Arte al aire libre: museos a cielo abierto, una tendencia que crece para planear una escapada
A la gran inauguración de Malba Puertos, el mes pasado, se sumó el fin de semana Museo Campo, en Cañuelas; hay más parques escultóricos cerca de la ciudad, como la isla El Descanso, y en el mar de Pinamar y Punta del Este
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Sin paredes ni techo. Museos en entornos naturales para sumergirse en el arte, pero también en vegetaciones frondosas y aire puro, para pasar un día entero lejos de la ciudad (y no tanto): esa es la tendencia que crece con las recientes inauguraciones de espacios en entornos campestres, en las afueras de Buenos Aires, en una isla o en la playa.
Hace unos días abrió por primera vez al público en general el Museo Campo en Cañuelas. Malba Puertos había llegado esta primavera en Escobar, y comparten un mismo concepto: reserva de una gran colección, espacio para muestras permanentes y temporales, gastronomía, tienda y un gran parque escultórico para recorrer disfrutando del paisaje. No son los primeros en su tipo. Con variantes, existen ya la Isla El Descanso y el Parque Escultórico de Pinamar (PEP). En la región, hay más hectáreas verdes pobladas de sorprendentes creaciones, como el Museo MACA que el reconocido escultor Pablo Atchugarry tiene desde hace dos veranos en Punta del Este y el Instituto Inhotim en Minas Gerais, Brasil, donde se despliegan alrededor de 1800 obras de más de 280 artistas de todo el mundo. Palabras mayores.
Se trata de museos que ofrecen un plan de jornada completa, para ver arte con gorra, protector solar y repelente. El desarrollo inmobiliario puede ser la razón de ser, pero enseguida la propuesta cultural la excede. Bares, restaurantes y eventos privados ayudan más allá del valor de la entrada a que sean económicamente sostenibles.
Museo Campo abrirá al público una vez al mes. En un predio de 35 hectáreas, mapa en mano, la visita toma un sendero que lleva a veinte obras monumentales: un tronco con colores de Luis Felipe Noé suspendido raíces arriba; una lluvia de cadenas que agita el viento, de León Ferrari; la casita de ladrillos de Gabriel Chaile, a la que se puede ingresar; la sirena de barro de Adriana Bustos; un trampantojo de colores y espejos de Carola Zech; la mariposa gigante de Andrés Paredes; una atalaya de maderitas donde trepar, de José Luis Landet; una portal a otro universo (o eso parece), de Rafael Parratoro, entre otros.
Hay cinco salas de exposiciones, donde se exhiben los tesoros de la colección de la Fundación Tres Pinos: Marta Minujín, Pablo Suárez, Marcia Schvartz y Fabián Burgos. Es posible recorrer la reserva con 1200 obras de arte contemporáneo argentino y 15.000 piezas de ilustración gráfica (una exposición de joyitas de este último lote, que antes guardaba el Museo del Humor, incluye a la legendaria Maquinola de García Ferré en acción). Recién sumada al acervo está la obra de Juan Stoppani (1935-2022) y Jean Yves Legavre. Se despliega en una sala con una antológica de pinturas y esculturas de que incluye realidad aumentada.
También comprende un espacio de residencias, que ahora ocupan los artistas agrupados en Maturín, talleres compartidos de La Paternal (Mariano Giraud, Adrián Unger, Donjo León y Valeria Vilar). En la sala contigua al lugar de trabajo hay una exposición de trabajos en proceso. Además, se puede agendar un recorrido guiado y reservar mesa para la experiencia en MEATology. Las próximas jornadas de día de Campo serán el 17 de noviembre y el 8 de diciembre, y hay que sacar entrada en la página web www.museocampo.org.
El servicio al público es importante para atraer visitantes a unos cuantos kilómetros de distancia. Dentro de las opciones de menú está la posibilidad de pedir una canasta y hacer picnic entre los pavos reales que pasean por el follaje. “Un día por semana será para el turismo internacional. Y dos días, los destinaremos a educación. Estamos trabajando en un proyecto modelo donde por cada colegio privado que venga, invitaremos a uno público a pasar un día juntos. Entonces el museo es como un lugar que unen esos dos mundos que están cada vez más separados”, cuenta Rodrigo Cadenas, Presidente Fundación Tres Pinos, director en Museo Marco de La Boca y ahora también de Museo Campo.
