“Usar Instagram o Facebook es publicitarte de manera exhibicionista”, dice el artista catalán Antoni Muntadas
El reconocido artista catalán, pionero del arte conceptual, visitó Buenos Aires y presentó su nuevo libro en la Fundación Andreani
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“No me interesa estar en Instagram o en Facebook: es puro exhibicionismo”, dice Antoni Muntadas (Barcelona, 1942) a LA NACION luego de un almuerzo organizado para agasajarlo en Proa, a metros de Fundación Andreani, donde presentó Muntadas Con/Textos III (Editado por La Virreina Centre de la Imatge). Pionero del arte conceptual, del media art y del uso de Internet (con The File Room, en 1994, sobre la censura), Muntadas no duda: “En el fondo, usar Instagram o Facebook es publicitarte de manera exhibicionista, quien quiera saber sobre mi obra que haga research, hay libros y otro tipo de información”.
Muntadas Con/Textos III, publicado en España y que pronto se podrá conseguir en librerías de nuestro país, es el último volumen de una serie de tres libros que compilan la teoría crítica sobre los proyectos de este artista global, que vive en Nueva York desde los años setenta y que viaja por el mundo para desarrollar sus proyectos. Compilado por Victoria Sacco, reúne textos sobre su obra publicados entre 2007 y 2018 en libros, catálogos de exposiciones, diarios y revistas académicas y no académicas por más de 35 autores de Inglaterra, Italia, Francia, España, Argentina, Japón, Corea, China, EE.UU. y Canadá, entre otros países. Se incluyen textos del antropólogo francés Marc Augé y del filósofo y ensayista español José Luis Pardo, entre otras reconocidas firmas. Hay también entrevistas y anotaciones que él mismo escribió sobre sus proyectos. “Es un libro de consulta, una caja de herramientas o una especie de enciclopedia para abordar la producción de Muntadas: evidencia cómo fue cambiando el andamiaje teórico para analizar su obra”, señala la compiladora.
Desde hace medio siglo, con sus videos, investigaciones multidisciplinares, instalaciones y fotografías, Muntadas indaga en los medios de comunicación (como con The Last Ten Minutes) y en los mecanismos de control y poder. En su obra –que el artista concibe como un artefacto plausible de activarse– es clave la participación del espectador: “Confío en la capacidad del público para involucrarse en la obra”, señala.
Atención: la percepción requiere participación decía el texto (en alusión a ese rol que le asigna al espectador) que estampó en stickers, carteles en la vía pública, vidrieras, periódicos y paredes. Para Modesta Di Paola, profesora del departamento de historia del arte de la Universidad Complutense de Madrid, entender la esencia del mensaje de Muntadas requiere una atención singular: “Sus obras son complejos contenedores de información crítica realizados con distintos medios de comunicación que por tanto subvierten, derrocan y contradicen las normas convencionales de la percepción del objeto artístico”, escribe en el texto que se incluye en el volumen. Y añade: “Son artefactos que toman una distancia crítica de la estética convencional, chocan con la idea de contemplación estática y requieren una percepción dinámica y crítica”.
Este artista que revolucionó el arte con una mirada multidisciplinaria y con fuerte anclaje en el plano social considera que ciertas palabras, por su uso, se degradaron. “Hoy en día cualquiera usa la palabra democracia, tanto la izquierda como la derecha, los regímenes nacionalistas y los independentistas”, señala en la entrevista con LA NACION. Y agrega: “Yo la uso en relación con la imagen como una especie de acupuntura, que percuta la imagen, que la contextualice. Esto lo hice en muchos trabajos: hay palabras que tocan fibras. Pero en general, creo que la imagen tiene que hablar por sí misma, con la responsabilidad, claro, de la audiencia”.
The file room, su icónica instalación sobre la censura en el plano artístico y cultural, incluyó casos a escala mundial: integró un archivo físico (recreaba un ambiente burocrático sombrío) y una base de datos ampliable en el espacio de internet. Y en On Translation, desde perspectivas lingüísticas, sociales y económicas, Muntadas investigó problemáticas de transcripción, codificación, interpretación y transformación de las manifestaciones culturales en el mundo globalizado.
En el texto titulado Una estética de confrontaciones, la historiadora del arte, investigadora y curadora Andrea Giunta destaca que “en 1971 Muntadas cumple con ese giro generacional que también se plasma en el arte argentino: el abandono de la pintura. La decisión se produce con una exposición en la galería Vandrés de Madrid y con una declaración: El cuadro como tal acaba su finalidad. Con esta frase sintetiza su crítica a la contemplación pasiva y a la mercantilización del objeto artístico (…)”. Para la especialista, explorar la obra de Muntadas implica un ejercicio de reflexión profunda y desafiante sobre aspectos ineludibles del mundo contemporáneo.
Por su parte, la investigadora argentina Ana Longoni, quien fue directora de Actividades Públicas del Museo Reina Sofía de Madrid, considera que hay similitudes en el modo en que Walter Benjamin y Muntadas piensan y analizan las ciudades: “Igual que el filósofo judío-alemán en París (y antes en Moscú), el artista catalán no llega a Buenos Aires como un visitante fugaz, un turista coleccionador de instantáneas, sino con ánimo y con método riguroso de investigador”.
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