Annemarie Heinrich: el lado desconocido de la gran fotógrafa
Un centenar de imágenes inéditas se exponen en el Muntref y se prepara para abril un libro inspirado en su legado; además, investigan manuscritos, recortes y manuales de estilo de la reconocida retratista
Al fondo del estudio de la avenida Callao al 1400, donde Annemarie Heinrich trabajó hasta el final de su vida, se conserva un enorme tesoro: más de 16.000 piezas fotográficas tomadas desde la década de 1930 en adelante. Alicia y Ricardo Sanguinetti, hijos también fotógrafos de la gran retratista alemana nacionalizada argentina, firmaron un convenio con la Universidad de Tres de Febrero para que el Instituto de Investigaciones en Arte y Cultura Dr. Norberto Griffa sea el organismo encargado de preservar y digitalizar el valioso archivo legado por su madre. De ese acuerdo surgió un trabajo en colaboración que continuará por varios años. Como resultado de la primera etapa, con alrededor de 1700 fotografías ya catalogadas, el equipo a cargo de Diana Wechsler seleccionó cien imágenes, que se exhiben al público en la muestra Estrategias de la Mirada: Annemarie Heinrich, Inédita. Esas fotos y otras que quedaron fuera de la exhibición se publicarán en un libro, que saldrá en abril, junto con textos teóricos que revelan las facetas menos conocidas de la fotógrafa.
El material reunido en la muestra, que continuará en la sede Caseros 1 del museo de la Untref hasta el 7 de junio (Valentín Gómez 4838, con entrada gratuita), integraba un conjunto de negativos de formato 6 x 6 hallados en su archivo. Allí también aparecieron manuscritos en español y en alemán, carpetas de recortes, manuales de estilo y de técnica armados por la propia Heinrich, registros de viajes, tomas descartadas de sus famosos retratos de artistas y muchísimo trabajo de experimentación en el laboratorio llevados a cabo entre las décadas de 1930 y 1950.
"Este proyecto surgió a partir de mi interés por la obra de Annemarie, en especial por sus trabajos de experimentación con las luces y los reflejos en su serie de autorretratos, donde se advierte que tenía una estrategia de la mirada", explica Wechsler.
Al comenzar a estudiar el archivo personal de la fotógrafa, la investigadora encontró material que ni sus hijos conocían. "Ellos lo habían guardado íntegramente: son más de 16.000 piezas, sólo contando las placas fotográficas y los negativos. Hay mucho más en contactos, cuadernos, carpetas. Es un material muy valioso para la historia de la fotografía en general y de la Argentina en particular, que parece querer explicar por qué fue una gran retratista. Ella hizo un constante trabajo de experimentación en su estudio, que abrió un camino enorme para la disciplina."
Para digitalizar el material, el Instituto de Investigaciones en Arte y Cultura de la Untref consiguió un subsidio de la British Library de Londres, que tiene un programa llamado Archivos en Peligro. El convenio también incluye la posibilidad de que las fotografías circulen por la Web y que integren redes de consulta internacionales como la de la propia biblioteca inglesa y el Museo Reina Sofía, de Madrid. Al mismo tiempo, la Universidad de Tres de Febrero se mantiene en conversaciones con el museo Jeu de Paume, de París, para que aloje la muestra en 2017.
Una mirada sobre el mundo privado
En la sala "La intimidad del taller, la intimidad del archivo" está el material personal que refleja el trabajo de Heinrich en su estudio: carpetas con contactos y anotaciones, fichas técnicas de cada toma, el proceso paso a paso.
Cuenta Wechsler: "Cuando Annemarie ya era bastante mayor, en los años 80, comenzó a hacer una especie de manual de estilo y de técnicas: armaba la secuencia, anotaba la cantidad de tomas y de superposiciones que hacía para lograr la imagen final". Al dorso de algunas de las fotos exhibidas se ve su letra manuscrita con especificaciones. "No hay copia", escribió con lápiz negro al costado de algunas; "Bebé feliz" se lee al lado de un retrato de un chico de pocos meses que sonríe.
"Nos sorprendió muchísimo la cantidad de carpetas que encontramos y cómo las clasificaba: hay carpetas de exposición, donde registraba cómo imaginaba el posible montaje de la muestra. Allí conservaba el afiche, la carta de invitación, recortes. Eso la muestra pensando sus imágenes y atesorando su propio material", agrega la investigadora.
En otros folios armaba manuales de técnicas fotográficas que hoy pueden leerse como una breve historia de la disciplina. Hay artículos de revistas especializadas, cuadernillos de instrucciones que venían con las cámaras, textos que ella escribía a partir de sus experimentaciones. Para mostrar al público joven que ya en los años cuarenta existían equipos portátiles, en la sala se exhibe uno que perteneció a Heinrich con su estuche original de cuero. Allí también guardaba un fotómetro.
"Las carpetas de contactos nos sirvieron para identificar los trabajos. Incluyen experiencias en el taller y mucho de sus viajes por América latina. Ella sacaba fotos como registro de sus viajes y también como un hobby. Hay algunas imágenes que la muestran en las redes de los artistas e intelectuales contemporáneos: Carlos Alonso, Policastro, Berni, Spilimbergo. En 1934 fue la primera en tomar registro del Ejercicio plástico, el mural de Siqueiros. Otras fotos también funcionan como documentos de época: pintadas en las calles del movimiento de resistencia peronista después de la caída de Perón en el 55. Suponemos que los sacó como documento", continúa Wechsler.
En la exhibición no faltan reproducciones de sus primeras publicaciones en la revista Sintonía, de 1936, y de La novela semanal, de 1933, donde se encargaba de las producciones de moda. Finalmente, como guiño al público que conocía su faceta de retratista de artistas, se incluyeron retratos de actores como Norman Briski, Graciela Borges, Palito Ortega, Andrea del Boca y las trillizas de oro en la infancia. Su último trabajo, de 1995, un collage armado a mano con piezas de fotos de distintos momentos de su vida (de su infancia en Alemania a fotos familiares) tiene un lugar destacado al final del recorrido.
La serie completa de autorretratos con su imagen reflejada en una esfera fue una sorpresa de último momento. En noviembre pasado, dos semanas antes de la inauguración de la muestra, aparecieron en el archivo. Sus hijos, que integran el equipo de investigación como consultores permanentes y conocen desde detalles técnicos hasta anécdotas del trabajo de su madre, se sorprendieron tanto como los investigadores. Al ver la variedad de tomas que había probado Heinrich lo primero que dijeron fue: "Ahora entendemos por qué Annemarie pasaba tantas horas encerrada en su estudio".
Una pionera que experimentó en el laboratorio
Annemarie heinrich
(Alemania, 1912-
Buenos Aires, 2005)
Origen
Nacida el 9 de enero de ?1912 en Darmstadt, Heinrich pasó casi toda su vida en la Argentina, adonde llegó a sus 12 años
Retratos pintados
Fotografió grandes figuras del Teatro Colón, estrellas de cine y televisión de los años 30 y 40. Pintados a mano, los retratos ilustraban las tapas de Radiolandia
Referente
Fundó la Carpeta de? los Diez, del Consejo Argentino de Fotografía, y ?fue directiva de la Asociación de Fotógrafos Profesionales
Nuevas técnicas
A lo largo de su carrera realizó una serie de desnudos artísticos y experimentó con técnicas como la sobreexposición y la repetición