Arte: echar luz sobre el olvido
En su primera muestra individual en la Argentina, el célebre artista chileno invita a meditar sobre la sombra que un pasado atroz puede proyectar en el presente
Si bien la primera muestra individual de Alfredo Jaar en la Argentina toma prestado su nombre de la serie Estudios sobre la felicidad que el artista chileno realizó en su país poco antes de instalarse en Nueva York, en 1982, las obras elegidas por él y la curadora Florencia Battiti exceden ese proyecto y transforman la exposición en una antológica de su obra previa y posterior. Para el Parque de la Memoria, donde se encuentra el Monumento a las víctimas del terrorismo de Estado, Jaar ha ideado además una obra creada específicamente para las instalaciones de una de las salas, un site-specific donde, en un espacio a oscuras, se transmite en vivo la imagen de un sitio real ubicado en el parque. Ese rincón donde convergen tres planos grisáceos, sensible a los cambios de la luz durante el día, al mismo tiempo que evoca las situaciones de cautiverio durante la última dictadura cívico-militar crea un refugio meditativo sobre la sombra que un pasado atroz puede proyectar en el presente. Punto ciego, curado por Andrea Giunta, se articula con otros proyectos de Jaar, como el que hizo para Documenta en 2002, denominado El lamento de las imágenes, o el que creó para el Museo de la Memoria en Santiago de Chile en 2010. En todos ellos, el denominador común de la luz en el espacio –tenue o cegadora– devolvía a las imágenes de cuerpos, rostros e incluso textos un sentido que había permanecido oculto o secreto. Sutil "cámara de la memoria" (la expresión pertenece a José Emilio Burucúa y Nicolás Kwiatkowski), Punto ciego posibilita múltiples lecturas sobre la ceguera social, la tortura y los ritos funerarios, que fueron negados a las familias de los desaparecidos en Chile y la Argentina.
Pero son las obras de las demás salas –fotografías intervenidas, filmaciones, registros de performances e intervenciones, backlights y vitrinas, que abarcan un generoso arco temporal que va de 1973 a la actualidad– las que evidencian la coherencia de una forma de representación crítica del poder y del uso de las imágenes que todo poder ejerce. La serie Estudios sobre la felicidad, que implicó un trabajo de campo con encuestas, filmaciones, sesiones fotográficas y elección de locaciones para la instalación de carteles con la pregunta "¿Es usted feliz?", fue realizada por Jaar en plena dictadura pinochetista, entre 1979 y 1981. Inspirado en la obra conceptual de alcances políticos de David Lamelas, el artista chileno entrevistó a sus compatriotas, les pidió que votaran y los enfrentó con el espejo del individualismo: "¿Es fácil ser feliz?, ¿Depende solamente de usted?, ¿De qué depende?" En tiempos oscuros, Jaar compone fichas de seres felices e infelices, disloca el uso del cartel callejero y sale al encuentro de sus conciudadanos.
Otras tres series significativas de Jaar en el Parque de la Memoria, que tuvieron una repercusión pública internacional, es Buscando a K, de 1983, el backlight de Nada demasiado importante, de 2008, y El proyecto Kissinger, de 2012. En una vitrina aparecen páginas de un libro oficial con fotografías que registran los viajes y encuentros del entonces secretario presidencial de Nixon, rodeado de figuras públicas como Indira Gandhi o Nelson Rockefeller. Jaar marca apenas con un círculo rojo la cara de Kissinger, a la manera de un detective en busca de evidencia (y las evidencias sobran). Una foto en primer plano que cierra el recorrido del ex secretario de Estado de Estados Unidos (quien, irónicamente, en 1973 recibió el Premio Nobel de la Paz), muestra el apretón de manos entre Kissinger y Augusto Pinochet. Jaar también publicó en diarios alemanes un aviso escrito en distintos idiomas, letras blancas sobre fondo negro con la leyenda: "Arresten a Kissinger". Y en una obra que parece cumplir los deseos del artista (Yo tengo un sueño, frase del célebre pacifista asesinado Martin Luther King), un Kissinger con una roca atada a las piernas se hunde en una pecera.
Formado como arquitecto, Jaar elabora sus obras siempre en función del contexto histórico del entorno que quiere afectar. Ya en Nueva York, en 1987, diseñó Un logo para América, anuncio publicitario que se emitió en el cruce de Times Square para denunciar el "desliz nominal" de aquellos estadounidenses que confunden el nombre de un continente entero con el de su país. "Ésta no es la bandera americana", concluía el aviso con la imagen de la bandera de Estados Unidos. Estudios sobre la felicidad reúne obras impresas sobre cartón, como el famoso calendario 11 de septiembre, 1973, de 1974, que a partir del día del golpe militar queda anclado en la misma fecha: 11. Una obra similar hecha con números impresos sobre fondo negro indica la fecha y la hora del bombardeo a la Casa de la Moneda. Y un tríptico de 1988, elegido especialmente por Jaar para el Parque de la Memoria, titulado El poder de las palabras, rinde homenaje a Rodolfo Walsh de un modo tan inquietante como preciso: a la izquierda figura la fecha en que Walsh escribió su célebre "Carta abierta a la Junta Militar", el 24 de marzo de 1977; en el centro, un fragmento de esa carta, y a la derecha, un día después, la fecha del asesinato de Walsh en una esquina porteña a manos de un grupo de tareas.
Alfredo Jaar
Santiago de Chile, 1956
Artista, arquitecto y cineasta radicado en Nueva York desde 1982, participó varias veces en la Bienal de Venecia, en la de San Pablo y en la Documenta de Kassel. Montó muestras individuales en el Nuevo Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York, en la galería Whitechapel, en Londres; en el Museo de Arte Contemporáneo de Roma y en el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago. Su obra integra colecciones prestigiosas, como la del Museo Reina Sofía, el Centro Pompidou y la Tate. La experiencia del golpe de Estado en Chile, cuando él tenía diecisiete años, y la violencia política ejercida desde el Estado signaron su obra para siempre.
Ficha
Estudios sobre la felicidad y Punto ciego en Parque de la Memoria (Av. Costanera Norte Rafael Obligado 6745), hasta el 1 de marzo. Entrada libre y gratuita.
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