Art Basel Miami Beach: millones, famosos y más argentinos en el “club de las seis cifras”
La 21ª edición de la feria en Estados Unidos volvió a convocar a figuras como Shakira, Leonardo DiCaprio y Serena Williams; varias galerías de nuestro país lograron concretar buenas ventas
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MIAMI.- “¿Puedo publicar el precio?”, le pregunto a la representante de la galería neoyorquina Acquavella en Art Basel Miami Beach, ya que la mayoría prefiere no hacerlo. Ella levanta un hombro y aprueba en forma despreocupada, como si se tratara de unos pocos dólares. Pero 19 millones es lo que piden por el Estudio para el retrato de John Edwards, de Francis Bacon. Los números con varios ceros abundan en la feria de arte más importante del mundo, que termina mañana su 21ª edición en Estados Unidos.
En este mercado que atrae a los más importantes coleccionistas en sus jets privados, y a celebridades como Shakira, Leonardo DiCaprio y Serena Williams, se destacan argentinos como Julio Le Parc, Guillermo Kuitca y Tomás Saraceno. “Lo amo, es excepcional”, dice sobre este último a LA NACION Mary Rozell, directora global de la UBS Art Collection, mientras abre el libro Reimaginando: nuevas perspectivas, que incluye una obra del tucumano radicado en Berlín. “Es un pionero en la intersección entre arte y ciencia –agrega-, y su trabajo es hermoso”.
Lo mismo opina una asesora de arte brasileña frente a una pieza parecida del mismo autor en la galería Tanya Bonakdar. “Quedaría divino en mi salita”, comenta mientras evalúa una fotografía del living de su casa la impulsora de @2.artlovers. “Lo conozco hace rato –aclara-. Esta es una obra viva, siempre en movimiento; los reflejos sobre la pared cambian según la luz”.
Le Parc y Kuitca se lucen a su vez con atractivas piezas que parten desde los 200.000 dólares en las galerías Continua, Nara Roesler y Sperone Westwater. A este selecto “club de las seis cifras” acaban de sumarse dos dúos de artistas: Chiachio & Giannone, con una pieza monumental que viene de una gira por instituciones europeas comprada por el Minneapolis Institute of Art en Ruth Benzacar, y Mondongo, integrado por Juliana Laffitte y Manuel Mendanha: su obra Lxs Mareadxs, que recrea con plastilina una tormenta vista desde la ventana de un barco, fue vendida en Barro por 150.000 dólares.
“La compró un estadounidense que tiene su propio museo de marinas; se la lleva en su avión privado”, señala entusiasmado el galerista Nahuel Ortiz Vidal. Entre otras obras de varios artistas, también vendió por 15000 dólares una camiseta XXXL del Inter Miami tejida por Lucrecia Lionti a la reconocida coleccionista Estrellita Brodsky.
Fueron varias las mujeres comprometidas con el arte latinoamericano que volvieron a decir “presente”: la venezolana Patricia Phelps de Cisneros asistió el jueves a una reunión organizada por Amalia Amoedo en la que participó también Adriano Pedrosa, curador de la próxima edición de la Bienal de Venecia. Inés Katzenstein, curadora de arte latinoamericano del MoMA, hizo lo propio en otra comida en el Faena Hotel convocada por Ximena Caminos, impulsora del proyecto The Reefline. Y la cubana Ella Cisneros integró el jurado que premió en Pinta Miami el stand compartido por las galerías Bloc Art (Perú) y Crudo (Rosario), donde compró una obra textil con tintes eróticos de Nicole Mazza.
También hubo premio para la galería argentina Pasto: con un solo show de Santiago Licata, su stand fue reconocido como el mejor de la sección joven de Untitled, donde participan además Herlitzka & Co, Pasto, Constitución y Vigil Gonzalez. En la feria NADA, que termina hoy, Calvaresi ya vendió casi todas las obras de Luis Ouvrard y Sebastián Mercado.
En Art Basel, todas las argentinas celebraron. Ruth Benzacar vendió obras de varios artistas, aunque Chiachio & Giannone se llevaron la mayor parte de las miradas: además de la que se fue al MIA, otra partió hacia 21c Museum Hotels. Otras dos instituciones evaluaban comprar la instalación compuesta por medio centenar de fotografías intervenidas por Marcelo Brodsky, representado en la sección Meridians de la misma feria por Rolf Art, que además vendió “medio stand” de Liliana Maresca al argentino Jorge Pérez. Isla Flotante ya vendió cerca de una decena de las pinturas de Tobías Dirty, y Jorge Mara-La Ruche varias de Sarah Grilo, artista a la que Lelong en febrero en Nueva York una muestra curada por Karen Grimson.
Entre las paradas imperdibles de la feria se cuenta el sector especial que dedica esta última galería a los dibujos de Roberto Aizenberg, algunos de los cuales también fueron vendidos, y el consagrado a Leonor Fini –pintora surrealista nacida en la Argentina- en el stand compartido por Minsky (París) y Weinstein (San Francisco). También el boceto que Salvador Dalí realizó para una película de Walt Disney que nunca llegó a realizarse, en la española Mayoral, y las fotografías Man Ray, László Moholy Nagy, André Kertész, Diane Arbus y Alfred Stieglitz, entre otros grandes maestros, en Edwynn Houk.
“El arte salió muy fortalecido de la pandemia –dijo a LA NACION Vincenzo de Bellis, director de ferias y plataformas de exhibición de Art Basel-. Los artistas son más sensibles que el resto de la gente, y los desafíos actuales del mundo generan un arte muy interesante”.
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