 visitantes en menos de tres meses. Y en la apretada agenda que maneja con entusiasmo su hijo Yamil está comprometida la presencia en Frieze Masters, la FIAC, ARCO y el Pompidou-Metz.
No es poco para un hombre con 85 años recién cumplidos. Pero este pionero del arte cinético y lumínico mantiene intactas la energía y la lucidez que lo llevaron a impulsar el Grupo de Investigación de Artes Visuales (GRAV), en 1960, y le valieron el Gran Premio de Pintura de la Bienal de Venecia en 1966. Más de cinco décadas dedicadas a acortar las distancias entre la obra y el público.
Medio siglo antes de que las redes sociales cambiaran la forma de pensar el mundo, Le Parc defendía el valor del diálogo: creía que la opinión de alguien que no tuviera conocimientos sobre arte era tan importante como la del crítico, el galerista, el curador, el coleccionista, el director de un museo… y el propio artista.
Sus propuestas interactivas, reelaboradas por las generaciones siguientes, no necesitaron apelar al impacto de sofisticados recursos tecnológicos. Basta presionar un botón para activar un ventilador y desatar una liberadora tormenta de tiras de papel, o provocar el movimiento de unos círculos con efecto hipnótico. Los materiales –resortes, espejos, planchas metálicas– y mecanismos hechos a mano son tan simples como su intención: Le Parc busca que la gente se sienta bien al actuar, y que luego aplique esa energía positiva para transformar su vida cotidiana.
"Si un espectador se da cuenta de que es tomado en consideración por las obras expuestas, que le dan algo, quizá pueda decir después: ‘Por qué en otros lugares no recibo esto’ –comentó en una entrevista con el director y curador de Daros, Hans-Michael Herzog–. Y empezar a reflexionar si hay gente que funciona como él, o adherirse a grupos que tratan de analizar la situación general de una sociedad, del comportamiento del gobierno, de los partidos políticos."
Este componente ideológico del trabajo de un hombre que creó los afiches de Mayo del 68 en París, y que se manifestó contra las dictaduras en América Latina, llamó la atención de Herzog. "En los años 60 se oponía a lo que venía de antes; su obra era antiautoritaria –explicó–. La idea era crear arte que fuera para todos y no sólo para una elite."
La mayor parte de las instalaciones que integran esta muestra fueron creadas en esa época. Eran máquinas fuera de uso cuando Herzog llegó al taller de Le Parc con la curadora Käthe Walser, quien supervisó su restauración. Finalmente se exhibieron en Zúrich en 2005 y el resultado fue tan bueno que pasaron a integrar la colección Daros, iniciada en 2000 por Herzog y Ruth Schmidheiny. Luego comenzó su recorrido internacional, hasta aterrizar en Brasil.
La pregunta que queda sin contestar es: ¿llegará a la Argentina? Hace años que Yamil Le Parc trabaja para que la obra de su padre vuelva a protagonizar una exposición importante en Buenos Aires, como la que le dedicó el Museo Nacional de Bellas Artes en 2000. Y mientras Herzog responde con un enigmático "veremos", él se arriesga un poco más: "Podría tener más éxito que la de Yayoi Kusama, quien le escribía a papá como admiradora. No puede ser que un argentino sea homenajeado en Brasil y no en su propio país".
Nacido en Mendoza, Le Parc llegó a los 14 años a Buenos Aires, donde estudió con Lucio Fontana. Una beca que le permitió viajar a Francia en 1958 cambió su destino para siempre. Hoy es uno de los 18 artistas argentinos de los 119 que conforman la colección Daros, que reúne más de 1100 obras. Un variado panorama que contribuyó a mostrar la otra cara del arte de la región.
"Decidimos instalar la sede americana en Río porque no había ninguna institución de arte contemporáneo importante en esta ciudad", dijo Herzog a adncultura, en referencia a la escena carioca de la década pasada, cuando compraron este edificio neoclásico construido en 1866. Siete años y más de 60 millones de reales después, la Casa Daros comparte protagonismo con ArtRio, feria que va hacia su cuarta edición, y con el Museo de Arte de Río (Mar), inaugurado en marzo pasado.
Ese mismo mes abrió Casa Daros con Cantos cuentos colombianos, muestra visitada por 55.000 personas. Hasta febrero alojará Le Parc Lumière, que cederá la posta a otro argentino: Fabián Marcaccio. "La nacionalidad es pura coincidencia –aclara Herzog–. Lo que importa la obra."
Adn le parc
Mendoza, 1928
Uno de los artistas argentinos más reconocidos a nivel internacional. Sus obras de arte cinético se centran en la luz, el movimiento y la participación del público. Desde 1958 vive en París, donde fundó en 1960 el Grupo de Investigación de Arte Visual (GRAV). En 1966 obtuvo el Gran Premio Internacional de Pintura en la Bienal de Venecia.
Adn herzog
Ulm, Alemania, 1956
Director artístico y curador de Daros Latinamerica, una de las colecciones más prestigiosas dedicadas al arte contemporáneo de América Latina. Iniciada en el año 2000 junto con Ruth Schmidheiny, cuenta con más de 1100 obras de 119 artistas; 18 de los cuales son argentinos. A su sede central de Zúrich sumó este año la Casa Daros, en Río de Janeiro.
- Ficha Le Parc Lumière - Obras cinéticas de Julio Le Parc en Casa Daros (Río de Janeiro, Brasil, www.casadaros.net ), desde mañana hasta el 23 de febrero.
En la Web:
http://www.youtube.com/watch?v=PMkOAskgmLM
http://www.youtube.com/watch?v=bLUllsuGE8k
http://www.arteba.org/2012/?p=4779