Arabia Saudita, nueva sede de Bienalsur
No fue suficiente con las muestras de 400 creadores, distribuidas en 43 ciudades de 23 países. Faltaba Medio Oriente para que Bienalsur fuera más global todavía, y entonces, el 5 de noviembre, en su tramo final, desembarcará en Arabia Saudita la exposición "Recuperando historias, recuperando fantasías". El mundo es un pañuelo y no hay distancias que el arte no pueda salvar.
El costo del envío fue absorbido por el país anfitrión, que recibirá en la ciudad de Riad obras de 18 artistas de diferentes países en su Museo Nacional –un edificio de arquitectura modernista– y en las calles del elegante Barrio Diplomático. Entre los artistas están los argentinos Graciela Sacco, Mariana Tellería y Eduardo Basualdo; los saudíes Sara Abu Abdallah, Fatima Al-Banawi, Faisal Samra y Ayman Zedani, los brasileños Regina Silveira y José Bechara, el francés Laurent Grasso, los uruguayos Paola Monzillo y Marco Maggi, la mexicana Betsabeé Romero, y el japonés Makoto Azuma.
La exhibición emulará un laberinto en mil metros cuadrados. Con amplia mayoría femenina, está al cuidado de Diana Wechsler, directora artístico-académica de la bienal, y ofrece "...la oportunidad de recuperar la dimensión imaginaria y con ella converger con otras formas de pensar". De Basualdo estará la instalación que se vio en el Centro Cultural Recoleta, El silencio de las sirenas, en la que un agua oscura se escurre en medio de la sala. También, las instalaciones florales de Azuma, que pueden verse ahora en el Ecoparque. Tellería, representante en la Bienal de Venecia, envía un vestigio de barco que emerge del piso, que se vio en el museo MAR en el verano 2014.
En el espacio público se verán piezas que hasta estos días estuvieron en parques de la Argentina: las Banderas del Fin del Mundo, realizadas por Christian Boltanski, Voluspa Jarpa y Magdalena Jitrik, que estuvo instalada en Ushuaia y luego en Avenida del Libertador. También, se verán los característicos bancos expandidos de Pablo Reinoso y de la instalación de Betsabeé Romero de caballitos de juguete, que antes estuvo montada a metros del Museo Nacional de Bellas Artes.
"Forma parte del esfuerzo que están haciendo muchos sectores de allá por la modernización de la sociedad", dice Aníbal Jozami, director general de Bienalsur y rector de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref). "Estamos logrando que la bienal sea un instrumento de diálogo y de búsqueda de paz".
En noviembre, será uno de los proyectos que se expondrá en el Foro de París de la Paz. "La universidad es una de las instituciones pioneras en la cuestión del diálogo interreligioso y la diversidad cultural. Hablé de este tema con el Papa Francisco en marzo", dice. En esto de unir distancias, Bienalsur hace pequeño al mundo. Ya hay una sede más para la próxima edición, en 2021: el Vaticano.
Temas
Otras noticias de Arte y Cultura
Más leídas de Cultura
Un honor. Mónica Cahen D’Anvers recibió el diploma de la Academia de Periodismo en un emotivo acto con la voz de Sandra Mihanovich
La Bestia Equilátera. Premio Luis Chitarroni. “Que me contaran un cuento me daba ganas de leer, y leer me daba ganas de escribir”
“La Mujer Gato”. Eduardo Costantini logró otro récord para Leonora Carrington al pagar US$11,38 millones por una escultura
Malba tiene nuevo director. “Que la gente salga de donde esté para visitar Buenos Aires”, dice el brasileño Rodrigo Moura