Andy Weir, un ingeniero que se convirtió en millonario escritor de Hollywood
Tiene los pies más en la Tierra que nadie: a pesar de que de la noche a la mañana su cuenta bancaria tocó el cielo con una actividad que antes hacía como hobby, sigue siendo extremadamente accesible, generoso y muy poco estrella. Sin embargo, vive en la Luna. O en Marte. O en cualquier otro lugar del espacio adonde su imaginación lo lleve.
Andy Weir es el consagradísimo autor de El marciano, opera prima que empezó regalando porque la subió por entregas cada seis semanas durante tres años a su blog; luego, ante los pedidos de lectores que preferían leerla compilada, la autopublicó a cambio de 0,99 dólares en Amazon porque quiso hacerlo gratis pero la plataforma le fijó ese precio mínimo. No alcanzó: muchos fans le decían que preferían tenerla físicamente y no como ebook, por lo que finalmente firmó un contrato que le permitió venderla en formato libro a partir de 2011 a más de 5 millones de ávidos consumidores de todo el mundo.
Su apasionante relato de aventura, suspenso y humor fue llevado al cine por Ridley Scott, con Matt Damon como un astronauta atrapado, solo y dado por muerto en el Planeta Rojo que, no obstante, se las ingenia para sobrevivir y ser rescatado. “Firmé ambos contratos, libro y película, en la misma semana. Fueron unos días muy emocionantes”, recuerda, cómplice, Weir.
Este particular escritor -fan de Dr Who y nacido hace 45 años en Davis, California- trabaja con un método poco convencional. “Hice toneladas de investigaciones pero los lectores de El marciano fueron invaluables para verificar los hechos. Me ayudaron con la matemática y sobre todo con la química, que es la ciencia que tengo más floja”, admite. Esa tarea colaborativa ejercida desde el blog le permitió pulir hasta la perfección los innumerables detalles técnicos de su libro debut. Pero hay más muestras de su simpleza: es capaz de contar en su página de Facebook que borró por error un mensaje de un chico de 7mo. grado con consultas para un trabajo escolar, e invitarlo a que por favor le vuelva a escribir.
Ahora, Weir acaba de publicar su segundo libro, Artemisa, sobre una chica aventurera, audaz y aguerrida que vive –literalmente- en la Luna. Vendió a Fox los derechos para la película y trabaja en la continuación de la historia.
En esta entrevista con LA NACION, el escritor (quien abandonó su larga y consolidada carrera como programador informático para convertirse, a los 39 años, en autor) revela por qué es el mejor momento de la historia para que cualquiera pueda concretar el sueño de que la escritura se convierta en su modo de vida.
Además de la sorpresa de haber alcanzado el éxito con su opera prima, ¿qué otras emociones le provocó su primer libro?
Me permitió entrar en el mundo de la escritura de ficción y convertirlo en mi profesión. Es un sueño que he tenido durante toda mi vida.
¿Qué le recomendaría a alguien que anhela vivir de escribir?
Escribir. Soñar despierto con el libro que uno va a escribir algún día no es escribir. Es soñar despierto. Hay que resistir el impulso de contarles a los amigos y familiares sobre la historia. Es difícil porque uno quiere compartirla y ellos están (a veces) interesados en conocerla. Pero esto satisface la necesidad de una audiencia, lo que disminuye la motivación para escribir. Hay que seguir una regla: la única forma en que alguien pueda conocer tus historias es leyéndolas.
Por otro lado, este es el mejor momento de la historia para autopublicarse. No hay intermediarios entre el autor y sus lectores. Se puede autopublicar un ebook con los principales distribuidores (Amazon, Barnes and Noble, etc.) sin correr ningún riesgo financiero.
¿Qué cosas no cambiaron en su vida a pesar de haberse convertido en millonario y cuáles lo hicieron para peor?
Muy poco cambió, de verdad. Todavía salgo con los mismos amigos. Me siguen tratando igual. Cobraba bastante bien como ingeniero, así que siempre viví dentro de mis posibilidades. Ahora tengo más dinero, pero no gasto tanto como podría. Tengo una vida cómoda y no veo ninguna razón para gastar más porque de repente puedo.
El mayor cambio para peor es que ya no voy a una oficina todos los días. Durante 25 años, fui programador de computadoras, trabajando en equipos de desarrollo de software. Extraño tener compañeros de trabajo y formar parte de un equipo. Ahora estoy solo en mi oficina en casa todo el día.
Hay quienes lo consideran un Julio Verne moderno, y un Stephen King del espacio por su manejo de la aventura, el humor y el lenguaje coloquial. ¿Qué influencias reconoce, en lo literario y en materia de divulgación científica?