Se abren puertas y puertos
Malba Puertos, en Escobar, también comenzó por la necesidad de darle una reserva a la colección, y terminó con un parque que tiene más de veinte esculturas e instalaciones, salas de exposiciones, tienda, cafetería y la posibilidad de meterse en el depósito, que ya no es un lugar lúgubre y polvoriento, sino un gran atractivo en estos museos recién nacidos. También tiene un enfoque puesto en la experiencia total del visitante: reposeras para disfrutar el día de playa y una reserva natural donde internarse, sentarse a tomar mate o dibujar. Todos los días hay actividades especiales, talleres para chicos y grandes orientados a experimentar las mismas técnicas de los artistas en exposición, sin cargo, con materiales incluidos: teñir hilos (como Claudia Alarcón), amasar barro (como Gabriel Chaile) o crear con plastilina (como los Mondongo). Hay cursillos para escribir sobre el paisaje, que se puede recorrer a pie, en bicicleta (propia o del museo) o en auto.
Otro parque escultórico es el de la isla El Descanso: se llega tras veinte minutos de lancha por el Río Sarmiento. En un jardín frondoso, surcado por arroyos, puentes y canales, se aprecian las obras de Julio Le Parc, Pablo Reinoso, Bastón Díaz, Carlos Gallardo, Marie Orensanz, Vivianne Duchini, Pablo Curatella Manes y José Fioravanti. No es un museo, con colección y salas de exposiciones, pero sí un destino de arte y verde. “El Descanso le rinde culto al arte, a la naturaleza, al paisajismo y valores espirituales como el amor, el agradecimiento, la amistad, la abundancia y la prosperidad, la salud, la buena esperanza. Hay obras de arte hechas por artistas plásticos y obras hechas por el artista máximo: Dios”, dice a LA NACION Claudio Stamato, uno de sus creadores. Se puede reservar lugar para una caminata de tres horas, visitar el vivero, comer en el restaurante un menú de tres pasos que prepara el chef Alessandro Serrentino, o todo eso junto en un programa de día completo. Periódicamente, se anuncia el Festival XReal, donde se suman efectos lumínicos para disfrutar las obras de noche.
Mucho antes que estos proyectos, en 2007, comenzó a germinar el Parque de Esculturas de Pinamar, justamente cuando Pinamar SA, la empresa fundadora y desarrolladora de la localidad balnearia, convocó al escultor Pájaro Gómez para crear una obra urbana. El resultado fue Dibujando espacios, situada en la rotonda de Bunge y el Mar. En 2013, el invitado fue Bastón Díaz que emplazó La permanencia de un sueño. Y así fue creciendo esta suerte de museo al aire libre que cuenta con 62 ejemplares en diversos puntos de la ciudad, para disfrutar en forma libre y gratuita. El seleccionado de firmas incluye a Antonio Pujía, Gyula Kosice, Pablo Larreta, Marta Minujín, Rubén Locaso, Aurelio Macchi, Mariano Pagés, Lucio Fontana, Leo Vinci, Carlos Alonso, Mariana Schapiro, José Fioravanti, Ponciano Cárdenas, Ricardo Carpani y Víctor Magariños D., y muchos más, y se ubican entre el Playas Art Hotel, el Golf de Pinamar, galerías comerciales y escuelas. Desde 2019, además, se organizan picnics bajo las estrellas para apreciar las esculturas iluminadas y con música en vivo. Los últimos invitados a sumarse fueron los artistas Federico Bacher y Camilo Guinot. Y en la edición de arteba 2024 se conoció al ganador del primer Premio PEP, Donjo León: su Albor de árbol será construido y exhibido en el vivero fundacional de Pinamar.
Si hablamos de galerías de arte a cielo abierto imposible no mencionar a la ciudad de Resistencia, en Chaco, Capital Nacional de las Esculturas: por sus calles hay más de 660 piezas distribuidas gracias al aporte de Fundación Urunday, que pronto tendrán su catálogo online e interactivo. La colección se enriquece cada dos años, cuando se realiza allí la Bienal Internacional de Escultura, que deja diez nuevos trabajos con cada edición en el espacio público. No se trata de un museo, sino la vocación por el arte que un grupo de soñadores contagió a toda la ciudad. El último en llegar a este desfile fue, nada menos, que el David, una ambiciosa réplica del hombre de Miguel Ángel.
Para agendar
Malba Puertos. Martes a domingo, de 12 a 19. Lunes cerrado. Alisal 160 Bahía, Puertos. Escobar. La entrada es libre y gratuita.
Museo Campo. Próximas aperturas al público, el 7 de noviembre y 15 de diciembre. En la Ruta 6, km. 95, Cañuelas. Tickets disponibles únicamente online en www.museocampo.org. Entradas para residentes, $ 30.000; menores, $20.000, y jubilados, $20.000.
Isla El Descanso. De miércoles a domingos y feriados, de 12 a 17. El ingreso incluye traslado fluvial ida y vuelta, caminata guiada y snack de bienvenida: $ 40.000. Salidas desde la Estación Fluvial de Tigre, muelle Sturla. Niños de 3 a 5 años, con descuento; menores de 3 años, sin cargo. Reservas, islaeldescanso.com.
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