Wow, eso es un gran elogio. Diría que mis principales influencias fueron los escritores de ciencia ficción de los años ´50 y ´60. Su enfoque con respecto a la narración tenía un futuro ambicioso, no las tristes pesadillas distópicas que tantas novelas de ciencia ficción tienen ahora. Y se apegaron a la ciencia real tanto como fue posible. Muchos de esos libros no se sostienen muy bien en estos días porque tienen puntos de vista obsoletos sobre las mujeres o las minorías, y entonces la gente no los lee tanto. Pero los elementos centrales de la narración son sólidos.
Le hizo llegar El marciano a Ms. Forte, su maestra, quien le había dicho que esperaba una premiada obra suya de ciencia ficción, y compartió una foto de su madre disfrutando de la avant premiere de su película en su pueblo natal. ¿Qué valor le da a las raíces una persona tan conectada con despegar?
Definitivamente fueron personas que ejercieron sobre mí una influencia muy grande. He estado interesado en la ciencia y en la ciencia ficción desde que era chico. Mi padre es físico y un fan del espacio, y mi madre –ingeniera eléctrica- incentivó mis intereses.
Muchos de sus lectores que tienen entre 40 y 60 años crecieron soñando ser astronautas, vocación que luego cayó en desuso. ¿En qué medida cree que su obra ha revivido ese afán infantil en generaciones posteriores?
Creo que hay algo fundamentalmente humano en el deseo de explorar y ver qué hay allá afuera. No creo que mi trabajo lo haya “revivido” sino que lo puso en primer plano.
Imagina personajes principales con mucha mala suerte, que tienen que sufrir para sobrevivir. ¿Qué otro ingrediente, además del humor y el asidero científico, cree que tienen sus historias para resultar tan cautivantes?
Sí, mis personajes siempre terminan en el peor escenario posible porque creo que lo más importante es que el lector se haga cargo de lo que les pasa en carne propia. El lector debe preguntarse “¿qué haría yo en esa situación?” y especular de verdad.
¿En qué proyectos trabaja actualmente? Se habló de una novela con alienígenas (Zhek sería el titulo). ¿Está por publicarse? ¿Puede dar detalles de la trama?
Zhek no va a ser publicada. Trabajé en esa novela un largo tiempo, pero decidí que no era buena así que la dejé de lado. Había algunos elementos de la historia que valían la pena, y tal vez los use para futuros libros. Ahora estoy trabajando en una continuación de Artemisa. Pero acabo de comenzar, tal vez cambie de opinión y escriba otra cosa en su lugar.
¿Habrá una película basada en Artemisa? En caso afirmativo, ¿en qué estado está el proyecto?
Nunca se sabe con certeza si van a hacer una película. Pero Fox compró los derechos de la película y asignó al dúo de (Phil) Lord y (Christopher) Miller (La gran aventura Lego y fugaces responsables del spin off de Han Solo) para dirigir el proyecto.
En su segundo libro aborda los viajes de turismo a la Luna. ¿Cuál imagina será el primer planeta o estrella habitado?
Definitivamente la Luna. Está mucho más cerca que el resto, y tiene casi todo lo que necesitás para construir una ciudad allí en materia de minerales crudos. Además, como orbita la Tierra está (generalmente) a un tiempo de viaje constante: no hay que lidiar con ventanas de oportunidades de lanzamiento y ese tipo de cosas.
Hubo rumores acerca de una secuela de El marciano. ¿Son reales?
Lo lamento pero no hay planes para una secuela de El marciano. Simplemente no hay manera de continuar.
¿Qué es lo más extraño que le dijo un lector? ¿Tuvo algún feedback de parte de astronautas profesionales?
Hubo gente enojada que me mandó e-mails quejándose de mi complicidad al continuar la farsa de la llegada a la Luna, porque creen que Estados Unidos fingió los aterrizajes. Algo bastante molesto… Paralelamente tuve feedbacks de parte de astronautas y fueron bastante halagadores sobre El marciano.
¿Cómo imagina la vida en la Tierra dentro de 100 años?
Creo que será mejor de lo que es ahora. Elegí cualquier año en la historia. ¿Preferirías vivir entonces, o 100 años antes que eso? En casi todos los casos, querrías el año del futuro. La humanidad sólo se perfecciona, y la calidad de vida sólo mejora.
¿Qué consejo le daría a un chico o una chica que sueñe con viajar al espacio?
Para un chico o chica de hoy va a ser muy fácil ir al espacio. Para el momento en el que sean adultos habrá turismo espacial que van a poder pagar.
Sufre de “irracional miedo a volar”. Pero, si se animara a un viaje al espacio, ¿qué objeto terrestre querría llevarse?
No viajaría al espacio en absoluto. Nunca tendría ese tipo de valentía. Escribo sobre personajes valientes pero no soy uno de ellos. Si de todos modos tuviera que ir, probablemente llevaría una gran botella de Valium: sería la única forma de evitar que entre por completo en pánico.